Sesión 14: La experiencia metropolitana.
Desde los sujetos no existe La Ciudad como unidad sido una infinidad de ciudades construidads a través de las experiencias individuales. No obstante estas experiencias individuales están estructuradas, aunque se vivan como "propias" de cada persona están atravesadas por los procesos de socialización. Así sujetos desiguales y diferentes se buscan o repelen utlizando los espacios como medio o fin de estas interacciones. Entonces el objeto Ciudad resulta de un tejido que siempre está haciéndose permanentemente pero que al mismo tiempo está ritualizado y rutinizado, por ende es más estable de lo que frecuentemente se piensa bajo la premisa del "caos urbano". El llamado Arte-urbano suele llamar a la destabilización del orden material y simbólico de las ciudades.
Y es que cada sujeto desarrolla una percepción desde su propia experiencia y “crea” su propia visión de la ciudad. Sin embargo, estas construcciones mentales tienen entrecruces grupales que van construyendo un imaginario que se adscribe al espacio físico (geográfico-paisajístico, estructura de la urbe). Es decir, el espacio físico pasa a ser una dimensión de la ciudad, pero existen otras que se construyen en el paso del tiempo y consolidan esta visión, por ejemplo: su historia, sus leyendas, y el diario vivir de la gente que construye “tupidas redes de conocimiento recíproco y de relaciones más directas y humanas" (Giglia, 2000, 45), logrando que la ciudad no sea simplemente una cuestión de aspectos materiales. Los procesos de socialización permiten generar con el paso del tiempo un bagaje cultural común que es posible reconocer cuando está afianzado.
ResponderEliminarEn el caso My Winnipeg, es el sujeto que toma su propia vivencia y la transforma en arte urbano (en forma de largometraje) en una especie de viaje al pasado, reviviendo los paisajes mentales para hacer una representación de su ciudad desde su propia perspectiva, que puede o no ser una idea generalizada para el resto de la población, pero que permite activar el diálogo sobre lo que representa el lugar.
Foucault y Lefevre pone nombre a esos espacios de los que no podemos escarpar y que efectivamente, a pesar de una permitida subjetividad en la vivencia de lo cotidiano, estructuran la vida cotidiana más de lo que pensamos. Se trata de las heterotopías que corresponden a la última sesión. Son esos espacios meramente urbanos donde se superponen todas esas vivencias, que son fragmentados y jerarquizados, pero que además tienden a la homogeneización. Me vienen las imágenes de un centro comercial, una autopista o una gasolinera que cada vez más son semejantes en cualquier parte del mundo.
EliminarSiento que en Quito el Arte Urbano no ha conseguido afincarse como una praxis sostenida, con la excepción -tal vez- del Festival Al Zur-ich en el sur de Quito.
ResponderEliminarSi bien el arte urbano por definición no debe caer en la museificación, pareciera que para nuestros gestores culturales solo "es arte" aquello que puede encajarse en una hoja de Excel y ser fotografiado para un catálogo de papel couché.
El arte urbano ha sido denostado como expresión relevante y la Secretaría de Cultura sólo recurre "a lo urbano" como una muletilla políticamente correcta pero vaciada de significado (esto lo afirmo desde mi experiencia propia, tanto como creador como de ex burócrata de la SECU Quito).
Saludos
FERNANDO ESCOBAR PÁEZ
Considero que el arte urbano ido ganando espacio, no por las políticas culturales locales, sino por su presencia latente en el espacio público. Si bien muchos artistas han participado de las actividades culturales propuestas por el oficialismo, ésto de una u otra forma, constituye un mecanismo de supervivencia, frente a las manejos políticos de los que son presa las instituciones culturales. Creo que muchos actores culturales han entrado en este juego, que si bien se presenta macabro, ha sido una estrategia para mantenerse activos y seguir ganando espacios.
