miércoles, 18 de enero de 2017

Curso: Historia y Antropología Urbana
Tema : Sociabilidad urbana. Comunidad y anonimato en la vida metropolitana

Sesión 4: El "continum folk-urbano". La recepción de la Escuela de Chicago en América Latina




Chillogallo.
Foto. Martina León
Proyecto de investigación: Imaginando el sur de Quito.
Responsables:  Alfredo Santillán; Patricia Bermúdez

La urbanización acelerada (con una industrialización dependiente) de las ciudades latinoamericanas conllevó un proceso de migraciones campo-ciudad que caracterizan el urbanismo latinoamericano definido como "macrocefálico".  A más de la configuración territorrial particular este proceso implica procesos de re-producción cultural complejos en los que se conjugan racionalidades correspondientes a las culturas populares de tradición rural, a la cultura de masas, y la cultura urbana en el sentido en que la definía la Escuela de Chicago. El tejido de estas tres racionalidades configura en gran medida la "vida urbana" en las metrópolis latinoamericanas, en contrastae con las lógicas de planificación urbana que en el mejor de los casos imaginaron una integración de las lógicas aldeanas en las grandes ciudades a partir de dispositivos arquitectónicos como los conjuntos "multifamiliares".

11 comentarios:

  1. Hay una película peruana que tiene como fondo el escenario urbano y que documenta de una forma muy explícita esas diferentes narrativas y racionalidades de las que habla Alfredo. Se trata de "La Teta Asustada" de Claudia Llosa. Evoco esta película al leer el texto de Lewis, puesto que efectivamente la ciudad (o los procesos de urbanización) están plagadas de diferentes casos es los que no podemos establecer de esa manera tan dicotómica lo rural y lo urbano como dos polos diferenciados. Me parece acertada la relativización que hace Lewis al calor de las teorías de sus predecesores de Chicago, tratando de desmitificar la oposición de la vida individualista urbana frente a la comunitarista rural.
    Ahora bien, y he aquí mi duda: ¿No podemos asumir sin más que la experiencia urbana de la ciudad del último siglo está marcada efectivamente por un proceso en forma de tentáculos hacia zonas menos densificadas y que por tanto, la urbanidad se basa más en una experiencia que realmente en una cuestión geográfica? Es decir, verlo como un fenómeno, y no tanto con agregados de personas situados en tal o cual lugar. Y más allá de eso ¿no es la ciudad moderna una construcción que se basa en gran medida en la venida de la gente del campo? ¿Cómo hacemos esa distinción entre lo rural y lo urbano, si la mayoría de gente de las ciudades procede del primero? ¿No parece como si en estas explicaciones la urbanidad dependiera del urbanita, y la gente del campo accede a ella de forma pasiva y adaptada? ¿No está la vida urbana marcada en gran medida por toda esa gente que viene de lo rural?
    Vuelvo a la película para referirme a esa idea de cosmopolitismo como el ADN genuíno de la urbanidad, que a mi parecer esconde una idea de segregación y de jerarquización. Es como la idea de progreso, lo cosmopolita es como el culmen civilizatorio, mientras las otras realidades van quedándose atrás. Si vieron la película, la señora blanca, rica y cosmopolita, que toca el piano, se aprovecha de la joven campesina que vive en el cerro. La joven es la conocedora de la música, mientras que la mujer blanca, se la roba para revestirla de cosmopolitismo y ganar plata con ella. ¿No es la joven la que más aporta al cosmopolitismo en este caso?

