lunes, 2 de febrero de 2015

Sesión 8. La visión de la marginalidad desde América Latina.

En la región los estudios antropológicos clásicos de mayor trascendencia estuvieron ligados al estudio de los barrios marginales, las dificultades de reproducción social en condiciones críticas fue el centro de las preocupaciones académicas, la mayor confluencia radicó en el estudio de la vida cotidiana a través de métodos etnográficos, no obstante las formas de auto´reproducción de la marginalidad tuvo lecturas distintas en las voces de OScar Lewis y Larissa Lomnitz. La sesión se enfoca en una comparación de los aportes de las dos perspectivas.

15 comentarios:

  1. Lomnitz entiende la marginalidad no simplemente como atrasos y carencias, sino como el resultado de la expansión industrial distorsionada que caracteriza al mundo moderno. Rechaza al igual que Oscar Lewis la fórmula que entiende a la urbanización como desorganización, tal como lo plantearon los ecologistas de la Escuela de Chicago.
    Sin embargo, Lomnitz rechaza enfáticamente, el concepto de cultura de la pobreza de Lewis. ¿Cuál es su argumento al afirmar que el concepto de “cultura de la pobreza” naturaliza las condiciones de miseria en las que viven los marginados? Al plantear la cultura como mecanismo de defensa ante la exclusión de la cultura dominante, ¿se está afirmando que es necesaria la perpetuación de estas prácticas para la sobrevivencia de los marginados?

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  2. Lomnitz y Lewis se aproximan al mundo de la marginalidad desde enfoques diferentes. Lewis mediante una etnografía “realista”, estudia 5 familias mexicanas con diferentes situaciones de marginalidad (4 familias con un nivel económico medio bajo y una que logra cierto ascenso). Desarrolla el concepto de "cultura de la pobreza" como interpretación de sus datos etnográficos, y que implica una suerte de esencialismo cultural, que hace entender que el pobre no puede salir de la pobreza porque su “cultura se lo impide”.
    Lomnitz, una década después (años 70) critica a Lewis porque éste al circunscribirse en las historias de vida, se queda en lo micro basado en la materialidad y valores de dichas familias, y pierde el foco de un nivel más macro o estructural. En este sentido la autora mediante una metodología de “matríz ecológica” analiza la estructura global –demográfica, social y económica- que estratifica las condiciones de vida. Esto rebate la postura de Lewis, ya que para Lomnitz, el pobre no se reproduce por designio de su cultura, sino que como parte de nuestra compleja sociedad, ocupan un determinado estrato socioeconómico: migran a la ciudad guiados por la fe en el progreso quedando a la espera de insertarse laboralmente por medio del servicio a la clase media. Entonces sus comportamientos derivan de esta estructura que ellos son los últimos en controlar.
    La marginalidad deviene de la exclusión al poder, de la falta de participación en las decisiones económicas y políticas. Esto se manifiesta en la concentración de los servicios –salud, educación-, oportunidades laborales, etc, en las urbes, y que se desentienden tanto de los sectores rurales como de los sectores marginales en las ciudades. La falta de acceso a estos servicios y oportunidades, no es más que la ausencia de un rol articulador con el sistema económico productivo.
    Asimismo la autora asevera que los marginados tienen diferentes recursos para sobrevivir basados en una cooperación mutua e intercambio de bienes y servicios. Entonces a falta del rol articulador del Estado, ellos se articulan en redes de parentesco o compadriazgo. Así Lomnitz llega a la conclusión de que la pobreza es consecuencia de la situación estructural de la marginalidad. La subsistencia implicaría el intercambio de su fuerza de trabajo a cambio de dinero, pero la sobrevivencia se basa en los lazos de reciprocidad entre ellos que posibilitan alternativas de estrategias económicas.
    ¿Soluciones? De las propuestas que elabora Lomnitz destaco la idea de la dirección más equilibrada del desarrollo económico, ya que como hemos visto en nuestros países, los modelos de acumulación significan mayor ascenso y modernización sólo para los niveles medios altos, y poco han conseguido transformarles las condiciones de vida a los sectores más postergados.

