Curso: Historia y Antropología Urbana
Tema: Marginalidad urbana.
Sesión 8: La marginalidad en la perspectiva latinoamericana
Los trabajos de Oscar Lewis causaron gran impacto tanto en la academia como en la discusión pública acerca de la pobreza experimentada en las ciudades latinoamericanas. Su argumento "cultural" sobre la marginalidad sintonizó con las ideologías desarrollistas fuertemente coloniales de la segunda mitad del siglo XX. Las críticas no tardaron en aparecer en trabajos antropológicos que apostaron por situar la pobreza en un contexto de estructuras económicas fallidas. ¿Qué se puede aprender de la historia de Lewis?
La familia Sánchez y su modo de vida, en especial de Jesús y sus hogares. Cómo toda una vida de trabajo no le permite llegar a tener una estabilidad financiera y a pesar de eso, se involucra con muchas mujeres con las cuales tiene hijos y a la final termina cuidando hasta de sus nietos. Atribuye su situación a la mala suerte, desea que venga un presidente norteamericano para cambien las cosas dice. El paisaje que se relata visualiza aspectos de la vida cotidiana que se caracteriza por las carencias, las necesidades y la ausencia de condiciones para una vida de prosperidad, con excepción de la ocasión en que se gana la lotería y puede hacerse la casa. También relata la sumisión de la mujer en un tiempo en que no había como decirle nada al marido, en palabras propias del relato. Pero básicamente el aporte creo que es que se visualiza muy cercanamente el diario vivir de un círculo de pobreza que se repite generación tras generación por falta de políticas estatales que permitan solucionar los problemas de inequidad a gran escala, cosa común en las grandes ciudades de Latinoamérica, en el caso del texto de Lewis, el México de 1957.
ResponderEliminarSiguiendo la línea de lo que se discutió en la clase pasada, la principal crítica a Lewis radica en que para apuntalar su tesis de "la cultura de la pobreza" opta por obviar aspectos estructurales y sociales de la realidad latinoamericana, así como las particularidades del mercado laboral latinoamericano, el cual funciona de forma muy distinta al anglosajón.
ResponderEliminarSin embargo, considero que no podemos desechar radicalmente el trabajo de Lewis, aunque no debemos obviar su innegable sesgo ideológico, sea este propositivo o involuntario.
Hay que tomar en cuenta la propia extracción marginal de Lewis, cuyo nombre original era Yehezkiel Lefkowitz. Durante su infancia y adolescencia, Lewis sufrió en carne propia los efectos de ser etiquetado como un marginal: su familia de origen ruso judío carecía de recursos económicos y tuvo que afincarse en un pequeño poblado de granjeros protestantes donde los Lefkowitz / Lewis no eran bien vistos...
Si bien Lewis no era un lumpen, su propia historia personal demuestra que que sí es posible romper "el círculo vicioso de la pobreza" y que pertenecer a una clase económica baja no implica necesariamente la presencia de "comportamientos sociabilizados" nocivos.
¿Porqué Lewis no tomó en cuenta su propia historia familiar cuando formuló un juicio tan categórico como el de la "cultura de la pobreza"?. ¿Acaso Lewis consideraba que dicha concepción no tenía validez dentro de los Estados Unidos y por ello nos la endosó a los latinoamericanos?
Otras críticas frecuente a Lewis es su tendencia al historicismo, para Lewis la antropología sería una disciplina cuyo rigor debería buscarse también en la historia, así como el preferir "las historias personales" a los "datos duros" el momento de trazar sus etnografías.
Como aporte de Lewis quiero destacar su crítica al "romanticismo antropológico" que tendía a idealizar -y por ende a exotizar- al Otro. Esta postura incómoda le granjeó críticas de Redfield, a quien incluso Lewis le dedica un libro.
Sería interesante hablar en clases sobre la relación entre una cultura y las formas de la personalidad de sus individuos, tema fundamental en la obra de Lewis, así como de las razones por las que Lewis rechazaba el uso de categorías y etiquetas propias de la antropología "conceptual", así como cuál es el rol que Lewis le concede al órden simbólico, el cual en sus investigaciones suele estar subyugado a la condición social y a las contradicciones de la vida cotidiana.
Saludos.
FERNANDO ESCOBAR PÁEZ
Loic Wacquant señala que la sala de boxeo mantiene una 'relación de oposición simbiótica con el ghetto que la rodea'. En este espacio de manera individual y colectiva las personas construyen, lo que Durkheim llama 'la comunidad moral, el sistema solidario de creencias prácticas', ya que es un espacio en el que deben respetar un contrato de comportamiento.
