Tema 1. Sociabilidad urbana. Una lectura antropológica
Sesión 5. Vínculos "cercanos" en las metrópolis
La idea de una "Antropología Urbana" fue propuesta por Robert Redfiel a partir de sus investigaciones en la península de Yucatán en Méxcio. Como extensión y complemento de los estudios de la Escuela de Chicago, Redfiel se interesó por las formas de la urbanización en localidades diferentes a las metrópolis como Chicago, como es el caso de ciudades pequeñas de México, y su definición del campo de estudio de esta subdisciplina emergente serían los cambios culturales que provoca la urbanización (secularización, individualismo, desorganización) en las sociedades "folk". A partir de este momento el interés mayoritario de la Antropología Urbana serán justamente los cambios y continuidades socio-culturales de los grupos humanos específicos en las metrópolis.
A lo largo de “La comunidad urbana como modelo espacial y orden social” aparecen conceptos tales como relaciones, metabolismo, cambios. Park describe los efectos del crecimiento poblacional en la comunidad. Por un lado, retoma las ideas de Simmel sobre la vida intelectual de las metrópolis, la división del trabajo, y la especialización profesional. Por otro, analiza la relación entre dicho crecimiento, el transporte, y el valor del suelo.
ResponderEliminarLa vida de la comunidad —dice Park (1999, 92)— es una suerte de metabolismo. La comunidad asimila individuos y elimina otros. La asimilación de nativos consiste en la educación de niños y adolescentes. En cambio, la asimilación de extranjeros trae otras complicaciones. Uno de los efectos del crecimiento poblacional de este tipo es la segregación.
Al igual que Simmel, Park destaca el rol del mercado en el crecimiento de la ciudad. Como resultado, la configuración de la ciudad queda determinada por la geografía local y el transporte. Que los fenómenos sociales puedan ser explicados a través de los cambios de posición parece sugerir la posibilidad de reducir dichos fenómenos a explicaciones propias de las ciencias físicas. Park, no obstante, aclara que los seres humanos, a diferencia de las unidades elementales de la materia, están sujetos al cambio. Este cambio, a su vez, es facilitado por la comunicación.
En “La organización de la comunidad y el temperamento romántico”, Park señala que las personas incompetentes (niños, mujeres) son las que mantienen el interés en las comunidades locales. En cambio, las personas competentes pasan la mayor parte del tiempo ausentes de la comunidad. Una comunidad está compuesta solamente por individuos, sino también por instituciones. La comunidad cuenta con una organización ecológica (distribución específica), una organización económica (división del trabajo), una organización político-cultural (leyes y normas).
Park retoma la cuestión de la eficacia de las comunidades a través del caso de las poblaciones migrantes. Lo que Park concluye es que los factores claves para explicar esta cuestión son de orden sociológico.
La argumentación de Park suscita algunas interrogantes. En ciudades como las latinoamericanas, ¿quiénes vendrían a ser las “personas competentes” y las “personas incompetentes”? ¿Cuáles son algunos de los procesos históricos que han configurado la organización ecológica de dichas ciudades?
Park señala que las personas competentes son especialistas profundamente preocupados en un ámbito limitado de la experiencia humana en el que han elegido operar, pensando en el caso de las ciudades de Latino América como las del resto del mundo, son aquellas que al lograr cierto crecimiento social y económico, pueden aislarse tanto física como afectivamente del resto de individuos y observarlos nuevamente desde una perspectiva tanto física como socialmente distante. Aquellos que visualizan a las personas incompetentes como la otredad, lo no competente, lo que es potencialmente competente, lo que el competente fue antes de ser competente, la otredad que debía ser estudiada como un vestigio de lo que la sociedad moderna fue.
EliminarLos incompetentes son las que todavía mantienen eso que en cierto sentido podría ser llamado un vivo interés en las comunidades locales de nuestras ciudades, quizás los barrios populares de todo el mundo, en donde las fiestas sean en los parques, la comida preparada en conjunto, la pamba mesa, la minga para limpiar el parque, las conversaciones indiscretas de las vecinas, etc.
Los límites de las comunidades en la organización ecológica que refiere Park, al asumir su distribución de forma geográfica, comunicativa y del valor del suelo, establece una planificación urbana que busca un plan de ordenamiento con validez para la comunidad; así mismo aparece actores “competentes” en esta organización económica en busca de satisfacer intereses diversos que algunos de ellos se han instituido en los grupos políticos, religiosos, creativos y culturales en un constante modelo segmentario, como lo lingüístico o racial.