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  3. Lewis plantea que la cultura de la pobreza está relacionada con el nivel de ingresos y del lugar de residencia y se basa en un análisis etnográfico familiar y barrial. Sin embargo y es lo que critica Lomnitz, que no tiene en cuenta el contexto de la ciudad y del país; por tanto Lomnitz expone que la marginalidad no es igual a pobreza, que ésta contribuye a una segregación socio espacial dentro de la ciudad y por tanto contribuye a la marginalidad social, económica y política que es más estructural, debido a las condiciones históricas, económicas y sociales de cada país. De manera general en América Latina se debe a una crisis económica en el campo que motivó una migración masiva a las ciudades en búsqueda de mejores condiciones de vida, pero al ser migrantes pobres y no hacer parte de las elites políticas y económicas que manejan el poder, quedan marginados a unas condiciones de vida precarias y por fuera de la toma de decisiones.

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  4. Oscar Lewis construye el concepto de “cultura de la pobreza” para explicar las formas de vida de los pobres, es decir los mecanismos de adaptación y reacción de los pobres ante la marginación, que encarnan en valores, normas y comportamientos que son generalizados en los sectores populares. Señala que si un individuo o grupo cree que puede ascender socialmente, entonces su forma de ver el mundo no está basada en la “cultura de la pobreza”. Siendo así, para Lewis, ¿cuál es la diferencia entre pobreza y cultura de la pobreza?, ¿cuál es la relación entre las condiciones materiales de vida en los sectores marginales y su cultura?

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  6. -Para Larisa Larissa Lomnitz la marginalidad se define por la ausencia de un rol económico articulado con el sistema e producción industrial. En este sentido, los marginados se caracterizan por la poca seguridad social y económica. La forma que encuentran de insertarse en la economía industrial dominante, es a través de servicios prestados a la clase media: trabajan como choferes, meseros, jardineros, servicio doméstico.

    -Una diferenciación importante que hace Lomnitz está en las definiciones de marginalidad y pobreza. La marginalidad, dice, es un concepto estructural, un problema económico que no es transitorio ni propio de los estudios urbanísticos y que afecta a varias generaciones. La marginalidad se plantea entonces como una consecuencia de un movimiento migratorio rural-urbano y de un sistema en el que sobra todo aquello que no se inserte en las lógicas de modernización. La pobreza, en cambio, hace referencia a una situación de escasos recursos, es un concepto cuantitativo.

    - Oscar Lewis tiene una forma distinta de abordar la marginalidad. Este autor no habla de cifras de desempleo, sino que cuenta historias. Su estrategia es explorar desde dentro cómo viven las familias marginales y retratar, a partir de sus rutinas, historias y problemas cotidianos, cómo se construye lo que denominó posteriormente cultura de la pobreza. En esta concepción, que tiene tiene una visión más desde la psicología, se responsabiliza a los mismos pobres de su situación, atribuyéndoles una incapacidad para aprovechar las oportunidades de progreso.

    La crítica de Lomnitz es que Lewis se desentiende de la base económica y la organización social y hace un excesivo énfasis en el sistema de normas y valores. En este sentido, explica la autora, aparece la cultura como un conjunto de mecanismos de defensa de los pobres frente a una situación difícil. "El pobre no puede salir de la pobreza porque su cultura se lo impide".

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  7. Contestando a las preguntas de José Rodríguez, la "cultura de la pobreza", según Lewis, se puede entender como comportamientos propios que el antropólogo adscribe a personas socialmente marginadas y en condiciones de pobreza. Dichos comportamientos determinan las interacciones sociales de los actores marginados y los limitan a unos pocos aspectos prácticos, como la dasconfianza hacia las diversas instuticiones estatales.

    La categoría de la pobreza, en este sentido, forma el punto de partida para las acciones de la "cultura de la pobreza", entendida como cierta fatilidad. Sin embargo, no necesariamente la pobreza lleva consigo la mencionada “cultura”. Por ende, las condiciones materiales forman la base para un posible surgimiento de “cultura de la pobreza”, la cual tiene como consecuencia que los actores marginados se auto-mantienen en sus condiciones de vida precarias.

    En este punto cabe articular la mayor crítica del concepto de “cultura” de Lewis: Sería debatible si las condiciones materiales no son más bien una construcción social e histórica producida por el conjutno social y no tanto base dada por sí misma. Por lo siguiente, las interacciones sociales de los individuos marginados no forman comportamientos de una propia “cultura”, sino respuestas a las estructuras y a la jerarquización social, territorial y económica.

