Sesión 7. Anomia y Marginalidad
La noción de "marginalidad urbana" se originó a partir de los estudios de la Escuela de Chicago, desde esta correinte la preocupación por la "anomia" características de las metrópolis se plasmó en estudios acerca de las llamadas "sub-culturas" criminales. Pese a la matriz funcionalista de su planteamientos algunos de los hallazgos que obtuvieron como el trabajo White han despertado la "imaginación sociológica" siguiendo a Mills.
Willian Whyte en el libro Sociedad de las esquinas (1943) mencionó: ….” aprendí entonces que las actividades cotidianas, rutinarias de estos hombres, constituían los datos básicos de mi estudio…” y, aseguró …” sólo se puede responder a preguntas particulares cuando se ha estudiado la estructura de una sociedad y sus patrones de funcionamiento “…
ResponderEliminarPongo en consideración la siguientes interrogantes que me genera dichas afirmaciones: ¿Qué criterios de calidad de la investigación considera importantes el trabajo de Whyte y cuándo es bastante para considerar que se conoce una comunidad, cuando ésta es cambiante?
Por otro lado, cómo y de qué manera White desmantela la teoría de la desorganización social de los nuevos emigrantes en esa época?
En el texto de Robert Park (pgs 85-88), nos encontramos con la problemática del desplazamiento (locomoción) dentro de las ciudades y cómo esto define un sentido de pertenencia a partir de la necesidad de asociación. En el caso del hobo, el autor nos plantea que su problema se encuentra en la falta de ocupación y de destino ¿Hasta qué punto podemos estar de acuerdo con el autor en cuanto a que la carencia de destino supone una disociación sabiendo que el hobo aun tiene la misma necesidad de subsistir y por tanto se mueve con esta misma meta a la vez que se encuentra localizado? ¿Acaso no existe una asociación 'orgánica' intangible pero latente? ¿Qué rol juegan los medios de comunicación dentro de los procesos de marginalización urbanos?
ResponderEliminarSobre los "hobos" (vagabundos) y la locomoción. En un intento por estudiar y comprender aquellos sucesos de urbe que se dibujan por fuera de los planteamientos sociales dominantes, la relación mente-dirección-movilización que establece Park, nos ayuda situar al vagabundo por fuera de los márgenes, como una pieza que no cabe en el rompecabezas, pues no ha sabido adaptarse. La acción de movilizarse esta controlada por la mente como centro de control. De tal suerte, que los desplazamientos que haremos serán premeditados o con un objetivo claro; por tanto, quien se desplaza de forma constante, no tiene rumbo o destino definido. No tiene control. Puede parecer un poco juicioso la postura de Park, sin embargo, interesante para la discusión. En lo personal, me parece severa la manera en que encasilla al vagabundo, sin embargo resulta de un esfuerzo por categorizar y comprender su proceder y accionar en la urbe.
EliminarSobre el papel de los medios de comunicación. Park mismo es claro en señalar que su función es la de conectar. La vida en las grandes ciudades, tal como la conocemos, sería imposible sin las facilidades que hoy día otorga los grandes medios de comunicación. Establecer lazos a gran escala, en poco tiempo y/o de manera simultanea.
Respondiendo a la pregunta sobre los criterios de la investigación de Whyte, a lo largo de su texto se evidencia que el hace un relato de Corneville, señala la historia étnica (constitución racial), las relaciones parentales, la organización de la vida, y la generación joven y describe la población objeto de estudio en contraste con sus opuestos; bajo la premisa de que el sistema general de la vida es importante, pero solamente puede ser formado observando a los individuos cuyas acciones lo constituyen
ResponderEliminarRespecto a las preguntas de Trinidad creo que como ya habíamos visto en clases anteriores esta interpretación sobre la “marginalidad” urbana es producto de un interés de asimilación social de quienes se encuentran al “margen” de lo que se consideran las reglas sociales dominantes, siendo interpretada toda “desviación” como una patología “anomia social”. Quizás trabajos como el de Whyte en su momento permiten ver que no existe esa “desorganización social” y es cuando surge el concepto de sub-cultura urbana, la misma que también fue cuestionada por la connotación que tiene de hacer referencia a una cultura “sub” o “inferior” a la cultura (dominantes en términos de reglas sociales). Los medios de comunicación son fundamentales en la generación de estigmatizaciones sociales que generan el imaginario de lo que es lo “marginal”.
