Curso: Historia y Antropología Urbana
Tema: Marginalidad urbana. Sesión 9: El proceso contemporáneo: territorios de la economía ilegal
A partir de los años 90's "la violencia" se ha convertido en el principal discurso en torno a las ciudades latinoamericanas. Indicadores como el crecimiento de las tasas de homicidios, el aumento de la población carcelaria, y el despunte de la sensación de idenfensión se han convertido en las supuestas evidencias de las permanentes "crisis de inseguridad". En respuesta la vida urbana se ha "seguritizado", incluso con el incremento de las llamadas policías de "gatillo fácil" en dónde el uso desmedido de la fuerza reproduce las vulnerabilidades sociales.
A partir de la lectura de "Entre las cuerdas" se puede ver como se vehicula ese discurso de la calle como peligrosa y violenta. En el caso de la etnografía es muy evidente como el gym se convierte en un espacio de seguridad frente al conflicto de la vida urbana.
ResponderEliminarEste tema me parece bastante peliguado. De una lado, podemos asumir que efectivamente la anomia durkheiniana puede desembocar en esa falta de empatía con el otro hasta el punto de que ejercer la violencia sea fácil y casi sin consecuencias. En el cine "La virgen de los Sicarios" o "Ciudad de Dios" se encargan de retratar esa dureza en ciudades latinoamericanas. Sin embargo, como dice Alfredo, esa violencia no sólo es propia de grupos marginados, se trata de ver como hay una serie de violencias estructurales que van desde violencias simbólicas en cuestiones como la ocupación de los espacios, la representación y los imaginarios frente a determinados colectivos o la participación en las decisiones, hasta violencias físicas como es el caso del mayor control policial o las presiones fiscales en clases populares (En España ha sido muy evidente este tipo de violencia en el caso de los desahucios de sus viviendas a sectores populares, mientras se salvaban bancos con dinero público). Esas violencias evidencian las tremendas desigualdades existentes en las ciudades modernas, que como se explicaba el otro día en clase, la desindustrialización conlleva esa concentración de clases muy pudientes en un entorno escaso de empleo y trabajo.
En un libro llamado "La Convivencialidad" de Ivan Illich, pensador austriaco, pero con mucha relación con latinoamérica, el autor expone en 1973 las consecuencias de la desindustralización, a pesar de que aún está no está más que comenzando y habla de dos posibilidades para el futuro. Una es la convivencialidad como apuesta política (austeridad en gasto energético, poner la tecnología al servicio de las necesidades de la gente, desmantelar el control de los recursos por parte de una élite, mayor participación en las decisiones por parte de todos...). Esta es su apuesta. La otra posibilidad la llama "fascismo tecnoburocrático". Algo me dice que está ganando la segunda opción.
Loic Wacquant describe al Gym como un espacio en el que los boxeadores mediante entrenamiento cultivan la moral deportiva, que contempla tres aspectos fundamentales: alimentación y hábitos que no debiliten su cuerpo, abstención de la sociabilidad, es decir un reducido círculo de amigos, y abstinencia sexual dos semanas antes del combate.
ResponderEliminarLos boxeadores ocupan su tiempo y en consecuencia están alejados de las desviaciones del mundo; en la etnografía los deportistas relatan que sus amigos con los que crecieron están en la cárcel o muertos. Algunos salieron adelante, se casaron y como ellos, están intentado sobrevivir.
También cuentan como sus colegas destruyeron sus carreras en el box debido al alcohol, consumo de drogas y diversión con mujeres. Esto me recuerda a los futbolistas de Ecuador, quienes como los boxeadores de la etnografía anhelan con mejorar sus condiciones de vida mediante el deporte, pero que cuando sienten los frutos de su éxito, no mantienen el espíritu de la disciplina y al finalizar de su carrera deportiva, no generaron fortuna alguna.
Considerando esta comparación entre deportistas, puesto que ambos se forjan en sectores considerados marginales; y aterrizando la lectura de la etnografía en el tema de la sesión les propongo analizar el ¿cómo influyen los síntomas de rechazo a la racionalización en la expansión de los territorios de economía ilegal?
