miércoles, 17 de enero de 2018

Tema 2. Vida pública y urbanidad 

Sesión 4. La metrópoli en la Escuela de Chicago  

El insumo teórico fundamental en el desarrollo de la llamada Escuela de Chicago es la influencia de Simmel. Su visión de la Modernidad a partir de los cambios en la sociabilidad en las sociedades de masas se ha convertido en la base para la concepción de la metrópoli como espacio de relaciones frías y utilitarias, tendiente a la anomia. En esta mirada la vida urbana se caracteriza por el anonimato, la indifirencia, pero sobre todo por la "libertad de identidad" que es posible gracias al debilitamiento de los vínculos comunitarios. La pintura de Edward Hooper ilustra esta forma de acercamiento a la vida urbana. 

 


14 comentarios:

  1. Una de las principales aristas que la ciudad crea sobre las relaciones de los seres humanos, es sin duda la creación de una nueva concepción de la identidad de los mismos, que sin duda al encontrarse vinculado con procesos históricos, políticos y económicos hace que la dinámica se intensifique y lo lleve a un extremo, sobre la cual la personalidad de las personas tiende a permanecer en un estado de aprietos que llevan a considerar nuevos espacios que han sido diseñados previamente desde la visión objetiva de la vida, enajenando a dicha personalidad a un proceso que desvirtué el espíritu subjetivo de las personas. En este sentido la creación de una referencia de nuevas libertades sobre la identidad de las personas que habitan la urbe, hace que se cuestione hasta qué punto se consideraría una libertad propiamente dicha, o que si esta “libertad” creada en las urbes se halla enmarcada en una nueva forma de tecnología de supresión de las expresiones más esporádicas y trascendentes del ser humano. Por ello la pregunta es ¿Se puede llegar a ser libre en una ciudad sobre dotada de estímulos que desvalorizan los subjetivo? Y si es acaso ¿La personalidad de los habitantes de la ciudad diseñada bajo parámetros de la racionalidad y los procesos económicos?, además de considerar sobre ¿Qué aspectos de la ciudad se identifican con sus creadores los seres humanos, y las condiciones en las que se encuentra esta relación estrecha?

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  2. No se puede hablar de la vida en la ciudad sin referirnos a la vida de los sujetos que la componen. En una sociedad globalizada, donde el hiperconsumo y la individualidad son las normas quizás la gratuidad y la unidad son las únicas formas reales de resistencia.

    Ese carácter utilitario definido por lo monetario y "racional" excluyen de la vida misma a lo que se oponga, sumándole además una obtusidad ante las diferencias, lo que supone, según Simmel, un espíritu de desapego o cautela respecto a los otros. Pero este espíritu de la metrópolis, más que identificar un blasé (indiferente), remite además a una aversión ante los otros, lo que hace de su estructura interna volátil, peligrosa.

    Después de la lectura considero que el barrio puede funcionar como elemento de cohesión debido a que cada uno de ellos tiene su propio carácter social y de relaciones. En el barrio se rescata la individualidad a partir de un sentido de pertenencia más común y, en primera instancia, unificador. Sin embargo, la lógica de la metrópolis suele implementar procesos de exclusión también a este nivel, lo que supone en ciertos casos la tugurización de espacios así como un valor soci-económico diferenciado. En ese sentido ¿el barrio es unificador o un elemento más de división interna?

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  3. Me han llamado la atención dos aspectos de los textos. En primer lugar, encuentro una relación interesante entre las formas de individualismo en las grandes ciudades que propone Simmel y el problema de la mentalidad del hobo que menciona Park. Mientras el primero elogia la independencia individual y el desarrollo de la originalidad que provoca la vida en las metrópolis, el segundo ubica al vagabundo como el pionero de una época en la que las formas de asociación y organización tienden a desaparecer para dar paso a la pasión romántica de la libertad individual. En segundo lugar, también hallo una relación atractiva entre las nuevas formas de vida familiar que se desarrollan en las ciudades a las que hace alusión Park y el papel que tiene la familia como referente en las políticas civilizatorias en Quito que describe Kingman. Así, me cuestiono: ¿el vagabundo, el errante, no tendió también a generar asociaciones con su entorno y similares, sin perder su libertad? ¿Qué papel jugaban las familias en la ciudad de Quito y Chicago durante inicios del siglo XX? ¿Qué rol desempeñaba en la organización de la cambiante vida urbana?