EliminarSiendo así —en Latinoamérica—, de manera frecuente los individuos que integran la comunidad con patologías de pobreza, delincuencia, inmigrantes, con enfermedades, llamada personas “incompetentes” y, aquel personaje que funciona en asistencia a la sociedad, a un modo de vida que sea parte de una “posición social” considerada una persona “competente”
Sobre la primera pregunta. Creo que las nociones de Park sobre personas competentes e incompetentes, mujeres y niños, ya no aplican a la contemporaneidad. La división del trabajo en la actualidad dista mucho de la de inicios de siglo XX. Pienso, por ejemplo, que los que mantienen el interés, la actividad y un ritmo vibrante en algunas comunidades pueden ser trabajadores de la clase creativa que trabajan dentro de sus propios barrios utilizando, no su espacio privado, sino el espacio semipúblico de la cafetería. En muchos casos, la misma clase creativa, como la describe Richard Florida, suelen ser gentrificadores que suplantan poblaciones más tradicionales de barrios “tradicionales”, “emblemáticos” o “populares” y con ello muchas veces eliminan la presencia de niños, por ejemplo. Aunque esto también está dado por las distintas formas de crianza, no creo que los padres de hoy dejen a los hijos a “explorar el barrio”, como hemos mencionado en la clase, la ciudad se entiende como un lugar peligroso.
EliminarResponder sobre cuales son los procesos históricos es algo que me resulta imposible, pero voy a dejar algo desde mi experiencia subjetiva de esta ciudad. Por varios años trabajé con alguien que vivía en la Gonzales Suarez, su lugar de trabajo solía ser una de las cafeterías de esta calle. A la cual yo suelo denominar “Manhattan wannabe”, por la lógica de edificios en altura con comercios que ocupan la planta baja con comercios y un motón de cafeterías donde la gente se reúne, se encuentra y trabaja. En este espacio de la ciudad hay una ecología humana bien interesante donde los vínculos, desde una mirada superficial, parecen estrechos y cercanos pese a se una calle de edificios en altura y de clase alta. Sería interesante hacer trabajo etnográfico ahí. Quizás esta forma de ocupar y habitar la calle tiene un componente muy fuerte de identificación de clase o fue posible gracias a la importación de formas de vida.
Además habría que tomar en cuenta asuntos de segregación espacial con respecto al resto de la ciudad y dentro de la misma Gonzales Suarez . Mientras una va bajando más hacia Guapulo, se pasa de edificios en altura ‘lujosos’ a construcciones precarias. Ahí la cuestión de la ocupación esta dada por una cuestión económica. Unos pueden pagar departamentos en lo alto con una increíble vista de la ciudad, otros el terreno en desnivel que es más barato que el plano y eso los pone juntos espacialmente aunque no haya necesariamente convivencia.
Para responder a la segunda pregunta de Enrique, quisiera retomar que uno de los aportes más relevantes de Park realiza, al estudio de las ciudades, es la conceptualización de la “ecología humana” para describir, analizar y plantear problemáticas a partir de las ciudades y los cambios relacionales que sufren las poblaciones en escenarios de aglutinación, creando una psicología social. En este terreno los procesos por los cuales se conforman, se establecen, se afirman y desenvuelven las relaciones sociales estaría vinculado tanto al espacio físico como social en el cual se llevan a cabo las interacciones ; en otras palabras, los procesos históricos en los cuales se configuran la organización ecológica de las ciudades varían a partir del mayor o menor desarrollo de los medios de comunicación, transporte así como de procesos migratorios que aglutina a grandes poblaciones de diferentes sitios en lugares determinados, modificando las relaciones humanas y configurando una persona con o sin posición social en una sociedad. Y ya que las movilizaciones humanas a lugares determinados son los que reconfiguran escenarios y conlleva a la articulación de sujetos sociales con nuevos horizontes de sentido, podría decir que estas, las movilizaciones humanas, son unos de los principales procesos históricos que revisten de sus particularidades a las comunidades urbanas.
EliminarEn cuanto a la segunda pregunta, considero que es de mayor relevancia hacer referencia al trabajo de Adrián Gorelik, pues señala la existencia de varios paradigmas en Latinoamerica para el abordaje de los cambios y las continuidades socioculturales, preocupaciones centrales para la antropología urbana de corte funcionalista.
