Curso: HISTORIA Y ANTROPOLOGÍA URBANA 2014
Tema 2: LA ESCUELA DE CHICAGO Y LAS CIUDADES LATINOAMERICANAS
Sesión 6: Metrópolis y Alienación. Una lectura psico-social."Sol de la mañana" Edward Hooper (1952)
La pintura de Hooper constituye una profunda lectura estética de varios conflictos de la vida urbana en los que trabajó la Escuela de Chicago. La cara emblemática de la Ciudad Moderna es ser el "espacio de la libertad" como señalaba Park, su contracara es ser también el espacio de la soledad.
Una de las ideas de Park más sugerentes para la sesión es la siguiente cita:
"En la libertad de la ciudad, todo individuo, cualquiera que sea su excentricidad, encuentra en alguna parte un medio donde abrirse y expresar de un cierto modo la singularidad de su naturaleza. Una comunidad más reducida tolera algunas veces la excentricidad pero la ciudad a menudo la estimula..."
Park en su agenda de investigación, nos presenta diferentes espacios de disputa que se dan al interior de las ciudades donde quienes la integran se ven inmersos en situaciones complejas y superficiales de interacción y relaciones sociales, en este sentido ¿qué tan problemática puede ser la figura del hobo si de cierta manera también hace alusión a la “individualidad-soledad” y "libertad" que promueven las lógicas de las grandes ciudades? ¿Acaso no se puede transitar por diferentes contextos preservando las tradiciones, prácticas y costumbres que se construyen día tras día desde las particularidades cotidianas?
ResponderEliminarAl respecto y si tenemos en cuenta que los seres humanos nos movilizamos constantemente en diferentes ámbitos sociales que se establecen no solo dentro de la ciudad sino que también se presentan en otros espacios donde se entremezclan relaciones de tipo “emocional” y racional”, ¿el hobo podría ser visto como un intermedio entre la metrópoli y la vida rural a la que hace referencia Simmel?
Finalmente, si la ciudad es un laboratorio social que promueve la "libertad", un artefacto y un organismo con “vida propia” como argumenta Park, los seres humanos que hacemos parte de ella independientemente del lugar de origen, cultura, relaciones y prácticas sociales, haciendo énfasis en los “otros” que la habitan es decir inmigrantes, pobres, etc, ¿somos sus experimentos y por ende la justificación y a su vez consecuencia de las perversas invenciones, orden y control social que surgen en dicho laboratorio?
En una ciudad, donde el intelecto es el estrato del alma más intelectual, incluso funcionando como una coraza, cual es el lugar de los sentimientos que deja Simmel? ¿Es el ámbito privado o estos se relegan totalmente en la vida de la metrópolis?
ResponderEliminarTodas estas descripciones de la vida en la ciudad utilitarista e intelectual como parte de las relaciones propias del capitalismo, llevan a pensar en su relación ¿una puede ser concebida sin la otra? ¿Son parte del mismo proceso del espíritu para Simmel?
Para Park el hombre en sociedad es como un animal que obra individualmente y con conciencia, y en donde lo social es producto de su interacción, y no al revés. ¿el hobo sería la exageración de esta tendencia? ¿lo social, para Park, es una necesidad o un instintol? ¿Por qué el hobbo refuta esto? ¿No será que lo social produce al hobbo y no este decide alejarse de lo social?
Cuestionamientos, dudas y preguntas acerca del texto de George Simmel: “La metrópoli y la vida espiritual.”
ResponderEliminarOrlando Rafael Lazo Pastó
• En el texto el autor plantea que el carácter psíquico de la metrópolis difiere mucho del de la cuidad de provincia más orientado hacia lo afectivo (pág. 3).
En relación a esto pregunto: ¿Quiere esto decir que el carácter psíquico de las metrópolis no se orienta en modo alguno al plano afectivo? ¿Somos acaso autómatas los ciudadanos de las grandes urbes metropolitanas?
• En la página tres del texto el autor de alguna manera explícita la siguiente formula de pensamiento: TIPO METROPOLITANO = INTELECTO vs SENTIMIENTO, y esto lo explica como reacción y/o mecanismo para contrarrestar el desarraigo sociocultural que viven los habitantes de las grandes metrópolis.
En relación a esto pregunto: ¿Puede el intelecto puro y duro ser el único mecanismo con el que los metropolitanos combatan el sentimiento de desarraigo? Donde quedan los recuerdos, las tradiciones, la memoria. ¿Acaso no existen en la cuidad metropolitana?
• Al referirse a las relaciones comerciales asevera que en las grandes metrópolis se produce para el mercado como ente de alguna manera impersonal, por tanto los compradores no entran en contacto con el proveedor.