En el libro de Wacquant, entre las cuerdas, hay una imagen interesante, por llamarla de algún modo, de cómo la ciudad, lo externo al gimnasio es el espacio del peligro y del miedo. Estas crisis de inseguridad que aparecen en las ciudades desde mediados del siglo XX y en los 90 la idea de seguridad y policía está reforzada. De otro lado considero que hay una intencionalidad estatal desde el garcianismo. El mismo Alfaro tiene un claro programa de protección desde el Estado. En los 30' ya se debate en torn a la policía, no como afinidades y prácticas de vida vecinal, sino como cuerpo y control. En Quito creo que ese discurso de inseguridad tiene la intención municipal de generar una imagen de espacios socialmente deteriorados que "necesitan" de intervención.
ResponderEliminarLa mirada que ofrece Wacquant sobre “la violencia” en las ciudades latinoamericanas, en su libro Entre las cuerdas manifiesta que, etnográficamente, los boxeadores que no están en una situación económica de pobreza (extrema), pueden sobresalir en el universo pugilístico ya que presentan una condición más estable, tanto económica, psíquica y familiar. Quienes no se hallen bajo estas condiciones deben coexistir en condiciones de inestabilidad y con ello la desesperanza en cuanto a la superación personal, por lo que les queda desvincularse del deseo de salir de su medio y optar por otras formas de vida puesto que el boxeo requiere de exigencias de disciplinamiento constante, para lo cual los medios económicos son fundamentales para el pago regular del gym (lugar de encuentro, refugio y/o libertad), los implementos deportivos, la dieta, etc.; factor que incluye también (aunque sea básica) educación.
ResponderEliminarLos mejores boxeadores son quienes provienen de las familias de clase media (generalmente) con trabajos reconocidos para el beneficio social como mensajeros, profesores, obreros, mecánicos, etc., o han recibido ayuda constante de los servicios sociales, lo que brinda a estas familias un medio nivel de estabilidad y demuestran una superioridad con respecto del residente medio del gueto. Aunque en la marginalidad no se incluye en su totalidad una pobreza precaria sí se puede rescatar que el hecho de la “no pertenencia” a un lugar determinado traza el destino de estos jóvenes por lo que los que sobresalen en el mundo del boxeo son quienes no se identifican con las “clases peligrosas dentro del gueto”.
Acordando con Durkheim puedo hacer una comparación entre el libro "Entre las cuerdas de Wacquant y "La mujer justa" de Sándor Márai, novelista y literato húngaro (1941), con respecto de las consideraciones de la violencia en las ciudades urbanizadas acorde con las clases sociales. Ambos pensadores coinciden en cómo la élite mira a las clases bajas y la poca o nula empatía por estos, considerándolos como aquellos “seres” que deben estar lejos de la lejos. Si bien es cierto que la violencia tiene un origen de dominación sobre el “otro” por medio de la fuerza, cabe recalcar además la violencia simbólica en los discursos con respecto de las clases sociales y lo femenino. Para los boxeadores de Woodlawn la mujer, por ejemplo, es considerada como no apta e incluso una distracción para los púgiles y su lugar debe estar (obligatoriamente) en los quehaceres domésticos. En la novela de Márai la mujer es considerada como un objeto que debe ser salvado de las condiciones de pobreza y precariedad por parte del héroe burgués al que su magnanimidad lo lleva a fungir como protector de la exposición ante un medio violento.
Estas élites son las que “salvan” a los demás seres indefensos (blancos de clases medias) de los peligros de las demás etnias y la pobreza, creando así un complejo sistema de inequidades y separación de las posibilidades de ascenso, estigmatizando a imagen de los marginados al punto de llegar a considerarlos como “violentos”.