EliminarEn este sentido, el autor se refiere al trabajo de Redfield y al ajuste crítico de Lewis, para quien la migración y la adaptación aparecen como elementos que retan el pensamiento antropológico en el contexto de las ciudades latinoamericanas, donde se evidencia que el continuo o paso de lo folk a lo urbano, es un supuesto unitario y universal que deja de lado otros procesos urbanos, distintos a aquellos en los que se venía haciendo énfasis desde la Escuela de Chicago (anonimato, individualismo, desorganización, etc) y en los trabajos del mismo Park, para quien la sociedad solo existe en y por la comunicación, siendo los medios de comunicación, al igual que la geografía, la posición, la distancia y la movilidad, elementos sociológicos que facilitan o dificultan el encuentro y la experiencia común, pues median las experiencias individuales de desplazamiento, siendo la conciencia de sí, el obstáculo último de la comunicación (Park, 97)
Según Gorelik, la antropología urbana en Latinoamerica ha complejizado sus reflexiones, fijando su atención en procesos como la adaptación, la marginalidad y la definición del rol de los migrantes en las ciudades, ampliado sus reflexiones más allá de lo que para Park tendría valor en cuanto a su rol moral (Gorelik 11). Es así como se desarrollan, especialmente a partir de los 60´s, estudios que se centraron en la vecindad, favela, villa o barriada (etc). Así mismo, el autor señala que estas preocupaciones y las diversas posturas que de allí emergieron, se relacionaron con procesos como el de planificación de la ciudad, la implementación de políticas de vivienda, la movilización social urbana, la irrupción de lo nacional articulado especialmente a elementos como la cultura de masas y el crecimiento de la economía de mercado en las ciudades.
En síntesis los fenómenos sociales (si se quiere históricos) de nuestras ciudades permiten ver más allá de la función comunicativa como mediadora moralizante de las relaciones. Lo cual, sin embargo, sigue cuestionando el lugar antropología, pues trabajos como los de Manuel Castells (quien explica la urbanización en A. Latina desde una perspectiva de conflictos estructurales de clase) o los de Paul Singer (quién explica la adaptación-exclusión como fenómenos articulados a los ciclos económicos) presentan argumentos que explican los fenómenos de lo urbano, desde otros campos del conocimiento y pareciera que sortean sin dificultad las peripecias iniciales de la antropología urbana.
En relación a la primera pregunta, de acuerdo a la nota de traducción, la competencia para Park se establece por un criterio de actividad y/ productividad. Según Gorelik, citando el trabajo de Morton y White en el libro ‘El Intelectual contra la Ciudad’, para Park esos ‘otros incompetentes’, tienen un rol moralizador en la cultura urbana (10).
EliminarEn ese sentido, encuentro que los ‘otros incompetentes’ o ‘improductivos’, esos otros migrantes, indígenas, jóvenes, venezolanos, que no terminan de ser incorporados a los esquemas productivos formales de ciudades como Bogotá (que es la ciudad que mejor conozco), no son representados como ‘otros’ con un rol moralizante. Por una parte, porque no necesariamente provienen de ‘aldeas’ o lugares rurales con estilos de vida ‘tradicionales’.
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ResponderEliminarRobert Park en la ciudad y otros ensayos de ecología urbana, señala algunas características de la metrópoli, sitios que son de gran importancia dentro del estudio ecológico y urbano antropológico de las misma.
ResponderEliminarNos indica que el centro de dichas mega urbes serán destinados para el Mercado, como el eje principal de la ciudad; de ese modo las vías de medios de transporte de aquellas ciudades se proyectarán hacia ese núcleo que, como una suerte de Meca, será el destino hacia donde algunos individuos peregrinarán desde las periferias de esta sociedad en movimiento.
La descripción orgánica que el autor manifiesta sobre las ciudades, nos evoca un gran cerebro, en donde las neuronas que se conectan unas y otras, jugarían el papel de vías de transporte que movilizan ideas de varios tipos, experiencias, expectativas y deseos; desechando al individuo como núcleo de la sociedad y exaltando su esencia (pensamientos, creencias, vivencias, deseos, etc) como elemento específico.
Nos plantea la estructura social como los cambios que pueden ser descritos en sus movimientos en términos de su posición y señala, como una de sus características principales, la especialización en el trabajo de los individuos, cuanto mayor espacio ocupe la ciudad más diversidad de trabajos especializados se crearán.
De esta manera el autor nos permite imaginar los caminos migratorios, que van desde las periferias hacia la gran ciudad, no sólo como recorridos físicos de cuerpos, sino como vías de comunicación que terminan por modificar al individuo que comulgando con otras experiencias, hechos, deseos, etc del resto de ciudadanos.
Así, Park exclama que: la sociedad no existe más que en y por la comunicación.
En contraparte; la comunidad tiene para Park una esencia más cercana entre individuos, evoca la figura del vecino y, que se la puede pensar como una matriz en la cual los individuos se forman y con el crecimiento, profesional y económico, ineludiblemente deben transportarse hacia la metrópoli, ya que para Park dichos cambios tienden a traducirse en cambios de localización; sin embargo, este primer espacio en el cual los individuos se forman, se regenera constantemente e integra a nuevos miembros.