ResponderEliminarSiguiendo la etnografía, la desocupación forma parte del paisaje cotidiano de los boxeadores investigados por Wacquant. Dee Dee encarna esta situación: adulto mayor que no cuenta con pensión de jubilado porque a lo largo de su vida a tenido diversos trabajos, sin llegar a conseguir estabilidad laboral, de manera que quizá lo más estable que conoce este entrenador de box es la estrecha relación que mantiene con el gym.
Considerando que Mauss afirma que los actos eficaces se basan en un 'saber práctico' ¿es posible afirmar que espacios como el gym cambian la percepción desesperanza que provoca la falta de empleo, e impulsa a quienes viven en condiciones de marginalidad?
De los planteamientos de Lewis es importante considerar que no basta pensar las condiciones de empobrecimiento en función de los elementos culturales compartidos por ciertas poblaciones. En este sentido, es preciso reflexionar sobre las condiciones de empobrecimiento o marginalidad desde un entramado complejo en el que inciden ciertos procesos socio-históricos, las particularidades de los contextos y los factores estructurales que los condicionan. De otro lado, resulta necesario que antes de emprender una indagación por la marginalidad, siguiendo las premisas de Delgado (citando a Gérad Althabe),más que pensar la marginalidad y los marginados, se debería iniciar por explorar en la manera en que son producidos como tales.
ResponderEliminarEn relación a lo que plantea Fernando y, por extensión, a lo discutido en la clase anterior, pienso que la perspectiva de Lewis que plantea una 'cultura de la pobreza' tiene como problema principal, y como blanco central de las críticas, el hecho de acusa una causa moral, y además inherente a las personas hundidas en esta situación, como el origen de los problemas típicamente asociados a la marginalidad. En otras palabras, plantea que el origen de la delincuencia y la degradación de las personas "marginales", si se las puede llamar así, está en la cultura, las formas de representación de estas personas, y no en problemas estructurales ni en factores externos que puedan incidir sobre los espacios o sociedades, digamos, marginales. Al respecto, en el texto de Wacquant uno de los pasajes expone la cercanía de Dee Dee, el entrenador del gimansio de box, con los altos mandos de la principal banda delictiva de su Ghetto, relación que garantiza la seguridad del gimnasio frente a la amenaza delictiva; esto matiza el hecho de que los espacios marginales no son, a diferencia de como los pintas las descripciones, inmorales, tienen otra moralidad, muy distinta de la que blanden los críticos de la "inmorilidad marginal", como podría considerarse al mismo Lewis, pero en fin, una observación más detallada nos muestra que tienen sus propias reglas, sus propios códigos de honor y consignas de respeto, y por tanto, su propia moralidad. Ante esto me surge entonces una serie de cuestionamientos, como por ejemplo, si puede ser que la delincuencia y la criminalidad típica de los espacios marginales responde más bien a problemas infraestructurales, a la carencia de infraestructuras, a la falta de servicios o a la incapacidad de satisfacer necesidades elementales de los habitantes de estas zonas marginales; en ese sentido, la situación de marginalidad, como tal, no sería causada por la "inmoralidad" de los habitantes, y tampoco sería solamente su responsabilidad, sino también en parte sería responsabilidad de los poderes oficiales (el Estado) y de los sectores que cuentan con los recursos y capital para proveer las infraestructuras y satisfacer esas necesidades. En este sentido, la delincuencia y la criminalidad marginal ¿no serían más bien una forma o una serie de mecanismos, de parte de quienes habitan estos espacios, para buscar la satisfacción de esas necesidades o alternativas ante los problemas de infraestructura, al margen de la ley y la oficialidad de la que no han obtenido atisbo de solución a dichos problemas?
ResponderEliminarJavier ¿hasta qué punto hay una moralidad diferente entre la gente de ese barrio y la que puede haber por ejemplo entre un grupo de inversores de alto nivel? Quiero decir con esto, ¿es tan diferente las relaciones que se crean entre el que anda robando o delinquiendo a pequeña escala (los ladrones que mencionas) frente a las que se crean entre delincuentes que son llamados de guante blanco? ¿No hay en ambos casos dispositivos de coerción, de lealtad, de protección, de apoyo, de alianzas, de amenazas soterradas, así como relaciones de poder, de hermandad interesada, de control? Al final, creo que es muy interesante la intervención que hace Natalia: ¿cuáles son los mecanismo que hacen que devengan marginados?