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    1. Paulino, aunque estoy de acuerdo con tus planteamientos y me suscribo en todas las preguntas que surgen de ellos, me parece que en el caso de La Teta Asustada—que a mi parecer, por cierto, es una excelente película—se debe tomar en cuenta, en mayor medida que la dualidad urbano-rural, la dinámica entre las clases. Es así que las cuestiones segregación y la jerarquización que mencionas están presentes tanto en el campo como en la ciudad. En cuanto a lo cosmopolita como idea, e incluso como afán, me gustaría plantear que se trata, también, de una noción necesariamente cruzada por las cuestiones de clase, pues la señora que toca el piano en la peli tendría el mismo anhelo, creo yo, tanto en el campo como en la ciudad. En efecto, las proposiciones de Lewis y las de Paulino (quien se merece ser ubicado al mismo nivel que el primero) detectan la marginal mirada de Chicago en el planteamiento de las ciudades. La Teta Asustada, en contraste con los planteamientos de Chicago, viene a ser el epítome del diálogo entre campo y ciudad, debido a que ilustra la mutua influencia entre los dos. Al menos en algunas ciudades latinoamericanas como Lima, que es el escenario de la película, la cultura folk vendría a tener un lugar, a mi criterio, más significativo en el imaginario urbano que lo cosmopolita y verdaderamente foráneo. Sin embargo, luego de llegar y establecerse prácticas culturales del campo en la ciudad, ¿pasan éstas, inevitablemente, por procesos de mutación? ¿Es ahí de donde podemos hablar de lo urbano? ¿De qué manera se da el mismo proceso en reversa, es decir, hay patrones de retorno de lo folk-urbano hacia el campo? ¿Cómo se puede estudiar la multiplicidad del diálogo urbano-ciudad? ¿Cómo se relaciona la clase con los procesos de globalización, y éstos últimos con la noción de lo cosmopolita?

      -Emilio

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    2. Estoy en parte de acuerdo contigo, pero no del todo, principalmente por una cuestión de interseccionalidad. También en la película hay una cuestión de género (quizás el tema más importante) el cuál no hemos tratado si quiera. Yendo al grano, en las ciudades latinoamericanas y también en las andaluzas, que en eso se parecen, la cuestión de clase está irremediablemente atravesada e imbricada con una cuestión de procedencias (en este caso rurales) y de etnias. Es decir, que la chica sea una chola, no es casual, forma parte de la segregación y determina en gran medida su posición de asalariada.
      Y sí, a mí también me parece una película grandiosa.

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  2. El migrante rural o de provincia que por innumerables circunstancia tiene que convivir, cohabitar e interactuar en las grandes metrópolis, (readaptarse a su nuevo medio de supervivencia), como señala el autor, Georg simmel “la metrópolis y la vida espiritual”; como para hacer el esfuerzo de conectar el presente tema de esta sesión No.4, cuando señala que tiene que ajustarse en la pp56 “al carácter intelectual de la vida psíquica de la metrópolis”, obviamente aquello involucra, costumbres, hábitos y demás, hablamos de dos culturas y mundos diferentes en todos los aspectos de supervivencia…ahora que “la ciudad no es un mundo heterogéneo e impersonal, que recibe al migrante como un mero individuo que debe adaptarse a condiciones completamente ajenas a su experiencia”; “la aldea en la ciudad” pp8 Adrian Gorelik, como bien lo sostiene el autor, aquí se forman y estructuran pequeñas comunidades, que en nuestro medio cultural le llamamos: “colonias”, en mi caso particular soy de la provincia de Esmeraldas y en Quito, existen estas colonias de esmeraldeños en el barrio “el dorado”, por la Facultad de Medicina de la U.C.E., también las hay en el Comité del pueblo y la ecuatoriana, en Guayaquil en los guamos y Isla Trinitaria y así en cada provincia, quien es oriundo de uno u otro sitio, de cualquier parte del planeta forman estructuras orgánicas, culturales, étnicas, ya sea por afinidad o intereses, pero sobre todo creo por supervivencia, étnica, social, cultual y por el simple hecho de compartir con ese alguien que al igual que nosotros también conoce, habla, se identifica y entiende nuestra cultura; frente a este aspecto real, el autor reflexiona ya en la convivencia del migrante en la gran metrópolis con el “otro”: ¿Cómo comprender a los migrantes?; ¿Qué hacer con ellos?; ¿Cómo integrarlo al proceso de modernización que la ciudad debería encarnar frente a su origen rural?...pp9 de este texto etc; ahora profesor entendería que estas expresiones ajustándolas a la contemporaneidad, no significan reprogramar o reeducar al migrante, como una especie de aculturizarlo, hacerlo nacer otra vez, que se olvide de su paso y nazca en un nuevo ambiente y con otras formas de vida..?, como entonces podrían coexistir estas culturas y cosmovisiones distintas…?

