lunes, 25 de febrero de 2013

CURSO: HISTORIA Y ANTROPOLOGÍA URBANA
MAESTRÍA EN ANTROPOLOGÍA VISUAL
SESIÓN 10: EL IMAGINARIO Y LA EXPERIENCIA URBANA

Las reflexiones de Cornelios Castoriadis respecto a la formación de imaginarios sociales, tuvieron entre otros efectos despertar el interés en la 'imaginación' como proceso social. Una de sus variantes lo constituye la etoría de "imaginarios urbanos" desarrollada por autores como García Canclini y Armando Silva, siendo este último quien le ha profundizado. La sesión busca identificar el componente imaginario de la experiencia urbana sobre todo a partir de la "virtualización" de la sociedad contemporánea.

10 comentarios:

  1. “Escribiré para vosotros, vosotros, mis amigos, mis camaradas (nos afeitamos todos los días, todos los días entramos a la ciudad como a un túnel luminoso seguros de encontrar la aventura, oh aventureros sin un cobre!)
- La credulidad nos hace falta, ¡el fervor!
Escribiré para vosotros la sinfonía de la ciudad.”
(Raúl González Tuñón, “La calle del agujero en la media”)
    Los imaginarios y la construcción de espacios y experiencias urbanas. ¿Cómo nos movemos, habitamos, construimos y recordamos la ciudad?. La ciudad no es un ser inanimado que no existe, sino que forma parte de miles de procesos vivos que tejen redes a su alrededor. Ciudad hogar, hotel, destino, abrigo, tantas categorías que podría otorgársele a una urbe, todo dependerá del imaginario y el contenido simbólico que le entreguemos.
    Estos contenidos simbólicos pueden leerse a partir de archivos fotográficos, grafitis, arquitectura, mas quiero referirme a una alusión de ciudad de la que no se habla en ninguno de los dos textos: la literatura. Las novelas, cuentos y relatos pueden también generar construcciones e imaginarios sobre una ciudad, por ejemplo el París de Cortázar en “Rayuela”, el Buenos Aires de “Sobre héroes y tumbas”, el México de Juan Rulfo, Carlos Fuentes o Bolaño, la Lima de Bryce Echenique o el Chile de Donoso.
    A partir de la literatura se puede formar la imagen de una ciudad, se podría incluso construir mapas, croquis o rutas de los lugares descritos, pero por sobretodo se va otorgando categorías a ciertos sitios urbanos, lo peligroso de un desierto, la bohemia del centro, los macabros callejones, lo nostálgico de una plaza. Los textos en donde la ciudad es otra protagonista nos dan un banco de datos que debería reposar en los archivos, en los grandes contenedores de memoria como dispositivos para despertarla.
    Probablemente es por esta razón que al pensar en los archivos fotográficos también pensé en la literatura, ambos me resultan relatos del imaginario captado en un instante por un hacedor, en el caso de la fotografía por el fotógrafo, en el segundo caso por el escritor, ambos imprimirán en las mismas la carga simbólica y semántica de sus propias experiencias. Ya lo dice Hiernaux: “El imaginario funciona sobre la base de re- presentaciones que son una forma de traducir en una imagen mental, una realidad material o bien una concepción (…). El imaginario es justamente la capacidad que tenemos, de llevar esta transformación a buen término” (Hiernaux,20:2007). La ciudad es el resultado de las distintas voces, cuerpos y experiencias que la conforman y de las formas en que todos la significamos, la leemos y la vivimos.

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  2. Daniel Hiernaux en Los imaginarios urbanos: de la teoría y los aterrizajes en los estudios urbanos- hace un intento de aclarar y trazar algunos conceptos que aparentemente los muy codiciados estudios urbanos- en la actualidad- no generan o al menos no debidamente. El imaginario, con ayuda de Gilbert Durand, desde el análisis de tinte estructural, sin duda, ayuda a pensar este fenómeno pero no logra diferenciar entre el imaginario, transformador de percepciones en imagen, y el imaginario urbano. La única condición de la ciudad que parece distinguirla es su constante flujo de imágenes, pero ¿qué diferencia hay con un imaginario urbano?

