http://ec.globedia.com/howard-stapleton-repelente-auditivo-adolescentes-ingleses
Un "novedoso" invento se ha puesto en práctica en varias ciudades europeas para auyentar lo que se conssidera como "jóvenes molestos" en espacios públicos cercanos a Centros Comerciales. Una serie de vacíos legales en las regulaciones del espacio público han pertimido el uso del "mosquito device" como dispositivo sónico de control social. La referenica a este fenómeno en cierto sentido extremo permite llamar la atención a la sonoridad como elemento revelador de los procesos urbanos contemporáneos.
Ante el artículo que abre la discusión de la sesión de hoy, vale la pena tener en cuenta entonces una de las facetas sonoras de las ciudades contemporáneas: "El sonido es síntoma de muchas cosas; entre ellas, el control social, del que también es agente, ya que lo transmite - y con eficacia".(Berenguer, 2005: P.8).
ResponderEliminarSería imporrtante formular el aporte como pregunta para que pueda generar reacciones
EliminarCambrón (2011) realiza una caracterización de la vida sonora –campanas, obras, silencio, gritos, etcétera- en un barrio de la ciudad de Tarragona, a partir de la cual reflexiona acerca de diversas problemáticas que se viven en la zona.
ResponderEliminar¿A qué procesos sociales dan cuenta los fenómenos sociofónicos descritos por Cambrón? Por ejemplo, ¿qué logra interpretar de la molestia que causan los gritos, calificados por algunos actores sociales como “ruidosos”?
Y en cuanto a lo metodológico, ¿de qué herramientas se vale para lograr examinar las significaciones y percepciones de los sonidos en el barrio?
Por su parte, García López (2005) analiza la manera en que las alarmas inciden –y forman- los espacios sonoros. Más allá de su estudio específico sobre las alarmas, ¿qué procesos se logran desentrañar a partir de la sonoridad?, ¿qué relaciones encuentra entre sonido y espacio?
Buena tarde.
Alejandro.
Hola Ponce,
EliminarSobre el texto de Cambrón (2011), el autor parte de la premisa de que "la caracterización y el análisis socioacústico se nos presentarán como una excelente herramienta para la diagnosis urbana" (Cambrón 2011, 53). Las herramientas que usa para generar estos diagnósticos sociales a través del estudio del sonido son: la observación participante y la entrevista. Aplica estos recursos en más de tres años que duró su investigación. Dentro de estas herramientas se encuentran propuestas más específicas como la "postal sonora", que implica crear un paisaje sonoro del barrio para describirlo y expresar la experiencia urbana que constituye.
Sobre la tipología específica que propones, los gritos, Cambrón dice que las distintas percepciones en torno a este fenómeno hablan de una segmentación de los moradores. Están los moradores más antiguos, cuya comunicación se desarrolla principalmente al margen de las herramientas tecnológicas. Se da prioridad así la comunicación de vereda a balcón, de balcón a balcón, de extremo a extremo de la plaza. Los sonidos de las escenas públicas invaden las escena privadas, los comentarios e información están amplificados. Con las olas de repoblación que llegan a partir de los años 90, se instauran distintas jerarquías y sensibilidades sensoriales. Dos olas de repoblación llegan con motivaciones diferentes. Estos actores elitizadores presentan formas de la dramática expresiva muy distintas a las de las poblaciones previas. En síntesis, habla de conflicto urbano causado por diferentes habitus.
García López (2005), a través del estudio de la alarma, habla de la capacidad que tienen los sonidos para crear espacios de sentido, recrear y actualizar discursos, y establecer regímenes de sonoridad que inciden en las dinámicas cotidianas (García López 2005, 24). El autor desentraña cómo los sonidos son capaces de hacer referencia a situaciones que por consenso son merecedores de estados de excepción. Estos estados sitúan a las personas en el centro del discurso de la inseguridad.
Dura tarea las que deja Alejandro a quienes deben enfrentar las preguntas...veamos cómo sigue
EliminarEn cuanto a procesos sociales, Cambrón muestra la relación entre movilidad urbana (elitización más concretamente)y sus relaciones con el paisaje sonoro. Se evidencia una relación directa y contradictoria entre la sonoridad de lo que debería ser un barrio elitizado y la contraposición de un barrio habitado por una población más tradicional. Para esto, se realizaron entrevistas a manera de "postales sonoras", que procuraban evidenciar las sonoridades preponderantes del lugar y también las concepciones positivas o negativas de las mismas.