Un metabolismo social, en el cual los nuevos miembros se adaptan a dichas comunidades con sus costumbres y ritos, entre otras actividades; Park nos está describiendo de esta manera una relación entre individuos de carácter personal y basados en la tradición. Entonces según lo planteado por el autor ¿Qué tipo de relación o cómo podrían entablar una los individuos que coexisten en las grandes ciudades sabiendo que la especialización en el trabajo y la individualidad distancian este tipo de relaciones de las que se mantienen en las comunidades?
Uno de los enunciados de Park es que, para asegurar la coexistencia o permanencia de la sociedad, los individuos deben estar localizados. Considero que esta necesidad es imperante, dada la característica intrínseca de locomoción que tienen los seres humanos. Por ello, la comunicación, y por extensión, los medios de comunicación cumple un rol importante para sostener "el equilibrio dinámico" de la sociedad. De ahí que, dice Park, "los medios de comunicación (....) son mecanismos para preservar esta permanencia de localización (...).
EliminarPor otra parte, la especialización de las profesiones yo no lo veo como un impedimento para las relaciones que se establecen en las comunidades, al contrario, Park señala que la "cooperación que la civilización exige solo puede mantenerse si cada individuo tiene la posibilidad y la obligación de centrar su atención sobre un sector particular de la experiencia humana". Mas bien, lo que sí demuestra la especialización del trabajo es el crecimiento de las ciudades y la diversificación de la población, pero es eso es propio de las dinámicas urbanas, además es producto de los cambios sociales. En este sentido, la ecología humana permite entender tanto la distribución de los individuos en el espacio, como las relaciones humanas que se presentan desde un análisis "en términos de distancia", donde el transporte, por ejemplo, es un sistema de comunicación que permite conectar el centro con las periferias. Quizás en esa lógica transiten las relaciones que generan en las comunidades.
Por otra parte, aunque no esté en el texto, sí vale recalcar que la Comunicación, como tal, es un hecho social que permite conectar a la sociedad, es un proceso de intercambio simbólico que crea sentidos al interior de la cultura. Para la época que escribe Park, los estudios de comunicación estaban centrados en los usos de los medios de comunicación y el rol que estos cumplen en la transmisión de informaciones. Pero este este entendimiento, evidentemente, ha ido cambiando, ahora la epistemología de la comunicación va mucho más allá de la irrupción de los medios.
EliminarRespondiendo a la siguiente pregunta
Eliminar¿Qué tipo de relación o cómo podrían entablar una los individuos que coexisten en las grandes ciudades sabiendo que la especialización en el trabajo y la individualidad distancian este tipo de relaciones de las que se mantienen en las comunidades?
Park comienza hablando acerca de la morfología social, “aspecto morfológico de la sociedad”, el cual refiere a la manera en que los individuos de una comunidad se disponen en el espacio, qué distancia mantienen entre ellos y qué movilidades son dadas.
Según él la morfología social es fruto y produce a su vez la organización social, de manera que el factor espacio es crucial en el análisis de las comunidades, pues los cambios sociales vienen acompañados muchas veces de la movilidad social. Ahora bien, la comunicación se enlaza con el espacio en la conformación de la comunidad en tanto que la espacialidad y la movilidad social permite o dificulta el contacto social. Por último, un análisis de la comunidad debe ir acompañado de un análisis de la acción individual. Esto último pensado por Park al hacer una analogía entre sociedad y organismo, sociedad y sistema físico. De manera que debemos remitirnos a los elementos básicos del conjunto para entenderlo en su totalidad. En la diversidad de acciones individuales reside la resistencia y por tanto otro de los factores que diversifican la comunidad. Pero las acciones individuales no presentan unicamente resistencias o fricciones sino que en un sentido, a mi parecer, Goffmiano, presentan también articulaciones y adecuaciones a la imagen que de ellos se espera en la comunidad. En este punto nos encontramos ante la cuestión sobre el contacto con los demás en un contexto urbano. Park sostiene que la posición de un individuo y su autopercepción viene determinado por la forma de relacionarse con otros individuos y grupos y por el modelo de sociedad que tiene la comunidad.
Ahora bien, en este punto Garavano nos ofrece un estudio basado no tanto en la espacialidad y las interacciones entre individuos sino en el universo simbólico que desata el pertenecer a un barrio. El barrio es entendido por Garavano como “lugar común” en la ideología de las personas de una ciudad, en el sentido de que es utilizado para referirse a una diversidad de significaciones compartidas. Sustituto simbólico.
Esta red simbólica que homogeneiza una identidad se realiza ante ciertas situaciones, materiales, concretas que atentan contra la vida en el barrio. Garavano identifica estas situaciones como objetivaciones matizadas por una eficacia simbólica.
La ahistoricidad y naturalización frente a la historización y la ruptura se conjugan para poder enfrentarse al poder dominante, a la hegemonía. En este sentido “la barrialidad” constituye una identidad subalterna de resistencia.