Pregunto: ¿Hasta qué punto es cierto que en la cuidad metropolitana la lógica del mercado no haga interactuar a proveedores y compradores? ¿Cómo se entiende una transacción comercial sin que medien interacciones humanas?
• En el texto también se habla del carácter ordenado, puntual, previsible y exacto de las ciudades metropolitanas, lo que les hace excluir todo carácter irracional, instintivo y soberano.
Pregunto: ¿Estará aquí la base del surgimiento de contraculturas y tribus urbanas como mecanismos de legitimación de otras formas de vida alternativas?
• El autor define una condición de la cuidad metropolitana denominada blasé y que no es más que el aburrimiento o actitud desencantada de los individuos metropolitanos por las circunstancias propias de estas ciudades (impersonalidad que te vuelve personal, o sea introspectivo, ensimismado).
Pregunto: ¿Puede considerarse el blasé como una especie de autismo ciudadano propio únicamente de las grandes metrópolis?
• Simmel plantea que la metrópolis concede al individuo un género y un grado de libertad personal que no encuentra en otras situaciones….
Pregunto: ¿Será realmente libre el individuo en la ciudad metropolitana, o simplemente se libera de unas estructuras para caer preso de otras más simbólicas y subliminales?
Texto: Georg Simmel
ResponderEliminarLas metrópolis y la vida espiritual.
Me llamó mucho la atención el termino Blasé (como fenómeno psicológico) cuando el autor habla de la indiferencia que generan los individuos de la urbe, y me pregunto ¿cómo vincula el Blasé con la intelectualidad del hombre de ciudad? Personalmente me problematiza un poco como se utiliza los términos tontos o idiotas para referirse a los individuos que no pueden ser Blasé ¿Entiende a los individuos más sensibles o conectados con las realidades de la urbe como tontos? , textualmente dice: “Tanto es así que las personas tontas y naturalmente privadas de vida intelectual no son generalmente Blasé.”
Aun así estos planteamientos me llevan a reflexionar sobre ¿Si este Blasé es algo que vivimos hasta la actualidad? y si uno de los elementos que ha contribuido a la indiferencia es el avance de la tecnología y la utilización de ciertos temas en los medios de comunicación que nos vuelve insensibles ante la realidad?
Simmel plantea esta idea de la ciudad como un espacio lleno de tensiones que atraviesan a los individuos que habitan y transitan estos espacios urbanos. Esta idea del individuo en una lucha perpetua por preservar su independencia en un sistema que establece límites muy específicos de normalidad y formas de relacionarse, es una manera de proponer un lugar común en las lógicas de desarrollo de los individuos de la ciudad: la perpetua búsqueda de un carácter intelectual y objetivo en su forma de hacer y ser comunidad. Esto propone un marco de individualidad donde priman las relaciones egoístas y utilitarias y donde se establece que existen sentidos de pertenencia que en teoría buscan erradicar el “desarraigo”, pero que a la vez abren una interrogante ¿la libertad es esta idea de poder elegir una serie de categorizaciones y estereotipos dados por un espacio o es la idea romántica que se nos ha interiorizado como individuos de lo que significa ser completamente independientes de todas las estructuras simbólicas, institucionales y físicas que nos atraviesan? En este sentido ¿existe alguna forma de libertad?
ResponderEliminarRespecto a "Las Metrópolis y la vida espiritual" de Simmel, El autor plantea que la esencia de la modernidad se encuentra en la interpretación de la experiencia y la incorporación que realizamos desde el mundo externo.
ResponderEliminarLa pregunta: ¿Cómo al enfrentar lo social, el individuo tiene menos posibilidades de cuestionarse los objetos que lo rodean, las construcciones simbólicas y su funcionamiento?
Para Park, la construcción de filosofía y conocimiento es posible en un ámbito civilizatorio que la ciudades proporcionan a sus habitantes. A lo largo del texto enfoca a los grupos sociales que son mirados por las reflexiones sociales académicas, en su mayoría, los vagabundos, pobres, proletarios o emigrantes. Sin embargo es cuestionable como la mirada de Park de alguna manera esquiva preguntas de otras esferas sociales que se ven unicamente como componentes sociales, como engranajes del sistema. Pero cabría el cuestionamiento: Quién estudia a los ricos? Quiénes analizan las costumbres, formas de vivir, de pensar, de mirar de los ricos o las clases arribistas en ascenso a nuevos ricos en la conformación de las metrópolis. Por qué no hay una preocupación más exigente desde la academia por buscar en el entramado social de las características de pensamiento y praxis social de las clases dominantes pocas veces visibilizadas? Los laboratorios sociales concentrados en las grandes ciudades se han visto abocados a entender los complejos procesos sociales en los que se trata de explicar y reflexionar sobre los círculos que se relacionan a la clase media o a los pobres, sin embargo, cual es el misterio, la muralla invisible que aleja a los investigadores sociales de los ricos. Como entender esa compleja situación de el no acceso a esos estudios. La sola idea de que existe una muralla casi impenetrable a esa sociedad nos hace pensar en la cantidad de elementos por analizar que podrían explicar la praxis social de las capas que componen la sociedad y sus diferentes causas y efectos en la historia urbana.