La relación de la producción, procesamiento, comercio y consumo de drogas con el incremento de violencia en Latinoamérica resulta clave en el análisis de los textos. Quiero empezar por mostrar algunos datos, como que América es el continente con la tasa de homicidios más grande del mundo (19), seguida por África (16), Asia (4), Europa (2) y Oceanía 3 (Perea, 2016, 199); el cálculo es por cada 100000 habitantes y corresponden al 2012. Se consideran los rangos: bajo: menor a 10, medio 10 a 25, alto 25 a 50, crítico 50 a 100, desbordado mayor a 100.
ResponderEliminarYa por separado la realidad varía, así tenemos para el quinquenio 2005-2009: El Salvador (61), Colombia (37), Brasil (28), Ecuador (20), México (15) (Perea, 2016, 215); y ya por ciudades, han existido hitos extremos de incremento de violencia, así: Medellín 1991 (396), Juárez 2010 (229), Río de Janeiro en 1994 (73), Bogotá 1993 (83), siendo estas cuatro, catalogadas como las más violentas de Sur América, y todas (las cuatro) tienen la característica de tener organizaciones traficantes de droga que afianzan su poderío con la fuerza.
Este incremento de violencia a niveles a veces desbordado, puede dar la impresión de que la mejor manera de combatir estos comportamientos sería otorgarle a la fuerza armada, un consentimiento de realizar una “limpieza” de la delincuencia encarnada. Y una forma de hacerlo es el “gatillo fácil”, que es una suerte de “ups, lo siento, te maté”, y se justifica como autodefensa legítima o inclusive como muerte accidental. Aquí se pone en juego el abuso policial por parte individual, así también como elemento coercitivo desde el mismo gobierno en situaciones en que la violencia se justifica para no perder poder. En todo caso, ambas situaciones: violencia por tráfico de drogas y el gatillo fácil, vulneran derechos civiles generales.
Un dato interesante, según (Perea, 2016) sólo Ecuador y Paraguay están por debajo de la media mundial del consumo de cocaína.
Saludos!
Pienso que la forma como se ha abordado el tema de marginalidad en esta entrada y en esta sesión en particular pone en evidencia una imagen o una serie de imágenes que estigmatizan la realidad urbanomarginal. Uno de los fenómenos que más reluce en esa estigmatización es el de la violencia, causada por muchos factores socieconómicos y ligada a muchos otros problemas o vicios de la sociedad urbanomarginal, pero en todo caso se puede ver una cierta asociación casi instantánea y hasta inconsciente entre violencia y marginalidad; un espacio marginal en la urbe es un espacio violento. Y por otro lado, una de las características fundamentales al momento de caracterizar la marginalidad es la asociación directa, casi gratuita, entre esta violencia y la calle, como lo podemos apreciar en la misma etnografía de Wacquant, como ya han mencionado previamente. La caracterización que se hace de la marginalidad urbana ha cimentado profundamente esta asociación entre la violencia y la calle; de alguna forma, el espacio público se volvió paulatinamente espacio marginal, la calle dejó de ser pública, el medio natural del urbanita anónimo, y se volvió el espacio del marginado, el espacio donde ocurre la violencia delictiva, la drogadicción, etc., en fin, los vicios y la inmoralidad tan típicos de las sociedades o grupos humanos urbanomarginales. Ante esto, me viene a la mente, como en otros comentarios ocurre, los distintos casos que Alfredo nos planteó sobre violencia, delictividad y algunos otros problemas que se dan en los espacios "no marginales", en los espacios de élite que buscan alejarse, y se ufanan de ello, de esta violenta y precaria marginalidad. Entonces, si la vida en la calle, la pobreza o la infraestructura precaria, elementos propios de la marginalidad, no son ingredientes necesarios para que surja violencia y conflictividad, y si estos actos violentos y vandálicos ocurren tanto en espacios de élite como en las zonas marginales, ¿cómo o según qué definir la marginalidad? A mi criterio, siguiendo la línea de razonamiento aquí expuesta, la marginalidad es un espacio de libertad; la calle, tan mencionada en este debate y en el texto de Wacquant, no es el espacio de la violencia porque sea el único espacio donde esta se presenta, es el espacio donde la violencia se vuelve pública y cotidiana, en donde sale a la luz y se presenta ahí, a vista y paciencia de todos, y se naturaliza como parte del día a día. En la calle, en el espacio marginal, se dan prácticas en las que, si bien están socialmente condenadas, incurren personas de toda edad, género, grupo étnico o estrato social, solo que en el espacio marginal se dan con una suerte de libertad, una libertad construida a partir de la estigmatización del espacio marginal, que plantea como propias y únicas de ese espacio estas prácticas, cuando en realidad están presentes en cualquier estrato social, solo que en los espacios marginales, gracias a esta estigmatización, son parte del cotidiano vivir y su escenario de todos los días es la calle, el espacio público...