POr tanto ante la especialización, las dificultades espaciales y comunicacionales que ofrece la ciudad, las acciones individuales y la eficacia simbólica de discursos identitarios operan como puntos de resistencia y comunión ante la diversificación y aumento del anonimato en la urbanidad.
Al pensar en los sitemas tradicionales de comunicación pienso en efecto que las comunidades no son cerradas, hay agentes de comunicación y vínculo como mencionas. Cuando Park habla de la movilidad nos muestra un sujeto que migra de un estatus, de un continente cultural a otro, a la “Ciudad Cosmopolita”, este llevará consigo información propia de su origen a ese lugar, y llevará información de la Ciudad cosmopolita a su comunidad. El que migra estará transfiriendo información constantemente, incluso si rompiese relaciones con su lugar de origen, su capital cultural lo acompañaría siempre. Ya en la ciudad, ese inmigrante tendrá un tipo de relación social ligada a la economía que lo obligará a interactuar, pues la mayor parte de su subsistencia en la ciudad estará ligada a las transacciones económicas, establecerá seguramente vínculos más cercanos con la “vecina de la tienda” que con el cajero del banco. También encontrará formas y motivos de relacionarse en el sistema educativo, donde establecerá lazos con sus compañeros, también en el trabajo generará cercanías pues la especialización obliga a la cooperación para lograr productos completos; tendrá que relacionarse, en el cumplimiento de requerimientos cívicos se organizará quizás con algún conocido para la votación de turno y se comunicará , entre otros. La subsistencia en la ciudad también está muy ligada al capital social que las personas puedan desarrollar, por tanto el migrante buscará encontrar vínculos, o regresará a los que considere sus similes.
EliminarA partir de lo planteado por Park la ecología humana está más cerca de la comunidad y del individuo en tanto este genera relaciones con los otros, pues hace la distinción entre la ecología de comunidades vegetales que su desarrollo se adhiere por supuesto a una superficie a diferencia de la ecología humana que “tal como los sociólogos pretenden usar el término, no es idéntica a la geografía, ni siquiera se confunde con la geografía humana. (Lo que nos interesa es la comunidad más que el hombre, sus interrelaciones antes que su relación con el suelo sobre el que habita.)” (Park 1999, 89), de la primera propone que es más una ciencia geográfica por su interés acerca de la “distribución real” del espacio sobre el que crecen las plantas.
EliminarEsto para decir que según Park las comunidades establecen otro tipo de relaciones con el espacio, que no se puede pensar una comunidad en relación únicamente con su crecimiento demográfico, pues bien sabemos que esto trae consigo cambios espaciales, pero también cambios sociales, que además se dan entre otras cosas por la forma de movilizarse entre un lugar y otro. Por ejemplo: en ciudades como Florencia, Caquetá – Colombia, una ciudad que como muchas ciudades latinoamericanas no tuvieron una planeación, fueron creciendo, recibiendo en este caso inmigrantes del interior del país en la época de la violencia (1948 – 1953), sus calles que conducen al centro en horas picos son difíciles de transitar fluidamente, una ciudad pequeña que tiene más motos que habitantes, con un sol que llega muchas veces a más de 27º grados centígrados, ahí se genera otro tipo de relación con el espacio y con el otro, los buses desde su apariencia están teñidos de óxido, la gente suda, se ve agotada, pero con fuerza para hablar bien duro, como si uno no escuchara, el que transita la ciudad en bus, tiene una experiencia, el que va en bicicleta otra, el que la camina tal vez podrá ver con mas detenimiento los ríos que alcanza atravesar mientras camina a casa.
Entonces, para dar respuesta al tipo de relaciones que se establecen en las ciudades puedo decir que cada individuo desde conceptos que más que reconocerlos los vive en la cotidianidad de la ciudad, conceptos tales como la movilización, acercamiento, distancia consigue otras formas de relacionarse y obtiene experiencias con el espacio sobre el que se moviliza, única e individualmente. A esto va a decir Park, “el hecho de que cada individuo sea capaz de desplazarse en el espacio le asegura una experiencia particular que le es propia”.
Así el metabolismo social proporciona condiciones propias en cada lugar para el desarrollo de los individuos, y de la misma manera las actitudes individuales “mantienen las organizaciones sociales y determinan los cambios sociales” que requieren también de la comunicación para dar orden y estructura a la geografía de una sociedad, según Park cuando el individuo tiene experiencias, también tiene la necesidad de comunicarlas, contarlas, ser aceptado, así entonces, las relaciones sociales están sujetas a las relaciones espaciales y estas últimas se dotan de importancia dentro del “estudio de la sociedad y de la naturaleza humana”.