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    1. Creo que precisamente dentro de tu último cuestionamiento podría encontrarse una respuesta; al revisar el texto de Lewis y su concepto de cultura de la pobreza, se puede entender cómo dentro de las grandes ciudades (en este caso México) se crean comunidades en las que conviven y se recrean las dinámicas sociales y prácticas culturales “folk“ propias de la ruralidad, al mismo tiempo que forman parte de una comunidad metropolitana en la que a mi parecer siguen existiendo las dinámicas propuestas por el paradigma Simmel-Wirth-Redfield (anonimato, aislamiento, desorganización).
      Al respecto no creo que se trate de una competencia por descalificar las propuestas chicagueanas como inválidas para el contexto latinoamericano y entronizar los argumentos de Lewis y Gorelik como los paradigmas válidos y útiles para el análisis de la vida metropolitana en A. Latina, sino de comprender los dos tipos de dinámicas coexisten y se influencian unas a las otras aunque en muchos de los casos la vida comunitaria de las vecindades, y el anonimato e indiferencia del típico urbanita (de contextos sociales más elevados) no lleguen siquiera a conocerse.

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  3. Considerando que “Las solas condiciones físicas de vida tienen una considerable influencia sobre la vida social” (Lewis Pág12) ¿Cuál sería la incidencia en la interacción social al imponer dispositivos arquitectónicos como las multifamiliares en una periferia habitada, mayoritariamente, por “gente no urbanizada”, (alejada de los servicios como hospitales, teatros, mercados, galerías, etc.) cuando ésta re-produce -o pretende re-producir- racionalidades correspondientes a las culturas populares de tradición rural? ¿Las condiciones materiales y espaciales pueden determinar una relación social?

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  4. El crecimiento de la urbe, producto de las migraciones, y una creciente distinción entre lo propio y lo ajeno ocasiona que este fenómeno tenga aún más impacto sobre la persona que migra. No obstante, ¿qué tan cierta resulta esta distinción entre lo tradicional y lo moderno que generalmente se asocia a la ruralidad y a la urbanidad? ¿Coexisten o cuál absorbe a la otra? ¿de qué dependen estos procesos? Gorelik plantea que lo que él llama “urbanización social” se supedita a condicionamientos históricos, económicos y socioculturales de los que dependerán las estrategias de adaptación y de intercambio que surgen entre los migrados y las citadinos. Y en esta convivencia, ¿qué imaginarios predominan? ¿los de la inclusión o exclusión? ¿cómo tienen lugar estas interrelaciones y cómo influyen en la imagen de ciudad que construimos?

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  5. La ciudad no es un ente estático se transforma día a día, y esta dinámica de cambio, tiene sus características propias por ser una ciudad andina. El componente humano es tan variado y por lo mismo tan complejo, siendo los migrantes los actores que entran no sólo en el juego de la "disputa por el espacio", sino también en la búsqueda de una "identidad", a través de diferentes estrategias que han confluido en diálogos dinámicos y constantes

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  6. Alfredo, quizá sería mejor invertir la primera oración de tu texto de presentación; es decir, que las migraciones del campo a la ciudad produjeron un intenso proceso de urbanización, y no al revés. En todo caso estoy pensando solo en Lima. Y por allí es donde comienzo a pensar en lo que escribe Gorelik acerca de la contraposición entre habitantes urbanos y migrantes rurales en Lima. En aquellos años Lima vivía tensiones constantes por la venida de los migrantes provincianos a la “ciudad colonial”. El literato Salazar Bondy utilizó el concepto de Arcadia Colonial para señalar cómo es que la Lima de aquellos años vivía del recuerdo de su grandeza de antaño; que se ubicaba antes de la llegada de los migrantes. Gorelik rescata el trabajo de Matos Mar sobre las barriadas de Lima para destacar lo innovador de su visión en aquel momento, al encontrar que las barriadas asentadas en los márgenes de la ciudad no se debían a un problema de vivienda, sino que eran el “reflejo del desequilibrio en las estructuras económicas y sociales nacionales”. Gorelik indica que el asentamiento de estas “aldeas en la ciudad” (barriadas para el caso de Lima) tienen como finalidad constituir una comunidad frente al avallasamiento de la ciudad, y claramente fue así en el caso de Lima, donde dependiendo de la provincia desde donde venías, te ubicabas en algunas zonas determinadas de Lima. Dentro de todo lo dicho, resulta interesante preguntarse en la región latinoamericana ¿cuáles fueron las estrategia de supervivencia que los migrantes desarrollaron en las ciudades? (¿redes de compadrazgo? ¿cómo se integraron a la economía?) ¿Qué relaciones establecieron los migrantes y los habitantes urbanos? Vale aquí pensar en lo que decía Simmel respecto al antagonismo que determina las distancias y los desapegos entre unos y otros, pero agregaba que más allá de todo ello, lo que aparece aparentemente como elementos disociativos, en realidad “no es más que una de las formas elementales de socialización”. Por último, vale saber cómo reaccionaba la élite gobernantes; es decir, ¿cuáles fueron las políticas que se emprendieron desde el Estado frente a los procesos de migración intensa de las décadas del 40´ al 60´ y el asentamiento de los provincianos en las ciudades?