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  4. Simmel considera que los problemas de la vida moderna surgen a partir del individuo y su búsqueda constante por preservar su libertad, para entender esta problemática sugiere que es necesario pensar en las metrópolis como lugares que guardan un tipo de individualidad e indiferencia, dado que en ella se concentran relaciones de intercambio de tipo monetario, generando nuevas formas de interacción social provisto por la reciprocidad de estímulos externos e internos; para explicar los estímulos, se apoya de la psicología que dice que el hombre que reside en la metrópoli se sustenta en el intelecto racional: (las personas y el intercambio monetario tienen en común un valor) y el racional: (las personas actúan de forma individual).
    Considero que a medida que la gran metrópoli acoge a más personas se genera inevitablemente ese proceso de indiferencia, dado que en el día a día se viven situaciones que terminan permeando a los individuos por medio de estímulos de desconfianza, desinterés, distancia… También es cierto que, como individuos sociales por naturaleza, terminamos por crear vínculos con los demás, de manera selectiva claro. Pienso en la Plaza Grande de Quito, donde cientos de personas la visitan, usan sus bancas, gradas, jardines para hacer actividades como sentarse a leer el periódico, vender, profesar su religión, posar para fotos, en fin, y en cuestión de minutos se empieza a generar interacción opinando de lo que ocurre en el instante. Entonces ¿ los “instantes” permiten que se olvide la individualidad y el valor económico y salga el ser social?

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  5. https://imageshack.com/a/img923/9103/mh2ruq.png
    https://imageshack.com/a/img923/4071/D6oFc7.png

    ”Decida su propia vida, no permita que otra persona corra o lo gobierne.”
    La figura del hobo emergió en la temprana modernidad al mismo tiempo que las rieles de los trenes en Estados Unidos y ya para finales del siglo XIX se podía hablar de un grupo de personas que llevaban este modo de vida. Siempre viajando a donde pudieran conseguir empleos ocasionales, los hobos inician una cultura de vida basada en la reciprocidad silenciosa, en una forma alternativa de vida, incluso con su propio lenguaje. Es difícil pensar que a la par del nacimiento del capitalismo se estaban gestando pequeños grupos con diferentes formas de vida como los hobos, quienes a pesar de ser descritos como seres individualistas, no perdieron de vista el sentido piadoso y solidario de la experiencia humana.
    ¿El hobo fue el resultado de una modernidad impuesta o fue la representación de aquel que subvierte la ciudad, el lenguaje, el orden social?

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  6. Park realiza una distinción de la civilización occidental: El ve en la política, la polis, el origen de la misma. ¿Qué implica esto? Además, baja un peldaño la importancia de la familia ¿La familia además de ser una organización social y económica, no fue en su génesis una política?

    ¿Qué sucede con las civilizaciones orientales? Los primeros asentamientos de oriente medio y el imperio del Islam que llegó a conquistar la península ibérica. No me queda claro -el autor por supuesto no tenía aquel centro de diálogo en su texto-.

    En distinto orden cuestiono ¿Qué concepto de familia apelaba Park? Si pensamos en una "sociedad fundada en los derechos cívicos y una organización política", ¿estaríamos alejados de las relaciones de parentesco, costumbres y familia? Pienso que los imperios, asociaciones de clanes y la territorialidad y formas de manejo de conflictos de Oriente muestran bien que no solo Occidente se funda sobre la ciudad, y también sobre la familia. Ambos conceptos no se sobreponen o jerarquizan. Park lo que entiende de la Polis y organización política, es un mero sinónimo de la Democracia. Forma política que ni siquiera estuvo alejado de la organización familiar, como institución o forma primaria; sino veamos la Atenas platónica o la Esparta guerrera: ambas formas dominadas, como ciudades estados, por familias de la élite.

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  7. Me resuena la lectura de Simmel, en tanto considera que en los procesos de expansión de la metrópoli en la modernidad se presenta un predominio de lo objetivo sobre lo subjetivo; "una vida regulada minuto a minuto... una forma extrema de impersonalidad que tiende a producir un resultado extremadamente personal". Cómo la organización espacial, la consolidación de la industria de consumo, la división del trabajo y la economía monetaria constituyen las vidas psíquicas de los sujetos objetivados, a tal punto que la metrópoli trasciende sus límites físicos, existiéndose también en el plano de las representaciones, valores y prácticas que los sujetos metropolizados reproducen, en un espiral que deriva desde el reconocimiento de sus mejores condiciones materiales, (confort), hacia el desencanto de la vida en la gran ciudad por el vaciamiento de sentido que implica insertarse en las dinámicas urbanas de una "mole tan aplastante de espíritu despersonalizado"; donde la libertad está condicionada por la pertenencia y permanencia del individuo al y en el entorno de la metrópoli. En el contexto de nuestras ciudades, que no se han consolidado como metrópolis ni megalópolis, ¿de qué formas podríamos los individuos habitantes escapar o sortear el proceso de objetivación y despersonalización? ¿Son las prácticas y representaciones rurales que aun subyacen en la conformación y ordenamiento de nuestras ciudades espacios de resistencia a la lógica instrumental que produce la estructura civilizatoria de las grandes ciudades modernas?