EliminarMás allá de las particularidades del caso de Quito, las cuáles desconozco, sí me gustaría analizar la cuestión del arte urbano desde la perspectiva que sustenta el texto de Carlos Yori. Se trata de la ciudad como una mercancía en los mercados globales que convierten las ciudades cada vez más en una ciudad- imagen o ciudad- espectáculo. Se trata de la creación de ciudades-marca que compiten entre ellas para ser el mejor producto para visitar, invertir, especular... En ese proceso de "disneylandización" de las ciudades hay una suerte de homogeneización, o al menos eso aporta en sus análisis Carlos Yori. Desde aquí es donde quiero preguntarme si el graffiti o el arte callejero forma parte de esas expresiones del devenir de las ciudades actuales. Para que resukle una ciudad atractiva al calor de la competicón global es normal: monumentos iluminados, restaurantes chics, terrazas y bares con neones, alguna experiencia local (artesanías, souvenirs...), grandes cadenas (Starbucks, McDonals y KFC...) y además ciertos productos de consumo cultural (en el sentido artístico) de aire cosmopolita. ¿es el graffiti una expresión callejera que rompe la estructura urbana, la estabilidad de la vida citadina? o, por el contrario, ¿se trata de una de esos mecanismo de homogeneización (con su apuesta local, diferenciadora) de una urbanidad homogeneizadora?
EliminarJustamente en relación a la conclusión cuestionante de Paulino, mi duda surge en torno a las motivaciones de los artistas urbanos, surge el arte urbano en latinoamérica como un afán de reproducción o imitación de prácticas artísticas postmodernas y globalizantes o responde en sí, como Alfredo propone, a la necesidad de desestabilizar el orden material y simbólico en los espacios “urbanos“ de latinoamérica? De ser así, qué espacios son los adecuados para la materialización del arte urbano, o es que el arte urbano queda así definido (o categorizado) meramente por su ubicación en el espacio? ?Se incluye dentro de esto, la importancia de la interacción e interpelación hacia el otro?
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EliminarMe parece que hay un tipo de arte urbano que surge de la calle, de las personas que lo sienten como una necesidad. La cuestión de la institucionalización de cierto tipo de arte urbano es posterior a esta creación que sale desde los individuos y además surge en opsición a una norma del espacio público y no busca necesariamente una institucionalización. Por eso en relación a lo que plantea Paulino, me parece que, viniendo en primer lugar desde los individuos que habitan la ciudad, no es una práctica de mercantilización de la ciudad, más bien se da el fenómeno en el que las instituciones, partidos políticos y otros grupos de poder, captan estas prácticas en su beneficio. La alcaldía de Quito por ejemplo ha pagado a algunos artistas para que pinten cosas que finalmente le conviene a la alcaldía o transmiten los mensajes que ellos quieren. Este resulta ser un medio que puede transmitir mensajes y sobre todo a los más jóvenes. Por otra parte,las expresiones espontáneas de los artistas de la calle, siempre son muy criticadas por las personas que defienden sus fachadas o su noción de la estética y del espacio público...
EliminarEn Quito me parece que algunos tipos de arte urbano son prácticas recientes, antes habían más graffitis de tipo "mensajes políticos" ahora se ven más murales coloridos con motivos diferentes. ¿Es posible que el arte urbano se haya originado en otros países y haya llegado finalmente a Latino América en el contexto de la globalización, a través de diferentes medios como los viajes y el internet? Por otra parte, me parece que los grafitis son como firmas o marcas de personas o colectivos (en medio de una sociedad que nos invade con marcas) y me pregunto si es que los grafitis sirven como elementos para delimitar un territorio social de otro (los territorios de diferentes colectivos o artistas, diferentes territorios de la ciudad como cuando veíamos el mural de la colmena en la parte más central de barrio, etc…)
Resulta interesante del texto de Duhau y Giglia (2008) como en su reflexión sobre las diversas formas habitar la metrópoli y aquellas dinámicas que se van sedimentando, reconocen e integran al análisis sus experiencias como actores que forman parte de la realidad que estudian. En esa medida, dejan claro su posicionamiento sobre la ciudad como “habitantes usuarios, consumidores, transeúntes, automovilistas que diariamente practican e interpretan el espacio urbano”. Por ende, ponen de manifiesto que su mirada no es ni indiferente ni neutral, ni pretenden que así sea. Dentro del ejercicio reflexivo que atraviesa esta indagación, haciendo explicita su mediación como “citadinos-habitantes”, es de destacar que, además de nombrarla, la incluyen como fuente importante dentro de los argumentos que construyen.