EliminarMás que mecanismos podríamos hablar de estrategias de supervivencia, que se van construyendo dentro de la marginalidad, producto de una serie de factores políticos, económicos, sociales y culturales, que lleva a los "marginales" a enfrentar su situación de vida desde otra perspectiva. Debemos pensar que la marginalidad tiene sus propias dinámicas, las mismas que están en constante diálogo con las dinámicas generadas por los otros actores que forman parte de la ciudad. Y es a partir de esas relaciones que la marginalidad va tomando su real dimensión como un factor determinante en la conformación del tejido urbano y todo lo que este conlleva. (Por ejemplo: uso y goce del espacio público, la propiedad privada, etc.)
EliminarTomando en cuenta las reflexiones de Javier y Paulino, aunque no esté directamente enlazado al tema de discusión, mi cuestionamiento va en torno a si podríamos decir entonces, que estos dispositivos de supervivencia en los que uno agrede o se impone ante el otro, aunque se encuentren en distintos contextos sociales y hagan uso de mecanismos diferentes en función de sus necesidades, encasillan a estos dos grupos diametralmente opuestos en apariencia, (entiéndase aquí al delincuente marginal y al delincuente de guante blanco) dentro que se podría llamar “cultura de la supervivencia“ en la vida urbana contemporánea?
Eliminary también cómo esta supuesta categorización de las prácticas delictivas permite ubicar dentro de un mismo saco a dos tipos de agente social que resultan en apariencia, culturalmente incompatibles.
Yo no puedo asegurar que sean iguales o comparables esas situaciones, los contextos socioeconómicos son diferentes y por tanto igual no podemos hablar de supervivencia en ambos casos. En clase hablaré de un joven ratero de quito que conocí cuando viajaba en avión (Doce horas dan para mucha conversación). Pero no es el caso. La cuestión es adonde yo quiero llegar no tanto que mecanismo provocan la marginalidad, no lo expresé bien. me refiero más bien, desde que óptica estamos mirando para comprender rápidamente que las drogas, el robo o la prostitución forman parte de esos que llamamos marginales, mientras que cuando son otros grupos sociales los que la ponen en práctica, no las asociamos a marginalidad. Vamos, hablando claro ¿hacen algo que cualquier otro grupo poblacional no haga?
EliminarEsta idea ya la desarrollamos antes con la idea de la otredad: en Andalucía por ejemplo, los latinos o árabes son inmigrantes, los alemanes, turistas.
Marginar es dejar al margen, es decir dejar fuera de la situación, hacer caso omiso. ¿A quién dejamos fuera y de dónde? ¿A quién catalogamos como marginal? La gente que vive en la Isla amurrallada de la que hablabamos al principio, es marginal? ¿No? ¿Por qué?
Esta es una noticia de un barrio "marginal" de Sevilla. Desde siempre ha sido catalogado como el más peligroso de Europa, quizás la situación ahora ha cambiado algo, pero ya sólo en el titular se condensa a lo que más o menos vengo a referirme. "La Administración necesita al Polígono Sur como trastero de Sevilla y no lo va a cambiar".
Eliminarhttp://sevilla.abc.es/sevilla/sevi-administracion-necesita-poligono-como-trastero-sevilla-y-no-cambiar-201701290822_noticia.html
La cuestión de asumir la pobreza como una construcción propia y cultural me lleva a las reflexiones de Trouillot, sobre como el concepto de cultura se convirtió en el S. XX en un anticoncepto para la raza. Es decir, dejar de usar la palabra raza para no ser racistas, pero cometer los mismo prejuicios en ese caso apelando a la cultura.
ResponderEliminarEl Latinoamérica es curioso ver cómo en estos sectores marginados poseen otras estructuras de pensamiento que no están necesariamente asociados con la criminalidad. Por ejemplo en algunos sectores de Esmeraldas, precisamente en las zonas pesqueras, las familias viven en condiciones paupérrimas no solo por su aislamiento de las urbes, sino por su concepción de lo que implica ser negro y pertenecer a la pobreza. Cuando se les plantea la posibilidad de estudiar muchos adultos le dicen a los jóvenes que eso es innecesario o que es de gente rica y asumen que su condición es únicamente la de trabajar y no aspirar a nada más que esté fuera de su sector.