ResponderEliminarTenaz y muy sorprendente la intromisión in situ que realiza Philippe Bourgois en 1985, en un estudio de caso, al llamado “Salón de Juegos”, que no era más que una cortina de humo, o una pantalla, ya que en realidad se constituía en la casa del crack, escenario en donde se desarrolló una series de vicisitudes y experiencia, que el autor en forma minuciosa y etnográficamente detalla, sobre la venta comercialización y administración del micrográfico de droga; este escenario me recuerda hechos contemporáneos que subyacen en mi ciudad Esmeraldas, a lo largo de las riveras de los ríos, particularmente en la Isla Piedad, Santa Martha, el Pampón, las Malvinas, el arenal san Martín de Porres bajo, solo por citar unos cuantos ejemplos, sumado a las pandillas que se enfrentan continuamente por territorio, al secuestro, robo armado ect. mas el olvido y desatención de los gobiernos seccionales y gubernamentales de turno, sumado a la corrupción, lo común en estos ambientes y lo digo por experiencia propia y dolorosa, es que “alguien y en algunas de estas circunstancias tiene un familiar muerto”, ya sea por vicioso, narcotráfico, arreglo de cuentas etc. por lo que siendo esta una ciudad fronteriza, costa turística, la pobreza, el sicarito y demás actividades delictivas son observadas como blanco o caldo de cultivo, en donde además de estas, también consta y se desarrolla como una pantalla los servicios sexuales, etc; mi pregunta para los compañeros que han abordado este tema para su monografía y al profesor, es: ¿la distribución y la comercialización del crack, en este escenario que narra el autor, se constituyó en un negocio culturalmente familiar, como se narra, o por situaciones, circunstancias e intereses específicamente impuestos por los actores implícitos en este negocio?
ResponderEliminarCreo que el texto de Bourgois también hace referencia a ese discurso de violencia, a las desigualdades y conflictos que marcan un espacio urbano que requeriría der intervenido. Eso, más allá de la etnografía en sí misma y de la importancia de Bourdieu en el libro.
ResponderEliminar¿Cuáles son las formas en torno a la violencia con que los grupos de poder o élites señalan y estigmatizan a grupos subalternos, en una sociedad donde la violencia como discurso puede resultar rentable?
ResponderEliminarLeyendo a Burgeois en su libro "En busca del respeto" me queda claro su idea que realmente es malo ser pobre en cualquier país, pero ser pobre en USA es deprimente, teniendo a la riqueza delante de sus ojos, cuando el sueño americano se extingue y no sucede que cuando "entras pobre sales rico", las personas pierden crudamente el autorrespeto y la dignidad. El autor se tuvo que introducir en el mundo de la venta de crack en Harlem, el barrio más pobre de New York, y constatar este hecho, y desde esta plataforma relatar sus peripecias hasta poder ser considerado parte de este medio, incluso mudándose un par de años con su esposa e hijo. Luego de esto me surge la pregunta, es la desconfianza el móvil de la violencia a cualquier nivel, la falta de convencimiento y de argumentos, la fachada con pocos rasgos inmediatos y poco profundos sirven para catalogar y emitir un juicio de valor? A Burguios lo rechazaron sistemáticamente hasta poder sacar sus conclusiones, primero los traficantes y vendedores de crack por considerarlo un policia infiltrado, y cuando se topó con la policia y explicó que estaba realizando un estudio antropológico de los circulos sociales alredor de la droga, lo consideraron un adicto que se pasaba de listo,y en mas de una ocasión le costó una paliza. Hasta el final de su estudio, tuvo que guardar una carta de la Poli que avalaba su trabajo...por las dudas.