EliminarEn cuanto a la segunda pregunta, las relaciones de espacio y sonido son llevadas por medio del estudio de las alarmas a la aprehensión de la relación sonido-lugar entendiendo dicha interacción como constructora del sentido del espacio a partir de tres elementos clave: conmoción, atracción y sentido y actualización y reproducción del discurso (en la mayoría de los casos asociados al control y ejercicio del poder).
Sobre la pregunta planteada en torno a García López, considero que, partiendo de la premisa de que todo espacio está lleno, es decir, que no hay espacios vacíos de sentido (el espacio es una composición conjunta de múltiples sentidos), coloca a la sonoridad como una dimensión para el análisis sociocultural (y fuertemente político) desde una perspectiva relacional en el espacio, entre los elementos que le componen. Los sonidos cuentan sobre los objetos, los habitantes, los acontecimientos. Tal como lo han expuesto Bernarda y John que, para el caso de las alarmas García López da cuenta de tres aspectos que detonan en ese estado de conmoción (se actualizan, reproducen discursos e interpelan a quienes lo escuchan, y establece un régimen de sonoridad); considero que la sonoridad puede desentrañar análisis vinculados a la experiencia de lo sensible en el espacio público y construir/identificar esos aspectos que dan cuenta de las relaciones, jerarquías, desigualdades y sentidos específicos que determinados acontecimientos sonoros producen. Quizá no todo análisis sonotípico derive en los mismos aspectos que para el caso de la alarma; pero sí proporcionar, al menos, elementos donde se cruce un elemento compositivo del espacio a dimensiones de distinta índole.
EliminarRetomo la idea de que el sonido tiene una capacidad amplia, como le llama el autor, es un sentido que no tiene párpados, es colectivo, efímero y no puede poseerse. Acota que el poder (desde esta perspectiva) pertenece a quien posee la red emisora. (Aunque considero que el caso de los “rolezinhos” tiene una variante, pero voy allá abajo con la pregunta de Andrea.). Considerar esto para un estudio de la sonoridad, puede ser en gran medida una forma de desentrañar lógicas de normatividad y regulación de los cuerpos, de los espacios, e incluso, de los discursos en espacios públicos.
El análisis sonotípico plantea la posibilidad de pensar el espacio y al sonido como intrínsecamente vinculados. Me parece una muy bonita metáfora el tema de las curvaturas, cuando algo irrumpe, se conecta, tanto con los objetos como con los sentidos.
"El sonido es síntoma de muchas cosas; entre ellas, el control social, del que también es agente, ya que lo transmite —y con eficacia."
ResponderEliminar¿Cómo podrían entonces articularse de manera fructífera, las dimensiones sonoras de la ciudad al estudio de las mismas? ¿Cómo esas sonoridades podrían ayudar a la comprensión que buscamos de las urbes actuales? ¿Cuáles serían aspectos relevantes y particulares de las ciudades en cuanto al sonido y cómo estos configuran las relaciones entre sus habitantes? y, ¿de qué manera los sonidos contribuyen a la regulación y normatización de las ciudades mismas?
Hola GranUja,
EliminarAcudiendo al texto de Cambrón, pienso que los sonidos permiten la comprensión de la vida urbana porque "no existen, sino que ocurren" (Cambón 2011, 54). De esta manera, los sonidos evidencian la interacción y dinámica entre dos o más actores, desentrañan posibilidades, necesidades e imposiciones de agencia en el espacio. Así, dotan de significado a los lugares y los lugares a la vez dan significado a la reproducción de esos sonidos. Retomando la respuesta para la pregunta de Alejandro, pienso que los sonidos que convocan a un consenso en torno a las situaciones que merecen estados de excepción o concentración de la atención general, hablan de consensos o imposiciones en torno a discursos como el de la seguridad.