    Cuando la ciudades tradicionales como tal se están desvaneciendo, según Hiernaux y todos los propulsores de sus alternativas, el carácter urbano pensado tradicionalmente también se desvanece, pero si tomamos a Wirth vemos que el ser urbano continua. Este componente –agente y creador de imágenes es mas bien lo que activa al imaginario urbano y no la ciudad como tal.

    Hiernaux apuesta por no limitar al imaginario como campo de los subjetivo, sino como el lo llama”campo de acción” también. En este respecto el imaginario se activa porque no solo es una representación de algo, sino que la sobrepasa y genera una imagen (que como sabemos es atemporal). Aquí Hiernaux contrapone a la concepción del tiempo como condición a priori de Kant y sobrepone al espacio sobre este, ya que el imaginario no podría, según Hiernaux , ‘existir’ sin una imagen- y esta imagen indudablemente esta atada a un espacio-

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  3. Lo simbólico, lo real y lo imaginario fueron conceptos desarrollados por Freud y Lacan, no obstante la ciudad es entre muchas cosas no solo el espacio en el que se construyen imaginarios, es decir desde mi punto de vista un lugar donde se construye una parte de la psique que interactua con el mundo social. La ciudad es el escenario y la inspiración de poetas, músicos, pintores y de todos quienes forman parte de esta envoltura llamada ciudad, aquello por lo que se manifiestan los imaginarios es el lenguaje. Las nuevas voces, cuerpos, caras que se entrecuzan y expresan ahora de vez en cuando de manera palpable, ahora se valen de los medios virtuales como la Internet, dando paso a la construcción de nuevos imaginarios, que de acuerdo a Castoriaris dice el orden imaginario es creador de representaciones. Este orden imaginario se construye desde el momento en que nacemos puesto que desde ese momento estamos inmersos en el lenguaje y con él en la ley, a posteriori se tendrán significaciones, sentidos y acciones.

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  4. JORGE VILLAVICENCIO GUAMBO

    El imaginario que se construye a diario de la ciudad es un discurso que se divulga y que crea una realidad que cada sujeto la asume desde una postura que deviene de su trayectoria urbano-corporal. La ciudad es un proceso social y físico donde se conjuga los sentidos para recordar a que huele, sabe y que color posee cada una de las ciudades que habitamos. Los actores recuerdan la ciudad desde varias aristas, conciben la ciudad desde una forma no tan abstracta; la ciudad se vuelve un espacio afectivo de archivo. Cómo percibimos los espacios urbanos, con qué actitud asumimos los mismos y cómo al reconfigurarlos desde lo real la ciudad la recreamos a diario y según nuestra memoria; desde nuestro sentido ciertos espacios adquieren un locus de patrimonio se vuelven necesarios para entender la ciudad y sin ellos el sujeto se podría descentrar. Nuestras prácticas corporales y sociales asumen y construyen espacios en la ciudad que van a guiar nuestro caminar por la ciudad. Todos estamos siendo construidos por la mirada de los demás pero también por aquellas miradas que no nos ven que nos desmaterializan; la ciudad a medida que progresa desmaterializa las relaciones sociales. Nos plantea un nuevo recorrer por la ciudad, lejano, del mirar el cemento, las construcciones, lo físico, nos remite a mirar lo más etéreo.

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  5. Imaginarios y temporalidades diferenciales humanas
    Entender la ciudad no como un espacio físico sino como un espacio de comunicación y tiempo, hace que su visibilidad sea más compleja. Mirarla significa atender a la irrupción del deseo donde se expresan las fantasías colectivas, los objetos encarnados en modos de ser urbanos y en archivos de memoria que exaltan las emociones sociales. Es así como se crean los imaginarios urbanos, los cuales son objetos ciudadanos que surgen de sentimientos y valoraciones representacionales. Esto en relación a la memoria definida como archivo, desde un compromiso afectivo con el destino, en el deseo y las pasiones humanas. De ese modo, los imaginarios son la expresión del tiempo en sí mismo, del pasado en el olvido y el futuro en el deseo; lo cual permite denotar en lo urbano distintas temporalidades que encierran los lugares en formas de territorialidad y desterritorialidad, en procesos culturales que confluyen en formas de arraigo y desarraigo.
    Los imaginarios son el producto del deseo ciudadano, en las interacciones humanas y sicológicas. Lo cual demarca un nuevo sentido de habitar la ciudad, son redes de intercambio emotivo, en estructuras de espacios desmaterializados, como es el caso de la tecnología de las comunicaciones y los procesos de hiperconectivdad en las ciudades que han ha producido una afectación en las relaciones y los modos de habitar la ciudad.
    En ese contexto la exploración de las narrativas sociales en lo urbano toma otros sentidos, ya no se entiende en el espacio físico sino en las formas de comunicación y las temporalidades sensibles y sicológicas de los modos de habitar la ciudad. Esto genera que las ciudades y sus imaginarios se construyan en base a otras memorias y olvidos que son menos aprehensibles en la visibilidad; es necesario adentrase en los lenguajes y modos de comunicación de los grupos humanos en el marco de las diferencias históricas mentales y en los modos de transformación social que produce la tecnología.