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ResponderEliminarLa narración de Wacquant cada vez más ratifica al gym como un espacio de conversión de los cuerpos. Llegan realidades distintas de los púgiles que, tras las rutinas de entrenamiento y mediante los lazos que entretejen dentro, convierten al gimnasio en una comunidad moral, en el sentido que le otorga Durkheim. Es decir, bajo esta concepción se delimitan las relaciones internas, en donde se aprehenden rutinas de ascetismo colectivo, y la inseguridad y los males que se ubican en el exterior y que, a la par, significan la diferencia en el rumbo que toma la vida de cada deportista. No obstante, considero que esta lógica asumida y aceptada no solo busca resguardo y reconocimiento dentro de las paredes del gym sino que, al mismo tiempo, incorpora o naturaliza, y esa es mi duda, la concepción de que los boxeadores y el gimnasio forman parte de un espacio marginalizado debido a condiciones estructurales que propenden a un cierto orden social. Entonces, ¿es posible que, en este caso, los boxeadores hayan naturalizado una condición de marginalidad frente al resto de la ciudad de Chicago?
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ResponderEliminarEl la etnografía de Wacquant observamos que existe una especie de pacto explícito de no interferencia entre el hampa del barrio y el entrenador del gym, quien de esa forma consigue resguardar -parcialmente- la seguridad de su entorno.
ResponderEliminarEl no llamar a la policía en caso de que suceda un hecho violento, no obedece no solo al pacto que menciono, sino a la desconfianza que sienten los pobladores del gueto hacia la policía, ente que es percibido como represivo y que actúa con violencia selectiva y motivaciones no siempre correctas.
No nos olvidemos que durante la misma presidencia de Obama, Estados Unidos -país relevante en este análisis en cuanto allí se desarrolla la etnografía que estamos trabajando- aumentaron los casos de uso excesivo de la fuerza policial hacia ciudadanos de raza negra, quienes muchas veces reaccionaron generando disturbios. Resulta llamativo que la tensión racial se haya exacerbado -y recibido mayor cobertura mediática- a lo largo del segundo mandato de Obama, y si bien los primeros incidentes registrados en la actual presidencia de Trump tienen como blanco predilecto los inmigrantes de origen árabe, es cuestión de tiempo para que nuevamente conozcamos de serios incidentes en el gueto.
Les dejo un par de links donde habla de una de las canciones de hip hop más emblemáticas, "FUCK THA POLICE", la cual es una especie de himno en toda manifestación afroamericana contra la represión policial, y un breve documental de VICE su historia.
https://www.youtube.com/watch?v=c5fts7bj-so
https://www.vice.com/es/article/nwa-fuck-the-police-noisey-039
Saludos.
FERNANDO ESCOBAR PÁEZ
La violencia forma parte de la descripción etnográfica de Wacquant, pues durante la narración de su texto se puede conocer como era el ambiente en el Woodlawn y como la convivencia estaba mediada por conflictos entre pandillas, vendedores de droga y otro de negocios informales. Incluso en un diálogo con Dee Dee cuenta la historia de un joven que tuvo que defenderse a disparos, mientras intentaban quitarle la vida. Así mismo, Dee Dee
ResponderEliminarrecuerda que prefiere no ir a ciertos lugares del barrio por el riesgo y la inseguridad que se generaba en ello.
Claro, el gimnasio se convierte en sitio que aísla esas manifestaciones de violencia e inseguridad, no solo por su estructura física, sino por el sistema de significaciones que surgen en ese espacio de convivencia. No es la fuerza pública, no son las administraciones locales quienes generan este sentido protección. Son los mismos actores de Woodlawn quienes transforman sus espacios y con ello su cotidianidad.
No vayamos lejos, en los barrios periféricos de la ciudad historias parecidas son contadas por sus moradores, muchos han naturalizado estas formas de violencia, otros esperan la intervención de las autoridades, mientras que existen grupos de jóvenes que se toman espacios, como casas barriales, parques y los convierten en su "gimnasio".