ResponderEliminarPara las personas que viven en condición de "indigentes", el espacio vivido se puede convertir en su habitat? De qué forma las redes sociales que tejen estos actores inciden en la conformación de la idea de la "metrópoli"?
ResponderEliminarCoincido con la idea de que cada sujeto, desde su perspectiva y experiencia, construye su “ciudad”, un espacio atravesado permanentemente por relaciones de socialización, pero también de disputa y de poder. En la etnografía de Giglia, el paso de Pozzuoli, comunidad con gran valor histórico y cultural, a Monteruscello, megacolonia construida para albergar a la población desplazada, significó el cambio de comunidad a sociedad. Y en tal situación, “la interacción constante y más humana” se perdía, produciendo un debilitamiento de aquellas interacciones y redes comunales, pasando a una relación negativa, a veces hasta indiferente y hostil. Para algunos resulta una gran oportunidad para reiniciar sus vidas, obteniendo un lugar digno para vivir, pero para otras, les resultaba detestable que los espacios de socialización que tuvieron se vieran restringidos en este nuevo lugar, o simplemente no se sentían en “casa”. Su percepción dependía mucho de cuál había sido su situación anterior, antes de la reubicación. Sumado a ello, la construcción y la distribución de los espacios jugaron un rol importante en la disociación de la población y el desvanecimiento parcial del sentido comunitario. En ese sentido, podríamos pensar sobre qué determina en el sujeto tal o cual percepción de su espacio y cómo se forma.
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ResponderEliminarEl texto de Yory hace una referencia a la ciudad como un sistema metropolitano de globalización, cuyo valor se adquiere en cuanto a los procesos económicos y la valorización que los individuos le dan como valor estratégico y con ello los procesos de anulación y creación de nuevos códigos que anulan la memoria urbana de los mismos para acoplarse y adaptarse a las nuevas formas de habitar, vivir y apropiación de los espacios, actos que homogenizan y fragmentan el imaginario común de la ciudad. Todo esto deriva radicalmente de la arquitectura, la que se vuelve estética y snob (como ciudad mercado, espectáculo de consumo o ciudad vitrina de Hollywood) dominada por las fachadas que logran que las ciudades sean centros de innovación y a la vez competencia por demostrar su desarrollo y progreso, tal como es el caso del Edificio del Seguro, que se lo presenta como “un hito" dentro del desarrollo de la arquitectura ya que al ser el edificio más grande del país en su tiempo (http://arquitecturaecuatoriana.blogspot.com/2015/02/edificio-iess-gadumag.html) por su modernismo, comodidad y temperatura agradable; o como el Quicentro Shopping, primer centro comercial internacional de Quito, que presenta las mismas características.
ResponderEliminarConsidero que dentro de estos espacios quedan excluidas las expresiones del arte urbano, puesto que buscan mostrar estar al nivel de grandes urbes extranjeras y dar la impresión de representar (o pertenecer) a una élite donde la comodidad y la elegancia hacen que se conviertan en sitios estratégicos de intercambio económico, donde predomina la apariencia, la simulación y, más que nada, ser lo que no son (Carlos Yary, pág. 107), sin embargo, ¿pueden estas innovaciones modernas y post-modernas envolver todo el imaginario colectivo de urbanidad dentro de su ficción, desestructurar totalmente el sentido de concebir al mundo y de la idea global de homogenización y vinculación de los actores con el espacio metropolitano?