Procurando articular todas las preguntas:
EliminarSonido y ciudad se articulan en la creación de espacios (físico-sonoros) que son adaptados a diferentes necesidades. Desde formas de coerción social hasta de identificación al territorio por medio de prácticas sonoras. De esta manera, la comprensión de la ciudad puede estar enfocada al entendimiento de la manera en que las dinámicas sonoras influyen en la apropiación y vivencia del espacio. Ruido, silencio, silbido, alarma,canto, etc. Son elementos sonoros a partir de los cuales tanto aspectos comunicativos como estructurantes hacen del espacio urbano un conjunto de sentidos del vivir la ciudad y sus contradicciones.
De manera concreta, voy a la última pregunta de Granuja. Retomo la idea de "regímenes de sonoridad" que plantea García López y que luego le sigue Daniel López después del artículo del primero (retomando ambos a Foucault). Considero que para identificar cómo es que los sonidos norman y regulan a las ciudades, esta noción pensada como dispositivo que produce y codifica formas de vida, que organiza la mirada y a los cuerpos, y que actualizan las relaciones de poder, sería de gran utilidad para el tipo de análisis que planteas. Me parece que el tema de la sonoridad asociada al poder entraña una relación en apariencia mucho más sutil a un régimen corporal de castigo, por ejemplo. Pero altamente potente en relación a cómo es que se vincula con las experiencias afectivas, sensibles y relacionales en lo público.
EliminarEn la lectura de Cambrón, se establece que "el ruido se opone conceptualmente al silencio" y "El espacio público vive por y para el ruido, es ruido aparente en constante decodificación, es nube de información por descifrar que estructura las acciones sonoras de sus usuarios [...] Pero ruido (o sonido nocivo) y contaminación acústica aparecen también asociados a molestia, a deseo interrumpido de silencio y a imagen sonora de tranquilidad, relajación o concentración" (Cambrón 2011, 44).
ResponderEliminarCuando lei esto pense en el video de los jóvenes marchando, tocando música, y bailando en el centro comercial en Brasil. ¿Es posible pensarse al ruido como una forma de resaltar lo que el silencio esconde: desigualdad? ¿Una manera de incitar el actuar dentro de la aparente tranquilidad? Gracias
Lindas preguntas...veamos quién las acuña para responder
EliminarPienso que los ruidos o silencios institucionalizados en el espacio urbano manifiestan consensos. Como el pixacao, el canto y ruido transgreden una estética consensuada que habla de modos de vida y valores dominantes. Pienso que sí, el ruido es una manera de resaltar lo que ese silencio esconde, el discurso y consenso que ese silencio evidencian.
EliminarYo pensaría que el uso del sonido "ruidoso" en el caso del centro comercial busca en primer lugar "alarmar", dar a conocer la presencia de personas que parecieran do deberían estar allí, pero que irrumpen de esta manera para hacerse notar, darse a conocer, ser visibilizados en un espacio constantemente negado para ellos. En ese sentido creo que si se puede hablar de cierta desigualdad, al tener en cuenta que es una manera de ocupar lo implícitamente negado.
EliminarMe parece que todo lo que bien exponen Andrea, Bernarda y John, ocurre. En el centro comercial impera un sonido que puede pensarse como “propio” de ese lugar, que se ve alterado, en este caso pasajeramente, por un “ruido” emitido por personas concretas que irrumpen en el espacio incluso con prácticas “ajenas” (por decirlo de alguna manera) al “propio” actuar de los sujetos en ese sitio del que se asocia una forma específica de conducirse, un espacio construido para y por consumidores. Entonces conectan los espacios, los sentidos, los sujetos y los sonidos, revelando una relación intrínseca y alterando ese régimen sonoro asociado a un orden concreto. Semejante a las alarmas, considero que esta irrupción en el espacio, tanto del sonido como de las personas, interpela a los presentes que se encuentran bajo un régimen propio y un orden legítimo.
EliminarEn relación a la diferencia que encontraba sobre el poder asociado a quienes poseen las redes de emisión, en este caso me parece que tiene una variante. García López menciona que un aspecto del poder conmovedor que posee el sonido se encuentra en la difusa distancia entre la fuente del sonido y la escucha. Aquí creo que es distinto, la fuente de sonido se asocia a personas concretas que irrumpen también con sus cuerpos en ese espacio y en ese orden, y distan de la lógica del consumidor; por tanto el poder del sonido, en este caso, se encuentra en la clara cercanía entre quien lo emite y lo escucha. Ahí su potencia.