Al leer el texto de Carlos Perea, cuando se refiere a que no necesariamente está ligada la violencia producto de las operaciones del narcotráfico con la marginalidad, no podía dejar de pensar en cómo funciona este tema en ciudades como Manta, ciudad de paso, en donde la sociedad en su conjunto parece haber consensuado como estrategia de defensa al margen de la ley, un pacto en donde todos saben quienes son los que se dedican a estas actividades y viven ocupando los espacios sociales de las élites tranquilamente mientras cumplan con mantener sus actividades en las zonas no visibles de la ciudad tanto por los locales como para los turistas en donde también tienen como obligación, restringir sus actos violentos de ajustes de cuentas.
ResponderEliminarDel texto de Bourgois, tres elementos me llamaron la atención y de cada uno de ellos surge al menos una pregunta:
ResponderEliminar1) Resulta evidente en el texto que en el mercado de crack de Harlem las relaciones de parentesco ficticio constituían una importante parte del intercambio de bienes y servicios. ¿Si estas relaciones son el producto de la tradición, en este caso puertorriqueña, cómo afecta el entorno a la funcionalidad específica dentro de estas relaciones? ¿Dónde yacen los estándares éticos: en la tradición o en el entorno? ¿Se puede hablar, en este caso, de la supervivencia de una estructura ante los cambios contextuales?
2) Las diversas alusiones en el texto sobre las condiciones laborales tanto en el mercado legal como en el ilegal demuestran una correlación entre factores como la percepción de dignidad, la estabilidad laboral y el abuso de drogas—en los casos expuestos, cada vez que la situación laboral se deteriora, el consumo de drogas se intensifica. La verticalidad laboral en el mundo ilegal deteriora las condiciones de trabajo, pero también refleja la jerarquía en la que se divide el trabajo 'legal'. Además del consumo de drogas, otros factores de riesgo tienden a ser afectados por situaciones como esta. ¿Cómo inciden los resultados de las investigaciones como la de Bourgois en la creación de nuevas políticas públicas? ¿Ha cambiado en lo absoluto la manera en la que se aborda realidades como la de Harlem? ¿Cuál es el rol del antropólogo al levantar información como la de Bourgois en Harlem?
3) Queda claramente demostrado en el texto que la relación entre la comunidad y las autoridades es casi nula, en especial con una institución tan importante a la hora de garantizar el orden como la policía. Bourgois califica a la policía como desmoralizada y hostil. En ese sentido, la brecha divisoria entre las dos partes es evidente, pero la razón no queda clara. ¿Existe una relación entre los problemas sociales de una comunidad y la (falta de) comunicación con las autoridades? Si trabajos como el de Bourgois demuestran que las estrategias de la policía han sido ineficientes, ¿por qué los problemas de este tipo se han intensificado en los Estados Unidos, específicamente en Chicago, pero también en varias ciudades donde la policía ha actuado como victimaria y ha deteriorado la tensión racial ya existente entre los habitantes de espacios marginales y las autoridades?
Wacquant (2004) nos describe la situación a grandes razgos del barrio de Woodlawn. Este barrio presentaba un tejido social destruído tras más de cincuenta años de degradación y de refuerzo de la segregación económica y racial. Los níveles de desocupación y de fracaso escolar habían alcanzado un nível record. En este panorama de precariedad socio-económica, no es de soprenderse que los jóvenes se vieran más atraídos por la economía ilegal de la calle que por la escuela, ya que era un sentimiento común que la escuela desembocaba en la desocupación o en trabajos mal pagados y sin cobertura social. (Wacquant 2004:33)
ResponderEliminarSi bien en los Estados-Unidos, la desindustrialización conduce a un nuevo fenómeno de pobreza que se da por la falta de empleo y que por otra parte, se producen fenomenos de violencia estructural con el ascenso del Estado penal, qué fenomenos explicarían la constitución de territorios de economía ilegal en los países de América Latina, tomando en cuenta su contexto histórico y social particular?