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  7. Yo tengo una inquietud, con respecto de lo menciondo, no sé si tenga que ver, pero es algo que yo veo a diario con la población joven de los sectores rurales sobre todo, que sale de Otavalo, inclusive amigos cercanos. Estas personas al salir a Quito dejan atrás todo aquello que les recuerde su origen como sus costumbres, su forma de vestir, dejan de realizar las tradiciones, dejan de hablar su lengua, su comida de repente, en la ciudad, ya no les gusta. Pero me llama más la atención el hecho que al emigrar de su tierra natal, lo que he visto, es que no reproducen ni costumbres ni tradiciones de su pueblo originario, ni se agrupan por zonas. Llegan al punto de hasta rechazar todo nexo familiar reduciéndolo al mínimo contacto. Es más, los que regresan expresan cierto desagrado, por no decir rechazo, por sus costumbres. Aunque claro que no son todos, pero ¿no sería esto un proceso de alienación más que de adaptación?

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  8. Hola a todos, hay tantas preguntas y tanta materia, que nosé por donde empezar a responder. Por esto, opté en compartirles algunas reflexiones que talvez les puedan aportar.
    La oposición campo-ciudad viene del pensamiento europeo (Durkheim, ...) y ejerce una gran influencia sobre la escuela de Chicago. (Gorelik 2008:2) Esta a su vez tiene un fuerte impacto en las teorías de modernización de América Latina de los años 30 a los 70. El pensamiento urbano de ese período tuvo una gran influencia política y cultural en la región.
    Las críticas de Lewis al “modelo folk urbano” de Redfield, llegan en buena hora ya que no se puede universalizar los modelos socio-antropológicas sin cuestionarse sobre las diferentes realidades locales. Lo que señala es que se debe tomar en cuenta el camino de los propios migrantes y como su integración también depende del uso de sus propios recursos culturales tradicionales que no deben ser menospreciados, que no dificultan la aculturación y que finalmente la aculturación no sería necesaria para garantizar una adaptación. (Gorelik 2008:10)
    Si Lewis, no encuentra en las ciudades latino americanas el enfoque “simmel-wirth-redfield” (anonimato, aislamiento, desorganización) pero lo contrario (reproducción de lazos fuertes de la familia ampliada y espíritu comunitario entre los que comparten una misma procedencia, alimentación o curación tradicional), me parece que es porque existe una diferencia fundamental en el tipo de migraciones que se daban en Estados Unidos y en América Latina. Los migrantes que llegan a Estados-Unidos de otros países si eran en la mayoría de los casos completamente ajenos al nuevo país al que llegaban. En cambio, los migrantes rurales de la ciudad de México, seguían estando más o menos cerca de sus comunidades de origen. Es diferente la situación de un “campesino” polaco en Chicago que la situación de un “campesino” tepozteco en la ciudad de México. El campesino polaco tendrá sin lugar a duda, dada la distancia con su lugar de origen, menos posibilidades de reforzar los lazos de la familia. Además talvez, en ciertos casos, el individuo polaco no llegue a una comunidad de polacos ya establecida. (No he leído el libro, pero hablo por experiencia propia).
    Me parece que hay un problema recurrente en el que las teorías tienden a construir herramientas muy generalizadoras. En el caso de la relación campo-ciudad, que resulta ser una relación muy compleja, yo apuntaría ya no a una oposición sino a una reconciliación campo-ciudad. En un texto de Kingman “Ciudades de los Andes: Homogenialización y diversidad” (1992), veía como los migrantes rurales a inicios del siglo XX, seguían teniendo huertas y animales dentro de la ciudad pero que esto pasaba a ser fuertemente reprimido por las autoridades. Los imaginarios de la modernidad que se oponen al campo crean este tipo de conflictos y moldean a nuestras ciudades actuales. Se puede ver como ahora, los movimientos de transición ecológica apuntan a una reconciliación campo-ciudad: incentivar la creación de huertas urbanas, enfocarse en prácticas ecológicas sustentables dentro de la ciudad.

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