ResponderEliminarComplementando el comentario de Natalia, hay que tomar en cuenta además -- lo que se vio en la clase anterior-- la posición de quien mira esa marginalidad, me refiero a la de los propios marginados y no únicamente la visión de las clases aburguesadas. De acuerdo con mi experiencia personal he notado que impera un sentimiento de aceptación de los mismos marginados, es decir, los efectos psicológicos del enfrentamiento cotidiano a la precariedad en la psique de los mismos marginados. Cuando Wacquant habla de la desmoralización del profesorado de Woodlawn ante el abandono de las autoridades, está haciendo una referencia a la resignación colectiva a la que llegan estas poblaciones al darse cuenta que a pesar del esfuerzo que hagan por salir de su situación no se les permitirá hacerlo; en este sentido concuerdo con Lewis en cuanto a que la pobreza es una cuestión cultural, pero no en el sentido de "los pobres son pobres porque quieren" sino en el sentido de interiorización del sentido de pertenecer a la pobreza lindando con la delincuencia, la prostitución, la drogadicción, embarazos adolescentes, etc., --actos reproducidos por los más jóvenes-- y lo que ello conlleva que no es ya lo que pueden hacer para salir de ella, sino lo que quieren hacer… luchar para sobrevivirla.
Sería interesante discutir el impacto que tiene la marginalidad en la mentalidad de los mismos marginados.
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ResponderEliminarLoic Wacquant describe como estaban conformadas las relaciones sociales y económicas del barrio de Woodlawn en los años 50. La zona estaba compuesta por 77 distritos y tenía una fuerte escala de pobreza. Su tejido social era urbano agonizante, además era latente la segregación social y económica.
ResponderEliminarEl autor indica que al interior de esta zona estaba considerada como marginal, pues los habitantes de Woodlawn no tenían servicios de salubridad, educación, etc. Además, no existían plaza de trabajo esto conllevó a que una gran parte de los jóvenes se vean atraídos por la economía ilegal.
Así mismo, la cotidianidad del barrio estaba rodeado por formas de violencia, asediaba la drogadicción y la delincuencia. Defenderse o aprender a defenderse fue un requerimiento de convivencia en Woodlawn. “ Puede decirse que los jóvenes del barrio se acostumbran desde muy pronto a las formas más variadas e imprevisibles de violencia callejera” señala Wacquant. De ahí que, el gimnasio de box se haya convertido en aquel lugar donde la calle dejaba de existir por un momento. El gimnasio fue un espacio de conversión emocional y de convivencia de los habitantes del barrio, el deporte los apartó de la calle.
Creo que los espacio de marginalidad están presentes no solo son sitios concretos, también, están en la mente y el imaginario de las personas. Cuando leía el texto de Wacquant no podía dejar de recordar un documental sobre los punks de la parte sur Califormia (Los Punks: We Are All We Have, de Angela Boatwright), pues este colectivo musical, artístico y humano crea espacio de identificación en los garajes y patios de viviendas de su barrio. La población es netamente joven, la mayoría pertenecen a familias migrantes de México, Guatemal, Honduras, etc. Por su condición económica muy pocos estudian y varios vieron en este género una forma de vida y de salvarse de la realidad. Entre ellos crece una especie de hermandad e identificación como hijos de latinos y punkeros. Los vocalistas de la banda reconocen que por su realidad no tienen espacios para presentar su música, tampoco son aceptados por el resto la sociedad y generalmente su convivencia es aislada y oculta.
(Les dejo el link del documental) https://www.youtube.com/watch?v=O9lXBKbEMwM&t=27s
Cuando empecé a leer a Lewis, fue inevitable recordar el libro de García Marques "Cien años de Soledad", el relato de la familia Sánchez me remitía a los Buendía, quienes tejían la estructura cíclica temporal de los acontecimientos. En el trabajo de Lewis los nombres se repiten una y otra vez, nos enfrentamos a una familia ampliada, que va creciendo conforme van apareciendo nuevos actores y nuevas necesidades. El sueño de una casa propia, de un espacio privado, es uno el uno de los ejes alrededor del cual gira esta historia de familia, siendo además uno de los factores que incide en la construcción o en desarticulación de relaciones dentro y fuera de la familia. Es un tejido relacional complejo que trasciende los límites de la vida privada para pasar a la esfera de lo público, con sus particularidades y complejidades a la vez, propias de las ciudades Latinoamericanas.
ResponderEliminarNo había pensado en esa relación, aunque creería que por las intenciones que tiene Lewis con textos como el de La Familia Sánchez hay una marcada diferencia: en la obra de Marquez hay una estirpe condenada a la soledad, mientras que la de Lewis a la pobreza.