ResponderEliminarWhyte en el registro de su experiencia, no describe hechos extremos, espectaculares, narra la cotidianidad de los muchachos de las esquinas y va iluminado el significado de esta sin alto puntos de tensión.
ResponderEliminarEl trabajo escrito en 1970 es una puerta para entender estas aéreas al margen no sólo territorial sino de estatus social y moral, desde lo coetáneo (Es interesante el modo en que deja explicito en el texto su relación con los muchachos escribiendo en primera persona), que tenemos en común el resto de la urbe con esta zona en margen es una de los puntos de la investigación (lo marginal descrito por la Escuela de Chicago como una fase de tránsito a la integración, el momento de adaptación)
Son otras las reglas con las que se mide, por ejemplo el estatus social en la estructura social de los muchachos de la esquina, la frustración acompaña el prestigio en Doc. Los muchachos de la esquina parecen crear sus reglas de auto conservación social y de estima, buscan el prestigio bajo sus normas, se les ha negado el privilegio de competir por el prestigio social que el resto de la urbe espera, el de los muchachos del colegio.
La imaginación es una de las exigencias de Park, que el desplazamiento no sea un fin en sí mismo, imaginar una meta. Park exige desde la cultura, como lo hizo la Escuela de Chicago en general, no toma en cuenta el estatus social proveniente de la economía, el dinero como un privilegio que permite imaginar un destino. Los hobo aporta poesía, sí imaginan pero no crea destino por tanto no obran desde lo individual en función de acciones públicas, no contribuye a la sociedad heterogénea que se planteaba la Escuela de Chicago.
ResponderEliminarEs interesante que para Park lo marginal no tiene la posibilidad de lo colectivo, de la organización en colectivo, del empoderamiento que si habían logrado los trabajadores, tampoco de contribuir a la heterogeneidad dada su dispersión. Como mismo los muchachos de la calle de Whyte el hobo inventa sus reglas sociales, sus metas, sus forma de alcanzar prestigio social no coinciden con las del resto, pero no lo hacen con la intencionalidad de mantenerse al borde. No es un actitud política es una respuesta a la imposibilidad, a la frustración de no poder pertenecer debido a su condición social, de clase. Esto no es tomando en cuenta por Park en su análisis desde la cultura.
La “marginalidad-urbana”, vinculad a la diferenciación entre unos individuos y otros, y especialmente a la caracterización de “sub-culturas” o grupos subalternos, se presenta en el texto de Whyte, desde una perspectiva más compleja a la simple clasificación de “desorganización social” o presencia de normas sociales.
ResponderEliminarSi bien, Whyte, en la investigación de las “sociedades de las esquinas”, expone inicialmente la localización de sus grupos de investigación, en un área que para la ciudad es “misteriosa, peligrosa y deprimente”, y que en ella se encuentran “pandillas” vinculadas a la “anomia” de las ciudades de los años cuarenta; Whyte, a través de las cercanas descripciones de las interacciones entre los grupos, revela la organización y presencia de normas y reglas en las pandillas, especialmente en los Nortons. Una de las formas en las que presenta otra perspectiva de la aparente desorganización de estos grupos, es la espacialización de los eventos y actividades de los grupos; sobre todo por el hecho de reconocer algunos espacios o territorios como: Cornerville, la calle, la Casa de Servicios Sociales, o la sala de bolos, en los que se identifican entornos con normas de vida o comportamientos preestablecidos; pero que para los grupos como los Nortons, internamente existen otras normas y reglas de juego que definen también sus formas de vida social.