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  8. Me parece interesante el análisis que hace Park respecto a la trasformación de la humanidad una vez que hemos optado por habitar la ciudad, es decir ese espacio construido por nosotros mismo y en el cual rigen las leyes y acuerdos sociales, nuestros propios órdenes. Este espacio el cual ha sido construido según nuestras visiones y perspectivas, termina de igual manera influenciado en nuestra propia forma de ser, actuar y sobre todo en la manera en que nos relacionamos. De igual manera da paso al aparecimiento del individuo y con este una nueva forma de orden social.
    Existen grandes diferencias entre las urbes alrededor del mundo o inclusive dentro del mismo país, sin embargo dentro de la misma ciudad la realidad no resulta homogénea, puesto que distintos grupos de ciudadanos viven la ciudad de maneras distintas. Resulta fundamental para comprender los distintos órdenes y lógicas que conviven, se contraponen o se evitan en la ciudad, el concebir a esta como un organismo, el cual está conformado por distintas partes que pueden funcionar de maneras diferentes, donde ciertas prácticas se reproducen y otras no.

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  9. En el texto de Park Robert Ezra, la ecología urbana, la naturaleza y la moral asumen nuevos significados y significantes. El individuo urbano, mas que el campesino, en esta análisis, es un sujeto que define a si mismo, que creando la ciudad crea a si mismo. La doble distancia que el autor plantea de la influencia del entorno sobre el individuo y a la vez de como las singularidades definen el conjunto, es la clave de lectura de la paradoja de las Metrópolis. Nos brinda una visión de como el contexto influya sobre la conducta de los individuos, conformando grupos sociales homogéneos, pero a la vez hace una reflexión individual sobre el comportamiento del sujeto, su psicología, y como a través de una análisis mas cualitativa y subjetiva logramos entender un recorrido histórico y características que nos hablan de la comunidad, del contexto. Con la misma lógica se puede leer la disputa entre como de un lado la Metrópoli define las áreas urbanas, genera micro-mundos, a través de procesos de segregación/exclusión
    de grupos sociales y de lo otro lado, a pesar del control y orden que caracteriza las ciudades modernas, existe una expansión “natural” de áreas que surgen sin ningún plan previo, que responden al sistema económico de la ciudad, pero que no llegan a penetrar con la ciudad, en cuanto responden a características propias.
    Adentro de este complejo sistema de tensiones entre orden y desorden, individuo y colectivo, metrópoli y suburbios - el individuo encuentra la posibilidad de expresar su singularidad, de construir nuevas morales, nuevas normas, a través de los procesos de mutación y cambio que se dan en las urbes, hasta las mismas instituciones, administrativas, educativas, políticas, religiosas, etc., viven en continuo proceso de cambio; esto permite al ser humano de establecer su propia moral, de expresar su individualidad, “la singularidad de su naturaleza”. Lo “natural” en cuanto intrínseco al ser humano, asume nuevos significados de expresión, mientras por el imaginario común lo “natural” se asocia a lo rural, este texto nos pone a re-formular el concepto de naturaleza como forma de expresión orgánica del ser humano, que bien se manifiesta en un contexto plagiado por el, hecho de normas, costumbres, tradiciones, reglas, lugares, que son definidos y construidos, para y por seres humanos, que en la urbe, en cuanto contexto favorable, por primera vez tienen la posibilidad de desarrollarse y de expresarse.
    En este sentido, una mirada hacia la ciudad hecha de individualidad, anonimato e indiferencia, se puede leer también como una clave de libertad de expresión de lo mas intrínseco e natural del ser humano, a través del alejamiento a los “vínculos” impuestos por normas y estructuras, quizás mas rígidas, de la vida comunitaria o rural.