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  6. La conceptualización que se hace de representaciones sociales por parte de Jodelet (2011) parte de las apreciaciones que hacen con anterioridad Mosocovici desde la psicología social y también Castoriadis "desde el origen, la teoría de las representaciones sociales se ha focalizado sobre la relación que mantienen las formas eruditas y científicas del conocimiento y el conocimiento ordinario tal como se despliegan en la vida cotidiana bajo la forma del sentido común" (Jodelet, 2011:136). Los imaginarios sociales hacen parte de este conocimiento que forma y da forma a la experiencia en las ciudades, a partir de la construcción de relatos, mitos y leyendas que dan cuenta de las vivencias en las ciudades. A esto se suma lo que se plantea con respecto al espacio urbano "tiene un rol especial en la activación de nuestra capacidad de imaginación: como lo reconocía ya Simmel en su tiempo, en la ciudad el urbanita está constantemente afectado por una avalancha de estímulos visuales, que conforman una suerte de puesta bajo tensión permanente para la percepción humana" (Hiernaux, 2007: 22).
    Las representaciones de las ciudades imaginadas (Hiernaux, 2007), parece el interés creciente dentro de los estudios urbanos en los últimos tiempos. Sin embargo a mi parecer , los estudios, no únicamente urbanos, deben irremediablemente pensar en la construcción de investigaciones que den cuenta sobre los imaginarios sociales y representaciones sociales construidas en función de distintos campos de estudio, una tarea urgente en la atención de las "realidades" latinoamericanas en general.

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  7. Daniel Hiernaux realiza una genealogía del término imaginario a través de la historia occidental y culmina con un componente activo de éste “… el imaginario aporta un complemento de sentido a las representaciones, las transforma simbólicamente para ser tanto guías de análisis como guías de acción (…) En ello yace la fuerza creativa del imaginario que rebasa la simple representación:
    el imaginario crea imágenes actuantes, imágenes-guías, imágenes que conducen procesos
    y no solo representan realidades materiales o subjetivas. .”(Hiernaux, 2007: p. 20). Es decir, nos propone no sólo una metodología para comprender los mecanismos de la urbe, pensando en esta urbanidad sin ciudad que platea Silva, al explicar cómo lo urbano prescinde de la estructura física de la arquitectura y estructura citadina y se transfiere a actitudes y bienes intangibles. Sino también nos remite a pensar en esta translocación del espacio por lo temporal, en el que este imaginario actúa de manera simultánea a efecto de algún estimulo percibido. El imaginario entonces según lo que plantean los autores retoma imágenes del pasado pero siempre está plantaeado hacia el futuro, hacia la memoria, aunque parezca una contradicción. Pero, ¿cómo se instauran estos imaginarios, a través del archivo; a través de la jerarquía de ciertos grupos sociales en vinculación con los medios y tecnologías?. En ese sentido me pregunto cómo los estigmas sociales se diseminan apareciendo como propios en lugares donde no fueron germinados? Será que el imaginario puede ser manipulado en todas sus vertientes o bien puede escapar y develar la presión de archivos públicos de tal forma transparentar ese proceso del que habla Hiernaux. Pienso en ese sentido la caducidad de los imaginarios y de la propia imagen, si bien los autores nos explcian que sus interpretaciones serán móviles todo el tiempo ¿la intencionalidad tiene una presencia en este caso, o remite a procesos más inconscientes de simbolizar a la representación? Es decir, el imaginario puede funcionar como elemento activista ante ciertos fenómenos sociales o en su maleabilidad interpretativa pierde su accionar originario?