ResponderEliminarSi partimos de la premisa de Park de que "al crear la ciudad, el hombre se recrea a sí mismo" es posible pensar que en las ciudades pragmáticas de Simmel lo que se refleja es justamente un espíritu individual-individualista que prima sobre una supuesta sensibilidad perdida del hombre que ha abandonado el campo?
ResponderEliminarPor otro lado, teniendo en cuenta la afectación que ocasionan los cambios en las condiciones de vida sobre los individuos y sus modos de interrelacionarse -y contraponiéndolas con una supuesta necesidad innata de arraigo y pertenencia-, ¿cuáles son las perspectivas de las subjetividades y del concepto mismo de comunidad (en el sentido de unidad cultural independiente) en un mundo globalizado? ¿La idea de Park de "los mundos que se tocan pero que jamás llegan a penetrarse completamente" no es justamente un detonante de las alienaciones posibles en la actualidad?
Me parece comprender al autor cuando por ejemplo menciona el fenómeno del aburrimiento en los niños de las grandes ciudades porque de alguna forma lo viví. Nací y viví toda mi infancia en una ciudad de menos de 5000 habitantes, donde no recuerdo haberme sentido aburrido y no recuerdo que hiciera muchas actividades para mantenerme ocupado. Era el ambiente de tranquilidad natural el que al parecer y coincidiendo con Simmel, provocaba que no existiera ese sentimiento de aburrimiento tan común en las grandes ciudades. Ese comentario de “estoy aburrido” fue una de las cosas que no terminaba de comprender al llegar a una ciudad del tamaño de Guayaquil.
ResponderEliminarCoincidiendo con el comentario de Juliana acerca de la forma en que el autor define el “blasé” en la ciudad, me pregunto ¿cuales son las formas de lograr en las grandes urbes la sensibilidad hacia la realidad no solo propia sino hacia los otros? Una posible respuesta la encuentro en la organización social que defiende los intereses de sus miembros y genera importantes corrientes de solidaridad. En Guayaquil nació el movimiento obrero y recuerdo la huelga de le cervecería a inicios de los 90s como un evento movilizador de conciencia y solidaridad de los más importantes del País que ocurrió dentro de su ciudad más poblada.
Según Simmel, me llama la atención el concepto del tipo blasé, que es aquel que está por encima de las miserias, una persona distante, encerrada en si misma, que no se quiere implicar con lo que le rodea, quiere una vida que sólo persigue el placer, falta de reacción de los nervios: insensibilidad ante cualquier percepción.
ResponderEliminarEntonces podríamos decir que en los tiempo modernos ser de tipo blasé es un modo de vida que nos ayudará a sobrevivir o a subsistir en estos nuevos espacios conflictivos de las urbes, donde lo que sirve es el ser autómata, qué será el mecanismo de protección ante un medio externo hostil?
Resulta paradójico que la ciudad sea a la vez materialización de la aspiración moderna de libertad individual y mole aplastante de la personalidad, de ahí que resulte un adecuado laboratorio para el análisis de lo social en clave de la ciudad, en tanto organismo de relaciones sociales, políticas, culturales y económicas por la existencia en la vida moderna, sin embargo: ¿Cuáles son sus limitaciones para el análisis de la realidad social contemporánea y en especial la latinoamericana?
ResponderEliminarHollman Bonilla.
Si la ciudad tiene la capacidad de estimular la libertad, ¿por qué, según Park, el hobo y el vagabundo representan un problema al haber “ganado su libertad pero […] perdido su dirección”? ¿A qué tipo de dirección se refiere? ¿No será que esa dirección-y la libertad- tienen que ver con un orden y un control social que segrega y a la vez aliena?
ResponderEliminarEn esa misma vía, Simmel es categórico al afirmar que las ciudades tienen la capacidad de superar “todo elemento personal [ofreciendo] un mole tan aplastante de espíritu cristalizado y despersonalizado que la personalidad […] no está en condiciones de reaccionar frente a ella” (66). Según esto, ¿El hobo, el vagabundo y el mismo Whitman no serían una respuesta a ese ‘mole aplastante’? ¿dónde quedaría aquí la libertad de la que habla Park?
Julián Santiago.