A partir de lo planteado por Park la ecología humana está más cerca de la comunidad y del individuo en tanto este genera relaciones con los otros, pues hace la distinción entre la ecología de comunidades vegetales que su desarrollo se adhiere por supuesto a una superficie a diferencia de la ecología humana que “tal como los sociólogos pretenden usar el término, no es idéntica a la geografía, ni siquiera se confunde con la geografía humana. (Lo que nos interesa es la comunidad más que el hombre, sus interrelaciones antes que su relación con el suelo sobre el que habita.)” (Park 1999, 89), de la primera propone que es más una ciencia geográfica por su interés acerca de la “distribución real” del espacio sobre el que crecen las plantas.
EliminarEsto para decir que según Park las comunidades establecen otro tipo de relaciones con el espacio, que no se puede pensar una comunidad en relación únicamente con su crecimiento demográfico, pues bien sabemos que esto trae consigo cambios espaciales, pero también cambios sociales, que además se dan entre otras cosas por la forma de movilizarse entre un lugar y otro. Por ejemplo: en ciudades como Florencia, Caquetá – Colombia, una ciudad que como muchas ciudades latinoamericanas no tuvieron una planeación, fueron creciendo, recibiendo en este caso inmigrantes del interior del país en la época de la violencia (1948 – 1953), sus calles que conducen al centro en horas picos son difíciles de transitar fluidamente, una ciudad pequeña que tiene más motos que habitantes, con un sol que llega muchas veces a más de 27º grados centígrados, ahí se genera otro tipo de relación con el espacio y con el otro, los buses desde su apariencia están teñidos de óxido, la gente suda, se ve agotada, pero con fuerza para hablar bien duro, como si uno no escuchara, el que transita la ciudad en bus, tiene una experiencia, el que va en bicicleta otra, el que la camina tal vez podrá ver con mas detenimiento los ríos que alcanza atravesar mientras camina a casa.
Entonces, para dar respuesta al tipo de relaciones que se establecen en las ciudades puedo decir que cada individuo desde conceptos que más que reconocerlos los vive en la cotidianidad de la ciudad, conceptos tales como la movilización, acercamiento, distancia consigue otras formas de relacionarse y obtiene experiencias con el espacio sobre el que se moviliza, única e individualmente. A esto va a decir Park, “el hecho de que cada individuo sea capaz de desplazarse en el espacio le asegura una experiencia particular que le es propia”.
Así el metabolismo social proporciona condiciones propias en cada lugar para el desarrollo de los individuos, y de la misma manera las actitudes individuales “mantienen las organizaciones sociales y determinan los cambios sociales” que requieren también de la comunicación para dar orden y estructura a la geografía de una sociedad, según Park cuando el individuo tiene experiencias, también tiene la necesidad de comunicarlas, contarlas, ser aceptado, así entonces, las relaciones sociales están sujetas a las relaciones espaciales y estas últimas se dotan de importancia dentro del “estudio de la sociedad y de la naturaleza humana”.
La pertenencia a una comunidad implica un disciplinamiento que la sociedad la impone. Hay un permanente ciclo de asimilacion y expulsión de individuos. Ese metabolismo social conlleva una serie de fenómenos como desordenes sociales, agudización de medidas legislativas. Pero además en la propia comunidad se presentan fenómenos de exclusión y marginación étnica, educativa. Así la comunidad se integra y desintegra por el debilitamiento o agudización de los vínculos raciales, culturales. Y se presenta un nuevo agrupamiento.
ResponderEliminarLos individuos entran en diversos tipos de combinaciones, están muy lejos de representar unidades homogéneas; pero Park se inclina por una explicación alimentada por la psicología para determinar que “la unidad elemental de lo social no es el individuo, sino la actitud, la tendencia individual a actuar” Y la comunicación un elemento clave en la vida social “la sociedad no existe más que en y por la comunicación”
El valor a la movilidad, la comunicación y la intimidad otorgada por Park es fundamental, en el sentido que la experiencia constituye al individuo y por ende a la vida social. El concepto de comunidad mas amplia de Park es determinante. Esta afirmación conlleva la afirmación que no existen sociedades aisladas, siempre hay algún tipo de interdependencia. El ejemplo de Park sobre las relaciones de grupos inmigrantes nos otorga la visión de la problemática del territorio y pertenencia.
¿La configuración de una amplia red de organizaciones sociales, políticas, permite la formación de espacios de interacción entre actores sociales?
Park nos plantea el lazo que une a los medios de comunicación con la civilización. Afirma "La sociedad no existe más que en y por la comunicación" (1999, 97).
ResponderEliminarLa comunicación quiebra o rompe el aislamiento que existía antes ente pueblos, ciudades, etc. Creando así, una versión distinta de posición, distancia y movilidad.