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  8. Cito textualmente el fragmento que a mi gusto sintetiza la diferencia sustancial entre ambas visiones, la de Lewis y la de Lomnitz: "El factor determinante de la existencia de los marginados, del que se originan las características de comportamiento descritas por Lewis, es la condición de inseguridad crónica de empleo y de ingresos. Ésta a su vez es consecuencia de una falta de integración al sistema de producción industrial y no de una determinada cultura, o “diseño existencial” como la define Lewis” (Lomnitz, 1975:24).
    Me parece que lo más importante que rescato de la visión de Lomnitz, es su apuesta por entender la marginalidad como una categoría distinta a la pobreza y que resulta de la incapacidad del modelo industrial moderno, de incluir a la totalidad de la mano de obra existente en él. Asimismo, incluye en su planteamiento el crecimiento de las ciudades y el abandono del campo como un fenómeno que contribuye a la conformación de barriadas en la periferias de las ciudades. Suponiendo así, un reto importante para el sistema productivo.
    A mi parecer, resultaría interesante no posicionar un estudio sobre el otro, finalmente me parece que en suma los factores a nivel macro –elementos estructurales de la economía y la política abordados por Lomnitz-, se ponen en dialogo como factores micro que se viven en la cultura propia de los migrantes-campesinos recién llegados –abordados por Lewis-.

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    1. Sería importante agregar que un elemento clave que rescata Lomnitz y que sirve para entender la perpetuación de la marginalidad, se ubica en la falta de calificaciones para el desarrollo de los empleos que genera el sistema laboral y de producción. Estas carencias educativas serán –muy probablemente- heredadas a los hijos e hijas de los migrantes; es decir, la segunda generación, quienes no lograran acceder a estas oportunidades y permanecerán en una lógica de subempleo y sobrevivencia.

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  9. Entiendo que para Lewis la pobreza se encuentra únicamente referida a normas, valores y posesiones materiales, mientras que la “cultura de la pobreza” es definida por su comportamiento o mecanismos de defensa ante su situación, por lo tanto parcialmente se culpa al pobre de su propia situación, cuando las manifestaciones a las que Lewis llama cultura son formas de supervivencia e ingenio por parte de los marginados.

    La marginalidad está directamente relacionada con la desvinculación del proceso industrialización, y por lo tanto la ciudad requiere de los marginales para mantener su "estandar" de vida, de ahí que ellos son los encargados de realizar los empleos con el salario más bajo, pero al generarse un "proceso de acumulación transgeneracional de la pobreza" (Alejo, citado por Lomnitz), se perpetúan las desigualdades generándose una barrera para que los marginales (mayormente ocupados por los campesinos que migran a la ciudad). Por lo tanto la relación entre las condiciones materiales de vida y su cultura está dada por la perpetuación de la marginalidad y la imposibilidad de ingresar a la industria con mayor remuneración

    Marcela Caicedo Ramos

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  10. Encuentro que los dos autores buscan abordar componentes subjetivos de grupos sociales en condiciones de pobreza compuestos por migrantes con el espacio urbano, mientras que Lewis articula estas expresiones en el concepto de cultura de la pobreza (cultura que se reproduciría constantemente), Lomnitz busca abordar esta problemática desde una distinción entre pobreza y marginalidad de forma que la segunda categoría mantiene un aspecto estructural el cual le permite ubicar a esta población desde su participación en la dinámica urbana (industrial) caracterizándola como una participación marginal que la mantiene en una situación de marginación política económica y social a la vez que su subjetividad no está aislada de la estructura social urbana, con esto refuta la noción de que estos espacios son transitorios y le permite centrar su análisis en elementos estratégicos como las redes de confianza entendidas como pericias de adaptación al medio urbano y afrontamiento de la incertidumbre. Para la autora este elemento puede ser tomado en cuenta para ser fortalecido dentro de un marco de desarrollo económico “equilibrado”, es decir que en un marco de dependencia estructural se entiende a la marginalidad como producto de un desarrollo desequilibrado y no como producto de la articulación de una cultura propia de la pobreza.
    Guillermo

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  11. Lewis identifica un medio ambiente propicio en donde la cultura de la pobreza aparece – lo que describe como realismo etnográfico para la época.
    Al mismo tiempo, Adler-Lomnitz mostró que la familia extensa del México campesino, así como los lazos del compadrazgo ritual, lejos de disolverse, se reforzaban y ampliaban en la situación urbana.
    Adler-Lomnitz repudiaba el concepto de "cultura de la pobreza", en este concepto, los rasgos de los pobres se definían en términos predominantemente negativos y pasivos. En su lugar, la cultura de los marginados se proponía como una CULTURA ACTIVA; utilizando un modelo ecológico. Con acciones de los migrantes rural-urbanos en términos de un PROCESO DE ESTABILIZACIÓN, ADAPTACIÓN y CONTROL de un medio AMBIENTE NUEVO.