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EliminarWacquant narra la importancia de una inmersión iniciática para marcar la diferencia en el estudio de un lugar y del colectivo que lo habita. En su texto, describe al salón de boxeo como un escudo que delinea la frontera entre el exterior inseguro y violento y, el interior conocido y en el que la violencia toma un tinte distinto pues se convierte en consensuada y sujeta a códigos por todos aceptados. En este marco, es vital la figura de un acuerdo de no interferencia recíproca entre los boxeadores y los distribuidores de droga, por ejemplo, ya que revela las negociaciones mantenidas para sobrellevar la convivencia. Por esto, me parece fundamental para captar la esencia de la sociabilidad en el gimnasio aproximarnos a las lógicas particulares de quienes ven este encierro voluntario como la única forma de evitar los 'peligros' de fuera. ¿Es en realidad aislarnos el único mecanismo? ¿A ello se debe la agorafobia de estos momentos y la tendencia a ciudadelas amuralladas?
ResponderEliminarSi bien Lewis tenía la intención de su obra una suerte de denuncia social, termina por "juazgar a los marginados", ya que incluye en definiciones de pobreza y marginalidad preceptos de valores y sus posesiones materiales. Lomnitz dirá que "la falla de Lewis consiste en el excesivo énfasis que pone en el sistema de normas y valores, y en las posesiones materiales de los pobres, que representan al fin y al cabo sólo una manifestación de su realidad económica. Al desentenderse en cierto modo de la base económica y de la organización social, se hace aparecer la “cultura”, es decir, el conjunto de mecanismos de defensa de los pobres frente a una situación objetiva difícil, como si fuera una causa de sí misma: el pobre no puede salir de la pobreza porque su “cultura” se lo impide. Si fuera más limpio, más estudioso, más sobrio, más honrado, quizá progresaría" (Lomnitz 1975, 24)
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ResponderEliminar"El espacio de la marginalidad" es algo que está presente tanto física como ideológicamente. Llegados a un punto, las personas que se encuentran dentro de estos espacios asumen que siempre estarán dentro de estas condiciones, pero con la propuesta de Waqcuant se nota que existen espacios que salen del "imaginario marginal", los cuales ofertan otro tipo de metas y actividades paralelas a la realidad y que pueden ser asumidas o escaladas sin muchos contratiempos. Waqcuant propone al gym como un "submundo" en el cual la situación marginal real se ve opacada por un espacio de liberación corporal, ideológica, entre otros. Puedo agregar, dentro de mi experiencia personal en un gym de lucha libre, que estos espacios siempre van a actuar como "protectores" ante todas las problemáticas que azotan a determinado sector, puesto que según el entrenador de este gym de lucha libre "es preferible tenerlos entrenando que en actividades negativas".
ResponderEliminarCon esa recopilación sustancial que hace Lewis -En la familia Sánchez- de los lazos afectivos, económicos, religiosos, sociales y vivenciales intenta dar cuenta de que la insdustrialización, la modernización y el constante crecimiento de la ciudad en un sistema capitalista son las causas principales del aparecimiento, o de la existencia de una cultura de la pobreza. Es decir que la pobreza no estaría vinculada, para Lewis, a la escasez de ingresos, sino a una forma determinada de vida.
ResponderEliminarTomando en cuenta la crítica que Lomnitz hace de Lewis por desentenderse de que la pobreza no puede ser reducida a las posesiones materiales, sino que responde a una estructura social, es decir que lo que determina la jerarquía de nuestras sociedades está muy lejos de los pobres—pues ellos no están en una posición que les permite elegir su lugar en la sociedad. En contraste con el planteamiento de Lewis, sostiene Lomnitz que la “cultura de la pobreza” no es la que determina el lugar de las personas en la escala social. En esa misma línea, Lomnitz propone a la marginalidad como una forma de "desvinculación con el sistema de producción económico urbano-industrial”. Es posible, entonces, preguntarse cómo afectan las políticas públicas directamente en la jerarquización, marginalización y segregación de las ciudades. ¿Se puede hablar, por ejemplo, de la clasificación por estratos de las viviendas en ciudades como Bogotá, como una categorización segregadora y reduccionista que cae en los mismos errores que Lewis?
ResponderEliminar-Emilio
En primer lugar, me parece importante, para pensar la marginalidad, o la pobreza, cuestionar desde donde sale estas nociones. ¿Que tipo de sociedad produce estas nociones? La noción de pobreza o de marginalidad saldría de una sociedad burguesa, punto de referencia para clasificar a otra parte de la población que no tiene sus mismas características. Me parece que algunos grupos aveces son vistos como marginales porque tienen una cultura diferente y no tienen la misma forma de vida que las clases burguesas. En este sentido: ¿Todos los grupos que no corresponden a los parametros de un nivel de vida burgues son pobres o marginales? ¿Cual es la sociedad que constituye la norma? ¿Ser indígena y vivir otra forma de vida es ser pobre?
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