“Nos despiertan cada mañana, impacientes: nos cuentan que son las siete y que el sueño se paga; suenan en las tiendas por error, o cuando alguien no abona lo que lleva encima: nos piden dinero, nos cuentan a todos que es ilegal; suenan en las calles cuando un coche se siente agraviado o simplemente importunado: nos cuentan de nuevo la propiedad, nos llaman a todos a su protección; suenan en el metro y en el bus ante un título agotado: anuncian abiertamente el despiste, demandan comprar billete; en los aeropuertos y en los edificios públicos dan cuenta de aquello que puede entrar, salir o volar: enuncian la accesibilidad y anuncian sospecha o peligro; en los techos de los cuerpos de seguridad dan cuenta de la denuncia y la persecución del delito: expresan el control, la infracción perseguida; sobre las ambulancias y los coches de bomberos nos cuentan la prisa, nos piden paso, sonorizan la enfermedad y la muerte, nos cuentan, como en algunas camas de quirófano, la última alarma continua.” (García López, 2005)
ResponderEliminarEl sonido está presente todo el día a cada hora y en cada actividad que nosotros hacemos, también genera una consciencia de lugar en los individuos e identifica prácticas sociales mientras qué, por ejemplo, las alarmas no solo evidencian que alguien infringió la ley sino que nos hace conscientes también de la propiedad privada, entonces el sonido delimita nuestro espacio y nuestras acciones y nos condiciona.
“(El sonido) es la experiencia pública urbana […] prepara a sus usuarios para situaciones inesperadas. Estos serán capaces de crear las interferencias más exageradas y de adaptarnos a ellas. Y es, en cierto modo, ‘lo sensible’ lo que define la experiencia humana del espacio público” (Cambrón, 2011)
Lo que sucede con estos muchachos que escuchan este “mosquito device” que les genera incomodidad y hace que “huyan” del lugar donde están, es una muestra de control directo y subjetivo, de su sensibilidad al sonido. Sí, solo son jóvenes menores a 24 años los que lo escuchan pero, con semejante especialización en el target, ¿qué tanto los sonidos urbanos escapan del control administrativo? Y, si el sonido controla nuestra “libertad”, en qué medida éste, aporta a las dinámicas urbanas para que la interacción social se vuelva un hecho de creación más no de aberración?
Saludos, Carmen
Considero que el escape del que hablas (administrativo) tiene sus límites. Sabemos que en un edificio es necesario moderar el ruido de las fiestas (convivencia), así como en la calle en ciertos momentos (de saber los carnavales son excepciones que sirven de ejemplo). Sin embargo, los sonidos son también dirigidos al control social (o las libertades como lo dices). Pienso entonces que, así como en el graffiti, la cuestión va al uso legal o no, así como a las intencionalidades diversas del mismo. Aunque invisible, el sonido también ocupa espacios, los estructura o también transgrede.
EliminarDe acuerdo con la lectura de Berenguer, lo que me deja pensando es metodológicamente la forma en la cual el sonido cobra importancia, y es un punto clave para entender relaciones de espacio público, privado, y las relaciones e imaginarios que se establecen a partir de estos fenómenos, caso concreto, las alarmas, como marco de reproducción y construcción del orden o la norma; al respecto ¿Cómo se puede comprender y explicar la experiencia etnográfica a partir del estudio de las sonoridades? ¿Pensando en que el sonido genera regímenes de sonoridad, en relación con el espacio, desde que punto tendríamos que posicionarnos, si este también se compone como un lenguaje?
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarOtra, entendiendo la diversidad tanto de espacios como de grupos humanos, que pueden existir en una ciudad, ¿De qué manera nos podriamos acercar a la manera en que las personas con devilidad visual, entienden la ciudad?
ResponderEliminarAqui les dejo esta noticia.
http://verne.elpais.com/verne/2015/12/09/articulo/1449690157_865774.html