Considero que el ritual y la rutina poco a poco van caracterizando un espacio y pueden llegar a darle una connotacion particular. El arte urbano ha logrado de alguna forma una apropiación efimera del espacio, trascendiendo del espacio geometrico al espacio antropologico, un lugar de una experiencia de relación con el mundo. A mi me queda la duda si el llamado "no lugar", agregándole la dimensión del tiempo,y sumado al juego intrincado del ritual y la rutina, puede construirse una identidad y dejar de ser algo provisional y efimero, como lo describe friamente Augé en sus texto "De los lugares o a los no lugares", un lugar sin identidad, no relacional ni histórico.
ResponderEliminarSi bien entendemos que la Ciudad (Quito) es una construcción de varias miradas, o varias ciudades, creo que la política pública es miope puesto que al menos la construcción, renovación o lo que se quiera, de los espacios no está pensada para todas las poblaciones, sino para unas específicas. En esa misma línea creo que se inscribe el arte urbano en tanto que denuncia y exigencia de un espacio para quienes lo practican. El texto de Yori da cuenta de una homogenización de las ciudades en un intento de apuntar hacia la conversión en ciudades espectáculo, si se quiere. En este punto creo que lo que ha hecho la municipalidad, al menos en el caso de Quito, es jugar con cierta práctica discursiva en la que se habla de inclusión de todas las expresiones artísticas, sin embargo lo que se ha hecho es profundizar una brecha entre los grupos grafiteros y el cabildo. En todo caso, para unirme al cuestionamiento de Pau (creo que es Paulino), no creo que se tenga que ver al grafiti como algo que altera la cotidianidad, sino como una expresión que al menos intenta romper con las normas impuestas por los municipios en la búsqueda de espacios pensados para ellos puesto que es un grupo por muchos años han sido no solo excluidos d la planificación, sino estigmatizados.
ResponderEliminarEl uso del espacio público está condicionado por su accesibilidad socio-cultural, costumbres adquiridas, normas establecidas y roles asimilados. Usos que, entre otras cosas, dependen del significado del espacio; es decir, de sus signos, mismos que son diseñados para que su ocupación tienda a ser predecible y funcional; por tanto, una utilización diferente, arbitraria, espontánea o lúdica del espacio público puede ser motivo de sanción, señalamiento o discriminación. De ahí que muchos de los usos de un espacio público generalmente son controlados y vigilados. El arte urbano puede atravesar o tergiversar la línea normativa que estipula la manera de usar un espacio, pues dicho arte se fundamenta en la manipulación de los signos, por ende de los significados encontrados en el lugar a intervenir.
ResponderEliminarEl desorden de los espacios públicos es un gran problema de las metrópolis puesto que "es casi imposible pensar en la metrópoli sin partir de los espacios públicos". Este desorden se convierte en una violación de la normatividad formal en los espacios públicos, puesto que, dentro de estos espacios, existen reglas que norman las relaciones entre los individuos y el territorio, manejando sus comportamientos dentro del espacio urbano.
ResponderEliminarDentro de los espacios públicos existen lógicas sociales que normas la relacién entre personas y territorio, organizando así los comportamientos y la percepción de sus experiencias, es decir como la ciudad crea imaginarios dentro de los espacios físicos, pero no siempre dentro de estos, puesto que estos están adscritos al espacio de la memoria, de la experiencia, cotidianidad, entre otras, convirtiéndose en las distintas maneras de habitar.
Giglia y Duhau, encuentran en la ciudad de México, no un desorden como se suele admitir comúnmente, sino distintos tipos de órdenes que corresponden a diferentes tipos de lógicas sociales. Los conflictos surgen de las lecturas diferentes que puede haber sobre el uso del espacio público y de la ausencia de un referente común en cuestión de normativas. Me parece que en el caso del arte urbano, se dan estos conflictos de lecturas sobre el uso del espacio público. En el caso de los artistas urbanos, pienso que ellos tienen una idea de cómo debería verse el espacio público, de los valores que quieren transmitir. Así mismo estos son criticados por las personas que defienden sus fachadas o su noción de la estética y del espacio público... En este sentido ¿Cómo negociar los conflictos que pueden resultar de estas diferentes lecturas de los usos del espacio público?
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