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  10. Park comenta al vuelo, algo que me parece fundamental para comprender el proceso de enajenación de los individuos en la vida urbana: en la ciudad las relaciones son más simbióticas que sociales. Es decir que hay una coexistencia, compartir del espacio común, pero no necesariamente una vida en comunidad. Si bien hay más espacio para la “excentricidad”, los deseos reprimidos, las ambiciones secretas (P.126), y hay otros pares para potenciar aquellos, en el largo plazo solo se constituyen en guetos de pares en la misma deriva, lo que por un lado refuerza sus opciones, pero por otro los enajena del resto. La otredad se vuelve más incomprensible aún, abre espacio para la intolerancia, y puede derivar en violencia.
    La desestructuración de la familia y la iglesia tradicional con sus rígidas costumbres y su poder en el proceso moldeador del individuo, han dado paso a la estratificación geográfica según la clase, siendo nuevos factores que determinan sus posibilidades de ser y crecer en sociedad (“el papel que juega en la sociedad y el carácter que con el tiempo adquiere, están ampliamente determinados por las relaciones que él crea y, en general, por el mundo en que vive” P. 122). Estamos ante un agotamiento de ese modelo urbano-moderno, la falsa utopía de la libertad trae nuevas dependencias, castas, sectarismos tribales.
    En la ciudad la gente se separa por barrios, sectores o comunidades, según sus estilos de vida, costumbres, guetos, “modelos, concepción de lo que es conveniente, decente y respetable”, por eso las constantes o características comunes encontradas en tantos estudios urbanísticos. Park dice también que siempre sucede que cuando hay movilidad social, ocurre un desplazamiento geográfico hacia otros sectores, y la consecuente adaptación conductual de los individuos a su nuevo barrio. En ese sentido hay un correlato entre el comportamiento individual y las constantes sociales según la distribución poblacional en la urbe. Es de ida y vuelta, se combinan y retroalimentan; comprender esta tendencia hace posible la generación de políticas públicas o intervenciones desde el Estado para el control social.
    Sin embargo, en los últimos años se viene observando el repoblamiento de pueblos que fueron abandonados por procesos migratorios del sXX. La calidad de vida en las grandes urbes nunca llegó a ser lo que prometía, más que para las élites; las clases medias están iniciando un movimiento inverso, aún incipiente, pero que puede marcar una nueva tendencia para el sXXI.

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  11. De acuerdo Simmel en la modernidad surgen diversos problemas en cuanto al dilema de preservar la independencia y especificidad de la persona contra la sociedad, la herencia histórica y técnicas exteriores de la vida determinadas por la metrópoli, la cual determina los elementos de la vida psíquica de sus habitantes, aquella encargada de generar la conciencia de la que partimos para ser diferentes.
    De la misma forma las metrópolis siempre han sido centros económicos en los que persiste un dominio del intelecto, transformando las relaciones internas, que pasan de ser cualitativas a cuantitativas creando un contraste con lo individual que comprende comportamientos en un tono más personal que sobrepasan la barrera del valor por servicio. Como consecuencia se pierden los rasgos de cercanía o reciprocidad poniendo como ejemplo el “cara a cara” comprador – vendedor, este ultimo siempre resolviendo necesidades nuevas de la vida moderna, pero causando la disolución del ánimo que distingue a las grandes ciudades.
    Como menciona el autor por una parte la vida de aquellos que viven en la metrópoli se ve resuelta y con facilidades, pero en este sentido ¿Cómo los individuos y sus personalidades se adaptan al contexto dado por las ciudades? ¿En las grandes ciudades las identidades se refuerzan o se desdibujan?