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  8. La ciudad como una imagen, como una idea o como un no lugar en la imaginación de sus habitantes. Los imaginarios urbanos, permiten percibir y tener una idea y conocimiento de una ciudad que parece intangible que se conoce y percibe con los sentidos.
    De aquí surgen las historias urbanas, los mitos eregidos sobre un lugar o un personaje, que van delineando una percepción sobre la ciudad y los espacios que se habitan.

    Estas percepciones de la ciudad, se van forjando en las dinámicas cotidianas, en las conversaciones y en la manera que nos miramos y nos vemos dentro de la ciudad. Esta construcción simbólica de nuestro estar en la ciudad, posibilita entenderla a muchos niveles y sobre todo apropiarse de ella.

    Los imaginarios urbanos, no son ideas aisladas o que cada indviduo tiene de su ciudad, los medios de comunicación y la difusión de la información por varias vías, permite que este constructo social, se teja con las realidades y experiencias porpias dentro del espacio.

    Podría ser que para algunos la idea de la 24 de Mayo evoque delincuencia, violencia y se remita a titulares de prensa que hablan de este espacio como el foco de delincuencia de la ciudad. Mientras que para sus habitantes, ese espacio guarda los recuerdos más preciados a pesar de ser un lugar hostil.

    Así, la ciudad imaginada se construye desde diversas percepciones e imágenes de una ciudad que cambia constantemente.

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  9. En una misma estructura espacial coexisten varias ciudades, cada una nacida de una estructura vigente y de una vida cotidiana de las cuales son su expresion.
    Esta expresividad se traduce en lo que llamamos Imaginarios urbanos, que no son otra cosa que construcciones mentales del entorno que los rodea y que tienen que ver con la espacialidad, con lo percibido por los sentidos y lo que es infundido por la cultura de masas.
    Estos imaginarios, no son inocuos, generan lineas guía y producen procesos que al retroalimentar producen la creación de nuevos imaginarios (Hiernaux, 2007) .
    El proceso de creacion -uso de imaginarios se mueve en la fluidez de las representaciones que implican movimientos de las perspectivas, es un discurso que nunca es estático y que permite que la ciudad transmute de una forma a otra y que un dia sea lo que antes no fue ni pensó ser, este discurso se sustenta en limites que se rompen a si mismos para crear unos nuevos.

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  10. Ciudad y polarizaciones sociales

    En referencia a Soja las ciudades son el centro de las polarizaciones sociales y económicas, a razón de los proceso de desigualdad económica que se desprenden de la estructura creciente del capitalismo donde se abren y ensanchan esas brechas. Un proceso que se representa a diferente espacios de "estratificación social, seg- mentación y segregación que desembocan en un mosaico estratificado de desarrollo socio-económico desigual y de posiciones polarizadas en lo que se refiere al estatus y al poder"(Soja; 2008:385).

    Esta perspectiva se demuestra en la serie de estudios de urbanismo, sociología y antropología urbana, donde se muestran cómo a través de la historia del desarrollo de las ciudades, surgen diversos conflictos económicos y sociales como efecto de la configuración de modelos de desarrollo económico que imperan en diferentes contextos. En Latinoamérica este caso es evidente en la transición del modelo cepalino de sustitución de importaciones al modelo neoliberal, lo cual fue muy significativo en la profundización de la pobreza de esta ciudades y en el carácter de su vida cotidiana (Portes; 2008).

    La ciudad es entonces un espacio de reproducción social y económica, donde se profundizan las dinámicas del mercado en el mundo cotidiano, las formas de competitividad, las diferencias de acceso al mercado laboral, las formas de exclusión, social, racial, económica y política. En ese marco es una "máquina de vivir" que se logra desde un "urbanismo regularizador" (Choay; 2009: 174). En ese marco se define en nuevas estructuras de disputa social que convergen en relación a los diversos cambios sociales y culturales que contiene la globalización, el desarrollo tecnológico y las demandas laborales. Esto en el marco de una lógica de mercado que transforma la dimensión económica desde la especialización y la estructura de clase.

    Guido Salazar

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