    Por otro lado, la marginalidad nos impone la necesidad de pensar en la INTEGRACIÓN. O sea, en cómo integrar a esos enormes contingentes de población. Además, claro, de las preguntas sobre su sobrevivencia. La pregunta sobre su integración supone enfoques teóricos específicos que van desde la misma idea de “marginado” como totalmente a la de separado, exiliado o expulsado de un sistema productivo y de desarrollo dominante. Pareciera, bajo esta óptica, que existen fuera de un mundo social determinado, como si no tuvieran contactos con ese otro mundo.

    Por un lado, establecer la idea de “marginado” implica esa imagen de “exilio” y de “estar fuera”. Pero, por otro, también explica una forma de existencia conectada a las formas y situaciones capitalistas

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  12. La marginalidad supone una posición social de existencia al margen de los sistemas económicos industriales, de los circuitos de decisión política, de la consolidación de movimientos sociales. Así, el problema de la marginalidad impone la necesidad de pensar en las formas de integración, es decir en si las redes de reciprocidad aún funcionan como mecanismos de supervivencia, de resistencia, o si más bien las ciudades los marginalizan y aíslan cada vez más? Además hay que tomar en cuenta que esta parte de la población no solo tiene una participación marginal en la economía sino que también son desplazados hacia las periferias de la urbe, muchas de las veces a lugares con escasos servicios básicos profundizando el proceso que menciona Larissa Adler de acumulación trangeneracional de la pobreza.

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  13. Me parece que hay una diferencia entre Oscar Lewis y Larissa Lommnitz. El primero hace una etnografía pura del día a día (la vida cotidiana) de las personas marginadas, por ejemplo, la vida de los integrantes de la familia Sánchez. La segunda, en cambio, quiere responder a una interrogante: ¿qué hacen los marginados para sobrevivir?, lo cual le lleva a Lomnitz a estudiar a la relaciones de parentesco y compadrazgo bajo la figura abstracta de “redes”, tanto endocéntricas como exocéntricas; teniendo mayor relevancia estas últimas, ya que permiten estudiar las relaciones recíprocas entre todos los miembros de una red y no solo desde un punto de vista diádico.

    Si bien Lewis hace un análisis etnográfico altamente pormenorizado de las familias, utilizando una forma de relato casi literario, la lectura de su texto sobre la familia Sánchez deja la sensación de que la vida de los pobres es así porque es así y seguramente así seguirá. En cambio en Lomnitz la descripción etnográfica tiene un tono de denuncia: nos hace ver que los marginados han creado su propia seguridad social, al margen de la seguridad social oficial del Estado.

    Por ello mismo, Lommnitz critica la “cultura de la pobreza” de Lewis, pues esta no permite visualizar que la marginación es consecuencia de la industrialización o de la modernización. Aquí hago una conexión con el libro Inflamable de Auyero, en el que hay sectores que responsabilizan de su propia desgracia a las mismas víctimas de la contaminación, en virtud de sus hábitos de higiene poco adecuados: en efecto el texto de Lewis se puede prestar para este tipo de argumentos injustos, aunque no creo que haya sido esa la intención de Lewis.

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  14. Los autores proveen dos visiones distintas respecto a la marginalidad. Para Lewis, la vida cotidiana de los pobres, es decir su cultura misma es la explicación de su propia condición. No toma en cuenta factores estructurales para definir la naturaleza de la pobreza, ni de la marginalidad como consecuencia de la misma. Para Lommnitz, esnta es una visión muy estrecha del fenómeno de la pobreza, que tiene orígenes tanto sociales como económicos y políticos, de los cuales los individuos pueden o no estar conscientes, pero que de hecho, condicionan su propio destino. Me parece que lo más interesante es desligar la noción de pobreza con la de marginalidad, para poder comprender mejor este último fenómeno.

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