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  12. El texto de Simmel, y en general su propuesta de sociología, plantean importantes accesos para el estudio de la ciudad, como bien el profesor lo menciona. En particular, este artículo trabajado pone el énfasis en la ciudad como experiencia. El anónimato y la centralidad de formas racionales (cálculo individual) constituyen aspectos centrales que Simmel relaciona con el modo de vida en la metrópoli. En términos generales esto se relaciona en sociología con procesos de racionalización, los cuales Simmel aborda desde sus consecuencias en la vida personal. Estos aspectos pueden profundizarse con el trabajo de otros autores: Desde Norbert Elias el giro fundamental que la metrópoli está planteando es el paso de formas de coacción externas a las autocoacciones. Simmel habla muy bien de esto: ya no es el peso de la pertenencia al grupo lo que condiciona el tipo de comportamientos y experiencias del individuo de la metrópoli, es cierta 'libertad', cierta flexibilidad de los lazos comunitarios (como el profesor lo menciona) lo que lleva a que ahora sea responsabilidad del individuo el control y orientación de sus comportamientos. Este giro a las autocoacciones, a la sensación de libertad, otros autores como Martuccelli lo sitúan en el cambio de formas de dominación: ahora surge una sobre-responsabilización del individuo, de su trayectoria, de sus acciones, de las consecuencias de sus acciones. Como bien lo dice Simmel, este aspecto constituye un rasgo central de la metrópoli como experiencia o dispositivo que condiciona subjetividades.
    Otro aspecto trabajado por Simmel, y desde él profundizado y ampliado en las sociologías contemporáneas. Es dicha experienca del blasé. Entendido como cierta insensibilidad resultado de la sobre-estimulación que la ciudad impone al individuo. Esta creciente incapacidad por experimentar experiencias en su novedad y plenitud, propia de la metrópoli, constituyó luego un eje central en el estudio de las subjetividades. Por esto, al trabajar autores como Simmel, se le sitúa en el estudio de la 'condición moderna', es decir, de las influencias de procesos de urbanización creciente, diferenciación social intensificada y racionalización de la vida (todas asociadas por Simmel a la metrópoli) en las subjetividades individuales. Múltiples reflexiones sobre esto surgen: la metrópoli con su experiencia de distanciamiento, imprime una enorme carga en la vida individual. El individuo pasa a percibir con mayor claridad un self, un sí mismo, que se diferencia en experiencia del resto de la vida. Esa experiencia de distancia ante el mundo y de fractura de lo individual-colectivo constituye una matriz de análisis central para comprender la metrópoli desde las subjetividades que produce.

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  13. Simmel, el olvidado de la triada Durkheim-Weber-Marx, propone un análisis de la Modernidad centrado en los efectos de esta en los cuerpos y las mentes de los individuos que habitaban dicho momento histórico. Se da el inicio de una corriente micro-sociológica de la disciplina, la cual surge por cierto a partir del análisis de la vida cotidiana en asentamientos urbanos. Sitúa su objeto de estudio en las experiencias encarnadas, vividas, sentidas como en los pensamientos y percepciones del hombre y mujer moderno.

    Esta incidencia teórica aunque más bien metodológica, incide por cierto en las investigaciones de la Escuela de Chicago. Aquí quiero señalar la interrelación y diálogo de un análisis sociológico de la ciudad que se apoya en herramientas de la biología, un trabajo que transita en distintas disciplinas, y entendiendo a la entidad urbana como un laboratorio social y definida a partir de criterios de población, densidad y heterogeneidad.

    El desafío, estimo, pasa por considerar estos postulados teóricos y metodológicos para abordar a la ciudad contemporánea.
    Cómo se ven estimuladas nuestras conciencias a partir de nuestra experiencia cotidiana de habitar la urbe actual? Qué tipo de cultura urbana se construimos en tiempos de hoy? Es posible definir cultura urbana a partir de criterios numéricos? Cuál sería una nueva lectura?

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  14. Simmel debe ser uno de los pocos, si no es el único, pensador de la sociología clásica en dar un tratamiento específico del espacio como objeto de estudio. Como hemos visto, la transición de una sociedad tradicional a una moderna permeó el espíritu de la época. Esto no es ajeno a Simmel (y tampoco para Park y Wirth), de ahí que la ciudad sea el lugar de la modernidad, y su interés sea profundizar en esta forma de organización social y espacial. Es diferente como la reserva frente al otro permite -paradójicamente según mi lectura- la existencia de un mundo social diferenciado de la ciudad provincia.
    Es paradójico en la medida de que un círculo social no tan restringido y limitado como la familia, etc. Implica una mayor libertad para la movilidad en la ciusad, sin embargo el carácter impersonal de las relaciones genera comportamientos como el blasé o sujetos como el hobo, ejemplos de constelaciones e instituciones que se producen por la convergencia de fuerzas, de ahí que la ciudad sea diferenciada según contextos.
    Finalmente, mencionar que Wirth a partir del concepto de urbanismo como aquello constitutivo de la especialidad urbana rastrea la complejidad social que acarrea una mayor diferenciación social. Como en el caso de sociedad estamental y clasista, en la ciudad la densidad poblacional favorece procesos de segregación que, es lo más sugerente, tienen un correlativo espacial que devela las características de la modernidad: heterogeneidad, diferenciación, modos de vida que engranan en una forma de asociación humana.

    Alberto

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