Antes este cambio de concepto, Park enfatiza en el hecho de posición. Habla de como el aislamiento y la retención a ciertos movimientos son hechos naturales de la sociedad, la búsqueda de intimidad ante todo está comunicación existente. E igual, la lucha de una posición en cualquier manifestación que sea.
EN lo último, ¿cómo podrían plantearse una sociedad que no tuviera ese peligro de perder su intimidad ante una masiva ola de comunicación como la que se tiene actualmente? ¿cómo sería la posición del individuo sin intimidad?
En “la aldea en la ciudad” Gorelik describe y compara enunciados antropológicos generados durante la segunda mitad del siglo XX alrededor de la “ciudad latinoamericana” y la dualidad adaptación/aculturación de un mundo en transición, además, señala cómo las figuraciones antropológicas se tradujeron en políticas que reconfiguraron estas ciudades.
ResponderEliminarPara empezar, el autor expone el trabajo de Redfield, cuyos estudios elaborados en Tepoztlan y Yucatán le permitieron encontrar una ciudad “folk” que mantenía características socioculturales del mundo tradicional. Para Redfield todos los hombres vivieron en un tiempo en esas pequeñas sociedades “folk” y todos se encaminan hacia esa otra forman, reciente y novedosa, que es la sociedad urbana.
Después esta el trabajo de Lewis, quién buscó reemplazar el formalismo de los análisis de Redfield y quería probar que las sociedades “folk” no eran una comunidad armónica y estable como se había planteado. Estudió la migración rural urbana y a la familia como objeto antropológico. Planteó que el proceso de urbanización social depende de las condiciones de partida, históricas, económicas, sociales y culturales de cada grupo. Reconoció fuertes lazos de familia ampliada y comunitarios en grupos migrantes. Estas “pequeñas comunidades”, según Lewis, actúan de forma cohesiva y recrean un universo cultural semejante al de su procedencia en el medio urbano.
Gorelik presenta también el estudio de tres casos de ciudad latinoamericana: Lima, Río de Janeiro y Buenos Aires. Matos Mar, exponente en el caso de Lima, propone que el proceso de “urbanización cultural” genera estímulos que solo encuentran efectiva respuesta en la capital. Pearse, con respecto a Río de Janeiro señala que las favelas actúan como sitios marginados desde donde el migrante se ve obligado a adaptarse a ella, configurando una nueva forma moderna de desventaja socioeconómica. Para el caso de Buenos Aires, Germani menciona que se da una especie de progresión de las familias inmigradas más homogéneas en cuanto a origen de sus miembros y carácter reciente de su inmigración, hasta las familias totalmente nativas. En este proceso migratorio ni el “folk”, ni el “urbano” podrían identificarse con la claridad de las tipologías clásicas.
Los debates sobre como deberían ser las casas y los barrios de las sociedades migrantes o “aldeanos” se elevaron hacia 1959, en varias ciudades se propone la implantación de viviendas de carácter masivo y se produce, de esta manera, una alianza entre Estado y arquitectura moderna. La idea de generar estas “comunidades” era llevar a cabo un proyecto de organización colectiva adecuada a los nuevos tiempos. Se buscaba, con estos proyectos, la recuperación de la doble armonía perdida en la metrópoli moderna, se esperaba que en la vivienda social germinara una transformación vanguardista del conjunto de la vida en ciudad.
Alrededor de estos debates, se generan dos estancias de reflexión. Por un lado, esta el “monismo radical” que propone que la vivienda popular puede eliminar la “marginalidad” y los barrios populares pueden gozar de un carácter pleno tradicional y moderno. Por otro, esta el “dualismo exasperado” que plantea el regreso a la idea de marginalidad, pero de una forma positivizada, con valores autónomos capaces de ofrecer una alternativa global a los valores burgueses de la civilización urbana occidental.
Las preguntas desarrolladas a partir de la idea de adaptación y aculturación en una sociedad en transición generan además desafíos al pensamiento y la política urbana.
En la ciudad de Quito, ¿Qué aldeas son fácilmente identificables? ¿cómo se han manejado las políticas urbanas respecto al tema de los grupos migratorios?
En relación a el comentario y las preguntas planteadas.
EliminarSegún Gorelik (2008), el flujo de ideas y los debates del pensamiento urbano latinoamericano parecen haber tenido como punto de partida o referente discursivo, los conceptos paradigmáticos del “continuo folk-urbano” de Robert Redfield y “la cultura de la pobreza” de Oscar Lewis, en la recepción de las teorías de la modernización latinoamericana, que motivaron y movieron en diferentes direcciones el pensamiento sobre la “ciudad latinoamericana”.
Redfield, se plantea unas de preguntas en las que América Latina toma un rol preponderante para el ensayo de un cambio modernizador y a partir de su observación define el concepto de “continuo folk-urbano” como “un grupo popular aldeano que no estaba ya aislado, pero que seguía manteniendo una serie de características socioculturales específicas del mundo tradicional – tamaño reducido, status fijo, centralidad de la familia en la reproducción cultural, organización sagrada de la vida, ausencia de criterios de racionalidad instrumental”, donde el paradigma de tradición/modernidad es clave para entender el enfoque de la planificación para el desarrollo. Lewis debate con Rieffield planteando que la comunidades analizadas por él “no provenían con exclusividad de una fuente «civilizatoria» externa, como se desprendía del esquema folk-urbano, sino de heterogeneidades histórico-culturales propias.
Lewis pone en el centro de discusión la migración y formula una hipótesis sobre el impacto psico-social de la mudanza, esto como eje central para américa latina, es decir “que el proceso de urbanización social no es ni unitario ni universal, sino que depende de las condiciones de partida –históricas, económicas, sociales y culturales– de cada grupo migrante. El debate entre Redfield y Lewis sobre la adaptación de los “aldeanos” a la ciudad fue el reflejo de un problema antropológico que, hizo resonancia en el pensamiento urbano, social y político latinoamericano.
A partir del debate mencionado anteriormente, surgen nuevas interpretaciones que tienden a romper con el paradigma tradición/modernidad y por ejemplo toman el barrio como símbolo para ver “qué función cumple en la ideología de los sectores populares –para qué es eficaz– y cuáles son las razones históricas –los porqués– de su existencia. Apuntaremos a los mecanismos de producción ideológica con la que se construye una identidad social que tiene en el barrio su referente” (Gravano 2015, 140). La identidad barrial enfrenta la carencia de control de algunas de las condiciones de existencia de los sectores populares que conforman socialmente los barrios: clase obrera industrial y capas medias. La identidad barrial de los sectores populares representa, en consecuencia, una de las formas de ruptura activa con lo dado-dominante, porque es una restricción alterna frente a la restricción dominante.
Encuentro que en la reflexión de Park (1999), Gorelik (2008) y Gravano (2015) las nociones de crecimiento urbano, migración y movilidad (sujeto a la distinción), así como la de barrio se interrelacionan en la constitución de la ecología de la ciudad. Así, mientras que Park y Gorelik se enfocan en una lectura de la ‘transición’ entendida como pasaje de un estadio a otro, Gravano se interesa por la identificación localizada y la construcción de la “otredad” inherente a la pertenencia a un barrio y la asignación de valores a través de lo barrial. Sobre este punto volveré más adelante. El aporte de Gorelik se encuentra en la revisión que hace al debate antropológico sobre la “ciudad latinoamericana” entre Robert Redfield y su “continuo folk-urbano” desde un carácter funcionalista y un marco ordenador de la urbe y, la “cultura de la pobreza” propuesta por Oscar Lewis quien buscaba probar “…que sus cambios culturales no provenían con exclusividad de una fuente “civilizatoria” externa, como se desprendía del esquema folk-urbano, sino de heterogeneidades histórico-culturales propias.” (2008, 6) De esta manera,
EliminarLewis pone a prueba el “continuo” de Radfield a través del seguimiento en pleno sentido al proceso de la “transición”. En Lewis, la vecindad nos permitiría comprender la cultura migrante (2008, 7) Por otro lado, hay que señalar que la categoría de “cultura de la pobreza” propuesta por el autor en Five Families (Mexican Case Study in the Culture of Poverty) publicado en 1959, inaugura el “realismo etnográfico” como un estilo de relato que consiste en “(…) una reconstrucción cuasi novelada de los testimonios recogidos en forma de biografía colectiva, utilizando procedimientos característicos de la ficción (…) el antropólogo se aleja de la ciencia y los escritores de la ficción para encontrarse en un punto medio” (2008, 8) Por otra parte, me parece interesante problematizar la paradoja del muchacho de barrio y la chica de su casa, acápite de reflexión de Gravano (2015), junto con la reflexión del primer lugar de establecimiento de inmigrantes dentro de la urbe. Park señala que los lugares desatendidos como “(…) bienes inmuebles retenidos especulativamente son con frecuencia abandonados a su suerte y asumen con facilidad los rasgos de un barrio bajo; (…)” (1999, 91) antes de que, y una vez que hayan replicado la cultura cotidiana de su punto de origen, establezcan comunicación con la ciudad entendida desde su heterogeneidad.
Lo permite. En la medida de que el hombre, según Park, se apoya en estructuras bióticas de la comunidad que habita para regular su vida en la naturaleza y le permite mantener una vida organizada en la que se darán elementos de interdependencia simbiótica.
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